miércoles, 24 de enero de 2024

VUELTA AL PORTIELLO DESDE YEBRA DE BASA

El Centro Excursionista Ribagorza organizó el pasado domingo una excursión desde Yebra de Basa, con un itinerario circular alrededor del pico Portiello, que separa el valle del río Basa (Vallibasa) y la Guarguera, siempre en la comarca del Alto Gállego. En un día con una fuerte escarcha y algo de frío al inicio de la caminata, pero con sol y muy buena temperatura en la mayor parte del recorrido.

Procedentes de Graus y de otros lugares, los treinta y tres participantes en la actividad nos dimos cita a las 8.15 horas en la plaza mayor de Yebra de Basa, localidad próxima a Sabiñánigo, hasta la que nos desplazamos en coche. Iniciamos nuestra caminata en dirección al sur y cruzamos el río Basa por unas pasaderas con piedras algo resbaladizas. Continuamos por pista y bosque de pinos, con algunas vistosas laminas rocosas o rallas, hasta llegar al Refugio de San Antón, donde hicimos la parada del desayuno. Desde allí, y siempre por una ruta muy bien señalizada, seguimos por sendero entre bosque escarchado hasta llegar a la Cruceta de la Paúl, desde donde seguimos por pista hasta el despoblado Sandiás. Junto a los restos de su iglesia y de algunos edificios en ruinas hicimos una breve parada y la foto de grupo.

Continuamos por pista, con el valle de la Guarguera al sur, cerrado por las más altas montañas de la Sierra de Guara: Cabezo, Cubilars, Tozal de Guara y Fragineto. Dejamos a nuestra derecha la localidad de Ceresola y, en un brusco viraje, iniciamos una fuerte subida por camino soleado y pedregoso hasta llegar al collado de Sierrabilla, ya con los erizones cubiertos de la nieve caída recientemente. Desde este collado, punto más elevado del recorrido a 1360 m. de altitud, se puede ascender por un lado al pico Portiello (1544 m.) y por otro al pico Buitrera (1512 m.). Nosotros, sin embargo, iniciamos un fuerte descenso por la cara norte de la sierra, por un frondoso bosque con restos de nieve y algunas majestuosas hayas. Con mucha atención para evitar resbalones, tuvimos que cruzar varias veces el barranco de Basarán, que forma algunas sorprendentes pozas naturales entre bellos y musgosos rincones.

 Al final del sendero, llegamos a la ermita de Basarán, antiguo monasterio y restaurada hace unos años. Allí, hicimos la parada para comer y continuamos después por pista hasta San Julián de Basa, donde habíamos dejado varios vehículos y dimos por concluida la excursión. Fue un recorrido de 19,5 km, con unos 700 m. de desnivel acumulado de subida, que hicimos en algo más de seis horas y media. Un bonito y variado itinerario por una zona que era bastante desconocida para la mayor parte de los participantes en la excursión.

 

domingo, 21 de enero de 2024

KEYLE LA PELIRROJA

Issac B. Singer (Polonia, 1904 – Estados Unidos, 1991) fue un escritor de origen judío, hijo y nieto de rabinos, que nació y vivió en el barrio judío de Varsovia hasta que, en 1935, emigró a Estados Unidos, donde murió en 1991. Singer siempre tuvo Polonia como tema central de su obra literaria y, en especial, la vida y las costumbres de las comunidades judías de ese país. En 1978, recibió el Premio Nobel de Literatura, siendo hasta ahora el único escritor con este galardón que ha escrito toda su obra en “yiddish”, la lengua original de los judíos askenazíes centroeuropeos. Con una extensa obra literaria, Issac B. Singer es  autor de las novelas “Satán en Goray” (1935), “La familia Moskat” (1950), “En el tribunal de mi padre” (1966), “La casa de Jampol” (1967) y “Los herederos” (1969), entre otras, así como de los libros de relatos “Gimpel el Tonto” (1957) y “Un día placentero” (1973). La exquisita editorial Acantilado, que ya había publicado el relato “La destrucción de Kreshev” en 2007 y la novela “El seductor” en 2022, ha editado recientemente en nuestro país la novela “Keyle la Pelirroja”, publicada en “yiddish” en 1972 con el título original de “Yarme un Keyle” y traducida ahora al español por Rhoda Henelde y Jacob Abecasís.

“Keyle la Pelirroja” transcurre, como la propia vida del autor pero en momentos diferentes, en dos escenarios distintos. La primera parte de la novela sucede en el corazón del barrio judío de Varsovia, en una Polonia sometida al dominio zarista ruso; la segunda, en la ciudad de Nueva York, tierra de promisión en aquellos años para los judíos centroeuropeos y para emigrantes de otros muchos lugares de Europa y del mundo. El relato, que se inicia en 1911, se sitúa cronológicamente en el periodo previo a la Primera Guerra Mundial. El principal personaje es Keyle, una chica a la que todos conocen como “Di Roite”, es decir La Pelirroja, debido a sus flamígeros cabellos. Keyle es prostituta y “a sus veintinueve años ya había pasado por tres burdeles”. Ella aspira a cambiar de vida y se acaba de casar con Yarme el Espino, un rufián y proxeneta que “a sus treinta y dos años ya había visitado cuatro veces la terrible cárcel de Pawiak”. La aparición de Max el Cojo, bisexual y también proxeneta, viene a perturbar los planes regeneradores de Keyle y pretende arrastrar a la pareja a prometedores negocios de prostitución en Brasil. En su intento de huida de Yarme y Max, Keyle conoce al joven Búnem, hijo de un rabino que se debate entre la fuerte influencia religiosa familiar y sus tendencias intelectuales y algo nihilistas. Búnem está comprometido con su novia Solche, una activista anarquista perseguida por la policía zarista. Todos estos personajes, con sus respectivos y compartidos conflictos, se reencontraran en Nueva York en la segunda parte de la novela.

“Keyle la Pelirroja” es una magnifica novela. En la línea y con el aroma de las mejores narraciones clásicas. Con ecos de los grandes novelistas de la literatura universal desde Balzac a Dickens. Y hasta con ciertas reminiscencias de la sordidez de algunas novelas naturalistas de Émile Zola y del decadentismo y existencialismo finisecular del XIX. A mí, el personaje de Búnem y su progresivo nihilismo me ha recordado mucho a Andrés Hurtado, protagonista de la novela “El árbol de la ciencia” de Pío Baroja. Son extraordinarias las descripciones urbanas, tanto de Varsovia como del bullicioso Nueva York de aquel tiempo, que se rige por unas normas distintas a las vetustas relaciones sociales de la capital polaca, pero donde los emigrantes no tienen nada fácil salir a flote en su feroz lucha diaria por la supervivencia. No menos logrados están los personajes, todos ellos marcados por su origen y su destino, y entre los que, en mi opinión, destacan Keyle y Búnem, con personalidades más complejas, contradictorias y evolutivas que las del resto. También los fluidos diálogos y las voces de los personajes se ajustan a sus temperamentos y muestran su personalidad sin necesidad de una excesiva intervención externa del narrador.

        Otro aspecto muy destacable de la novela son las constantes referencias a la cultura, las tradiciones y la religión judías. Hay un amplísimo vocabulario referido a comidas, vestimenta, celebraciones y festividades judías. Un glosario explica al final del libro el significado de cada uno de esos términos escritos en cursiva. En resumen, “Keyle la Pelirroja” es una novela de hechuras clásicas que mantiene hoy, más de cincuenta años después de ser escrita, la vigencia literaria imperecedera de las grandes narraciones atemporales.

“Keyle la Pelirroja”. Issac Bashevis Singer. Acantilado. 2023. 360 páginas


jueves, 11 de enero de 2024

EXCURSIÓN CIRCULAR DESDE EL PANTANO DE SANTA ANA


 

El pasado domingo, el Centro Excursionista Ribagorza organizó una excursión circular desde el merendero situado muy cerca de la presa del Pantano de Santa Ana, en la margen derecha del río Noguera Ribagorzana, en la parte más oriental de la comarca aragonesa de La Litera. El itinerario transitó siempre dentro del municipio de Castillonroy, con paradas en la ermita de San Salvador y en las cuevas de Salgá. En un día soleado, pero muy ventoso en las zonas más abiertas y menos protegidas del recorrido.

Los treinta y tres participantes en la excursión salimos, en su gran mayoría, a las ocho horas desde Graus y nos dirigimos por carretera hacia Castillonroy. Un poco antes de las nueve, aparcamos nuestros vehículos en el merendero de la Fuente de Santa Ana e iniciamos nuestra caminata. En dirección al noroeste, pasamos por una amplia zona de arbustos y matorrales, con abundancia de coscojas, enebros, sabinas, bojes y romeros, y fuimos ascendiendo hacia la ermita de San Salvador, situada en lo alto de las paredes rocosas del Montpedró.  Poco después de las diez de la mañana, llegamos a la ermita, una singular construcción con muchas reformas desde su primitivo origen románico y situada al parecer donde hubo antes una fortaleza templaria. Desde el lugar, a 730 m. de altitud, se contemplan extraordinarias vistas del Pirineo aragonés (Cotiella, Turbón…) y del Pirineo catalán, con Montrebei como punto de conexión entre ambos. Hacia el este, y debajo de nosotros, las aguas azuladas del Pantano de Santa Ana, compartido también por Aragón y Cataluña. Hacia el sur, las amplísimas llanuras de La Litera, con el pueblo de Castillonroy muy cercano y otros catalanes como Alfarrás, algo más alejados. Protegidos del viento, disfrutamos del paisaje, desayunamos y repusimos fuerzas antes de continuar.

Desde la ermita, caminamos por el cordal de la sierra y seguimos recorrido por sucesivas bajadas y subidas, alternando zonas más rocosas con otras de bosques de pinos de repoblación, hasta llegar a las cuevas de Salgá, varias oquedades no muy profundas situadas en la parte alta de una pared rocosa. A una de esas cuevas, pudimos acceder en una ascensión algo dificultosa, equipada con sirgas y cuerdas y una escalera de madera. Continuamos luego por zona de bosque hasta alcanzar un collado con excelentes vistas del embalse de Santa Ana. Por una pronunciada bajada, que luego se fue suavizando, alcanzamos la carretera que lleva al poblado próximo a la presa y, en sentido contrario, llegamos al merendero, donde poco antes de las 15 horas terminamos nuestra excursión. Fueron 14,5 km, con 610 m. de desnivel acumulado, en los que invertimos seis horas con las paradas. A los participantes en esa atractiva excursión por tierras literanas nos quedaba aún el regreso en coche hasta Graus y algunos otros destinos.


domingo, 7 de enero de 2024

RELATOS INÉDITOS Y OTROS ESCRITOS DE LUCÍA BERLIN

La publicación en 2016 del libro “Manual para mujeres de la limpieza” supuso el deslumbrante descubrimiento literario en nuestro país de la escritora Lucia Berlin  (Juneau, Alaska, 1936 - Marina del Rey, California, 2004). A esa magnífica colección de cuarenta y tres relatos, le sucedió en 2018 “Una noche en el paraíso”, que incluía otras veintidós narraciones breves de la escritora estadounidense. Ambos libros fueron reseñados en esta sección. “Bienvenida a casa”, publicado en 2019, recogía una serie de textos autobiográficos a los que se añadían algunas cartas y fotografías, que permitían conocer algunos aspectos más personales de su agitada vida. Ahora, de nuevo en Alfaguara y otra vez con la traducción del inglés de Eugenia Vázquez Nacarino, se ha publicado recientemente en nuestro país “Una nueva vida”, que viene a completar, en principio de manera definitiva, la producción literaria y textual de una escritora que en pocos años ha pasado de ser casi una desconocida a ser considerada una autora de culto para un buen número de lectores.

Hija de un ingeniero de minas y de una madre alcohólica, Lucía Berlin nació en Alaska. Vivió parte de su infancia en El Paso (Texas), pasó la adolescencia en Chile como una señorita de clase alta, sufrió una escoliosis que le obligó durante años a utilizar un corsé ortopédico, retornó a Estados Unidos y estudió en la Universidad de Nuevo México, donde tuvo a Ramón J. Sender como uno de sus profesores.  Se casó a los 19 años y tuvo dos niños, se divorció y se volvió a casar con un músico de jazz al que abandonó por un amigo, también músico de jazz y adicto a la heroína. Tuvo otros dos hijos, pasó apuros económicos y realizó diversos trabajos como mujer de la limpieza o recepcionista en un centro médico, cayó en el alcoholismo y estuvo en varios centros de desintoxicación. Pasó un tiempo en México cuidando a una hermana enferma terminal de cáncer de pulmón, vivió en una auto caravana, trabajó como profesora en la Universidad de Colorado y acabó viviendo en el garaje acondicionado como vivienda anexa de la casa de uno de sus hijos en Los Ángeles, donde murió a los 68 años. En estas intensas experiencias vitales se inspiran en buena medida sus mejores relatos.

“Una nueva vida”, en una edición preparada en exclusiva por su hijo Jeff Berlin para los lectores en español, reúne quince relatos inéditos en nuestro idioma, diez de ellos publicados originalmente en sus libros de cuentos, pero no incluidos en “Manual para mujeres de la limpieza” ni en “Una noche en el paraíso”; algunos solo aparecidos en revistas, como el impactante “Suicidio”, y otros totalmente inéditos, como “Manzanas”, su primer cuento, y “Las aves del templo”, memorable retrato de la vida en pareja. También, una serie de reveladores artículos, ensayos —entre los que se encuentra “Bloqueada”— y extractos de sus diarios, incluidos los de sus viajes a París o Cancún, nunca antes publicados. Al final de cada uno de los textos hay una breve explicación de su hijo Jeff sobre su génesis y otras informaciones adicionales. El libro se completa con un interesante prólogo de la escritora Sara Mesa y un “Apéndice biográfico” final en el que el hijo hace un breve recorrido por la azarosa vida de su madre.

El resultado es un volumen literariamente desigual, cuyo principal objetivo es completar la publicación de toda la producción literaria de Lucía Berlín con los relatos y textos que aún no se habían publicado en libro en nuestro idioma. Lo que vuelve a quedar claro es que los mejores relatos de la escritora son aquellos que están inspirados en sus propias vivencias. Me han gustado especialmente “Centralita”, sobre su experiencia como trabajadora en el locutorio de un hospital; “El foso”, sobre su paso por un centro de desintoxicación de alcohólicos; “Nuestro faro” y “Vida de Elsa”, inspirados en relatos contados por personas mayores con las que tuvo relación laboral; o “Del gozo al pozo”, sobre su estancia en Ciudad de México durante el periodo en que cuidó a su hermana enferma de cáncer.

Hay en el libro referencias a relatos de Chejov, el autor preferido de Lucía Berlin que, por otro lado, ha sido comparada con Raymond  Carver, uno de los más grandes escritores estadounidenses de relatos breves. “Una nueva vida” es un libro muy recomendable para quienes han leído los anteriores y desean profundizar en la literatura de esta escritora. Para quienes no conozcan aún nada de ella, es preferible empezar por su magnífico “Manual para mujeres de la limpieza”, el mejor y más completo de sus cuatro libros editados en nuestro país.

“Una nueva vida ”. Lucía Berlin. Alfaguara. 2023. 336 páginas.