domingo, 13 de octubre de 2019

LA ENCRUCIJADA DEL ROBLE


“La encrucijada del roble” es una magnífica novela de la escritora estadounidense Elizabeth Crook (Texas, 1959), una autora que hasta ahora había permanecido completamente inédita en nuestro país. Elizabeth Crook ha publicado cinco títulos dentro del renovado género del western literario en el que ha recibido varios premios y reconocimientos. “La encrucijada del roble” ha sido recientemente publicada en España por Siruela en su colección Nuevos Tiempos, con traducción del inglés de Lorenzo Luengo.

La novela se desarrolla en tierras de Texas próximas a la frontera mejicana durante la Guerra de Secesión norteamericana y puede considerarse, en cierta medida y por el espacio y la época en que transcurre, como un western o, como se decía antes, una novela del oeste. Sin entender en absoluto esta etiqueta como la de un género literario menor. Es, sin duda, una estupenda novela de aventuras con casi todos los ingredientes del género y con un dominio perfecto del ritmo y de la dosificación progresiva de la intriga y el suspense. Pero, además de todo eso, es un fascinante relato sobre las relaciones y las dependencias humanas y la soledad, las obsesiones y el instinto de la supervivencia ante la adversidad.

Tenemos en buena medida como protagonista de la narración a una pantera (puma o león de montaña) que atemoriza la región y mata a la madre de Samantha y madrastra de Benjamin, dos niños que también han perdido al padre y se van a quedar solos en una destartalada casa solitaria, rodeados de suciedad y abandono y acompañados de una cerda y una vieja yegua, y con los indios acechando por los alrededores. Ambos jóvenes se obsesionan con la presencia de la fiera y traman su cacería y su venganza sobre ella. Sobre todo, la terca y gruñona Samantha, cuyo rostro quedó marcado por las garras del felino. Se sumarán luego al relato unos cuantos personajes muy bien perfilados y literariamente atractivos: un carismático forajido tejano, un refinado mejicano, un atormentado predicador o un sorprendente perro rastreador de panteras, viejo pero incansable en la búsqueda del puma. Una feroz pantera que adquiere una dimensión mítica y casi demoniaca, tal como la consideran las gentes del Río Grande a las que aterroriza. La llaman el demonio de dos dedos, después de que Juda, la madre de Samantha, consiguiera cortarle dos dedos de una pata trasera de un hachazo antes de que el puma acabara con ella.

 Especialmente lograda es la estructura narrativa del libro, contado en primera persona por el entrañable Benjamin que, con una encantadora y paradójica mezcla de ingenuidad, ingenio y picardía, relata los hechos por escrito (primero con pluma y luego con estilográfica) y por entregas a un juez que intenta aclarar años más tarde algunas tropelías cometidas por el citado forajido, al que el joven conoció cuando se produjeron los sucesos narrados. Este procedimiento narrativo nos hace recordar por momentos, aunque con muchas diferencias, a nuestro inolvidable Lázaro de Tormes. Sin embargo, tal vez sea de Mark Twain, el gran autor de la novela estadounidense, de quien nos lleguen más ecos en esta excepcional narración. Como con gran acierto se hace notar en la promoción de la editorial, “en la mejor tradición de las grandes novelas de aventuras, ‘La encrucijada del roble’ es el imponente relato de una doble cacería, de una obstinación y una lucha, una historia poderosa que conjuga eficazmente la carga épica del western clásico, la inquietante atmósfera de La noche del cazador y el ingenio del mismísimo Mark Twain”.

“La encrucijada del bosque” es un relato poderoso y fascinante que he devorado con gran fruición y placer, absolutamente absorbido en su lectura. Una novela de ritmo trepidante, de resonancias míticas y con ecos de fábula y leyenda. Una gran novela de aventuras.

   “La encrucijada del roble”. Elizabeth Crook. Siruela. 2019. 296 páginas. 



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