jueves, 3 de noviembre de 2011

EL CASO EZRA POUND

El espía. Justo Navarro. Anagrama. 2011. 215 páginas.

Ezra Pound (1885-1972) es uno de los principales poetas del siglo XX. Pionero en el uso del verso libre en composiciones largas, su poesía conceptual y fragmentaria tiene gran modernidad y vigencia. Sin embargo, la personalidad del escritor estadounidense resulta contradictoria, incómoda y, sin duda, moralmente reprochable. Pound fue desde los años treinta hasta el final de la Segunda Guerra Mundial un vehemente defensor del fascismo y, como ocurrió con Louis-Ferdinand Céline, un recalcitrante y peligroso antisemita en una época en que la persecución a los judíos alcanzó espantosas dimensiones de holocausto.

Sobre Ezra Pound trata la última y espléndida novela del escritor granadino Justo Navarro. Lo que en un primer momento puede parecer una visión novelada de una parte de la vida del poeta norteamericano gira luego hacia la hipótesis, lo que pudo ser sin que pueda afirmarse por completo que fue así . El relato se centra en el periodo de la Segunda Guerra Mundial, cuando Pound vivía en Italia y desde la radio fascista lanzaba soflamas antisemitas en inglés en programas dirigidos a las poblaciones de Inglaterra y Estados Unidos. Su oratoria desordenada y a veces incomprensible llegó a hacer sospechar a los propios seguidores de Mussolini la posibilidad de que el autor estadounidense fuera un agente doble y lanzara en realidad mensajes cifrados al enemigo.

¿Pudo ser esto verdad? Nada permite afirmarlo pero, a diferencia de su maestro, el locutor fascista inglés conocido como Lord Haw-Haw, que fue ejecutado tras ser detenido, Pound estuvo unas semanas encerrado en una jaula en Pisa, luego internado en un centro de prisioneros y, ya trasladado a Estados Unidos, liberado al considerar los jueces que no estaba en sus cabales. Sorprende asimismo que el agente de la CIA James Angleton, encargado de su detención y posterior interrogatorio, hubiera sido también poeta y gran admirador del propio Pound. Además, el autor de los “Cantos pisanos” recibió pocos años después un importante galardón literario en su país, que lo había juzgado poco antes como un traidor a su patria.

Sobre esa hipótesis y sobre la realidad bien documentada de la propia biografía de Pound, construye Justo Navarro “El espía”. En ella se introduce al final del relato el propio autor con sus iniciales J. N. Se sirve para ello de un hecho real que fue el detonante de la novela. En el año 2009 Justo Navarro residió en Pisa prácticamente durante los mismos meses que en 1945 estuvo Ezra Pound encarcelado en esa ciudad.

Una novela magníficamente estructurada, que atrapa al lector de principio a fin y que consolida a Justo Navarro como uno de los mejores escritores españoles actuales.

Carlos Bravo Suárez

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