Ramón Gil Novales (Huesca, 1928) es un magnífico escritor todavía no suficientemente conocido en la tierra que lo vio nacer. Afincado en Barcelona desde su juventud, es dramaturgo, novelista, traductor y autor de relatos breves. La concesión en 2008 del Premio de las Letras Aragonesas significó un merecido reconocimiento a su trayectoria literaria y ha contribuido en cierta manera a una mayor difusión de su obra, que por sus características literarias tal vez se encuentre inevitablemente alejada de los gustos mayoritarios.
Cuentos completos reúne, como su título indica, toda la obra narrativa breve de Ramón Gil Novales. La edición corre a cargo de José Domingo Dueñas Lorente, quien escribe un espléndido y didáctico prólogo titulado La narración como modo de conocimiento. Son cincuenta y cinco cuentos que pertenecen a cuatro libros de épocas cronológica diversas y alejadas entre sí: Preguntan por ti (1974), El sabor del viento (1988), ¿Por qué? (2005) y el hasta ahora inédito El sueño y la arboleda (2011). Aunque hay unas constantes literarias comunes a todos ellos, cada libro se inscribe en mayor o menor medida en las corrientes estéticas propias del momento en que fue escrito. Hay por ejemplo en los primeros relatos algunos usos literarios, como la mezcla de diversas voces narrativas sin solución de continuidad, que remiten a William Faulkner o a la influyente Tiempo de silencio de Luis Martín Santos. Sin embargo, los cuentos de su segundo libro tal vez tengan más paralelismos con los relatos de Borges o Cortázar, y los más recientes perfeccionan si cabe la estilización anterior y, en algunos casos, conectan la vejez con la infancia de una manera circular, respondiendo quizá a la actual situación vital del propio autor.
Los cuentos de Gil Novales se caracterizan por su considerable brevedad, próxima a veces a la de los llamados microrrelatos. Tal vez sus características principales sean la extrema concisión y la elipsis en su plano formal, y un cierto pesimismo metafísico unido al afán de conocimiento del ser humano en lo que a su contenido y temática se refiere. Dentro de la brevedad imperante, destaca la ausencia casi total de referencias geográficas concretas que permitan situar espacialmente de manera precisa los sucesos y situaciones que se narran. Sí hay, sin embargo, en el habla de algunos de los personajes giros y expresiones que desvelan claramente su origen altoaragonés.
Gil Novales se muestran como un magnífico escritor también en este género literario, un verdadero orfebre del relato corto al que dota de una calculada ambigüedad para obligar al lector a saborear despacio y con verdadero deleite cada una de las pequeñas golosinas narrativas que componen esta espléndida colección de cuentos.
Carlos Bravo Suárez
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