Nada es en principio una novela dirigida a lectores adolescentes. Su publicación en Dinamarca en el año 2000 suscitó una fuerte polémica y algunos consideraron que su lectura podía ser nociva para los jóvenes. En otros países, como Suecia o Alemania, también tuvo el libro detractores muy activos. Sin embargo, años después, tal vez como reacción a esas enconadas campañas en su contra, Nada se ha convertido en un considerable éxito literario que ha transcendido en buena medida los límites de la novela juvenil.
Todos los personajes de Nada son jóvenes estudiantes de catorce o quince años. Janne Teller (1964), la escritora danesa autora del libro, explica en una nota final que intentó ponerse en la piel de los adolescentes de esa edad al escribir la novela. El punto de arranque de ésta es una frase del joven estudiante Pierre Anthon que ha decidido renunciar a cualquier actividad y ver pasar la vida desde lo alto de un ciruelo: “Nada importa. Hace mucho que lo sé. Así que no merece la pena hacer nada. Eso acabo de descubrirlo”.
Los compañeros del joven nihilista pretenden demostrarle que la vida sí tiene sentido. Para ello deciden reunir un montón de significados en una nave abandonada a las afueras de la pequeña ciudad danesa donde transcurre el relato. Cada joven elige de manera encadenada lo que otro compañero debe aportar a esa especie de altar de los sacrificios personales. Las peticiones de lo que cada uno ha de desprenderse comienzan siendo inocentes, pero las solicitudes pasan a ser cada vez más dolorosas y truculentas. Se pone así de manifiesto el aspecto más cruel y despiadado de esos adolescentes en su relación entre ellos mismos. La novela va tomando de ese modo un tono cada vez más sombrío, inquietante y macabro.
El relato de Janne Teller tiene más fuerza como metáfora con pretensiones filosóficas que como obra literaria de fuste. Aunque pueden observarse indudables coincidencias en el tratamiento de la infancia y de la adolescencia con algunos clásicos del género como El señor de las moscas, su calidad literaria es notablemente inferior a la de la novela de William Golding. No obstante, Nada tiene muchos elementos de interés y es probable que por su temática y por su estilo fácil y fluido su lectura sea del agrado de muchos lectores, sobre todo de los jóvenes a quienes va principalmente dirigida.
Carlos Bravo Suárez
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