domingo, 9 de febrero de 2020

UN GRAN LIBRO DE RELATOS


No creo que se publicara en el pasado 2019 ningún libro de relatos en lengua española mejor que "El niño que comía lana", de Cristina Sánchez-Andrade, una espléndida colección de quince narraciones breves, editada por Anagrama. Cristina Sánchez-Andrade (Santiago de Compostela, 1968) es escritora, crítica literaria, traductora del inglés y coordinadora de talleres de narrativa. Desde sus inicios literarios hace ya veinte años, ha publicado una decena de novelas y varios libros de relatos.  En 2004 recibió el Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela “Ya no pisa la tierra tu rey”, editado también por Anagrama. En este mismo sello se han publicado sus últimas novelas: “La inviernas” (2014) y “Alguien bajo los párpados” (2017), muy alabadas ambas por la crítica más exigente. Con su reciente "El niño que comía lana", la escritora gallega demuestra tener también unas dotes extraordinarias para el relato breve.

Casi todos los cuentos de "El niño que comía lana" (título del segundo de esta colección) están ambientados en Galicia o tienen a gallegos como protagonistas, mujeres en la mayor parte de los casos. Y algunas, como la Manuela das Fontes que da título al primer relato, que, como hicieron tantos emigrantes, abandonan su tierra natal para ir a América en busca de un futuro mejor. Todos ellos tienen algo de estrafalarios, desmesurados  o grotescos, y algunos reaparecen de manera intermitente en varios de los relatos, que se entrelazan así en una red narrativa muy sugerente y literariamente productiva. Unos personajes que la autora logra que el lector llegue a percibir a través de todos los sentidos. El lector los ve a través de las descripciones, los oye por los diálogos y, en muchas ocasiones, hasta en un sentido casi literal los huele por la insistente presencia del olfato y los olores en buena parte de los relatos  En la promoción del libro se resume perfectamente en este párrafo lo que en él encontramos: "Moviéndose entre lo macabro y lo irónico, entre la fábula y el esperpento, el realismo más crudo y la fantasía más desaforada, estas historias son una excelente muestra del particular, inimitable y estimulante universo literario de Cristina Sánchez-Andrade. En ellas asoman la Galicia rural, la España profunda, los escenarios de sainete, los personajes estrambóticos y las situaciones imposibles. Aparecen la muerte, el sexo, la codicia, las ensoñaciones, los engaños y los desengaños, pero también algún que otro crimen, toques grotescos, pinceladas macabras y un humor peculiarísimo, descacharrante y a veces perturbador".

Hay bastante tristeza, soledad y miseria material en algunos de estos cuentos, pero también hay mucha ironía, sentido del humor y bastante compasión. Y mucha originalidad y muy buena literatura. En la tradición de los mejores escritores gallegos, con pinceladas del realismo casi naturalista de Emilia Pardo Bazán, del realismo mágico de un Álvaro Cunqueiro o un Torrente Ballester, del tremendismo del Cela del Pascual Duarte y, por supuesto y quizás sobre todo, del esperpento del maestro Valle-Inclán. Con unos personajes surgidos de la Galicia (la España) rural y profunda, desamparados, ingeniosos por la necesidad, que luchan por su supervivencia, a veces despiadados y crueles y casi siempre vulnerables. Relatos con un fondo siempre perturbador e inquietante, inesperado. Sobre ello dice la autora en una entrevista reciente: “En todo caso, yo creo que siempre tiene que haber algo perturbador en la literatura. No sirve de nada escribir sobre lo bonito que está el cielo estrellado; si quieres crear algo válido, tienes que hurgar en las emociones de la gente, tienes que escribir algo que les aguijonee, que les perturbe y que les dé algo de miedo. Para ser creíble, un personaje tiene que ser vulnerable, y eso es lo que trato de mostrar, la vulnerabilidad humana”.

            Cristina Sánchez-Andrade bebe de la tradición literaria y toma de ella elementos múltiples que ensambla con maestría en una narrativa personal e intransferible, llena de originalidad y belleza literarias. “El niño que comía lana” es sin duda uno de los mejores libros publicados el pasado 2019 y, creo no equivocarme, una de las colecciones de relatos destinadas a perdurar entre las mejores aportaciones al género de la literatura española contemporánea.

"El niño que comía lana". Cristina Sánchez-Andrade. Anagrama. 2019. 216 páginas

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