Con Caribou Island, su segunda novela, David Vann se ha revelado como un magnífico escritor a tener muy en cuenta dentro del panorama narrativo estadounidense actual. Aunque hoy vive en San Francisco, Vann nació y pasó su infancia en Alaska, lugar donde ha ambientado sus dos novelas publicadas hasta la fecha en nuestro país. En realidad, Sukkwan Island, editada a comienzos de este mismo año por la editorial Alfabia, formaba originalmente parte de un conjunto de relatos que en inglés se tituló Legend of a Suicide.
Caribou Island cuenta la historia de Irene y Gary, un matrimonio que lleva treinta años casado pero cuya relación se ha ido complicando hasta un punto que parece irreversible. Gary se empeña en construir una cabaña en la pequeña, salvaje e inhóspita isla que da título al libro y que se halla en medio de un frío lago de Alaska. Deseoso de revivir la experiencia de frontera de los antiguos pioneros, se embarca con su mujer en una aventura sin sentido que destapará todas sus frustraciones y desconfianzas mutuas.
Además de Gary e Irene, sus dos hijos -sobre todo Rhoda y en menor medida Mark-, tienen un importante papel en la novela. Rhoda, que aspira a no pasar apuros económicos, se ha prometido con Jim, un dentista que desde el primer momento planea serle infiel con mujeres más jóvenes. Mark se busca la vida en los trabajos de pesca y en el tiempo libre se coloca con la bebida y las drogas sin ninguna otra aspiración en la vida. Los otros personajes de la novela son una pareja joven que pasa unos días de vacaciones en un camping junto al lago. Monique es una chica caprichosa que aprovecha su atractivo para buscar experiencia excitantes cuyos gastos nunca corren de su cuenta. Carl es una víctima de sus devaneos que acaba finalmente abriendo sus llorosos ojos a la realidad.
El relato muestra unas relaciones en las que el egoísmo impera por encima de la sinceridad y los sentimientos. La novela destaca sobre todo por la penetración psicológica con que se retrata a los personajes. Con trazos profundos e intensos en el caso de Irene y Gary, y con pinceladas más breves pero suficientemente explícitas en los demás. A veces parece detenerse en exceso en la descripción de los trabajos de construcción en la cabaña en la isla, pero inmediatamente la acción avanza de nuevo, sobre todo en el plano psicológico. También Alaska y sus paisajes tienen una importante presencia en el relato.
Heredero de algunos de los mejores novelistas estadounidenses, David Vann logra crear en Caribou Island una fascinante historia que entreteje relaciones diversas. Algunas, atormentadas y complejas; otras, más frívolas e interesadas. En cualquier caso, siempre convincentes y literariamente brillantes.
Carlos Bravo Suárez
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