Seira es una pequeña población ribagorzana dividida en dos núcleos: el Seira nuevo, situado junto a la carretera N-260, y el llamado Seira el Viejo, aproximadamente a un kilómetro del anterior por la carreterita que lleva a Barbaruens y al macizo de Cotiella. La población situada junto a la carretera nacional, muy encajonada y sinuosa en este tramo, es conocida también como
En fechas recientes realicé con el Centro Excursionista de
El dolmen de Seira se encuentra a escasamente dos kilómetros de Seira el Viejo, muy cerca de la orilla derecha del río Ésera. Desde la carretera que va a Barbaruens se toma un camino a la izquierda, aproximadamente a la altura del cementerio de Seira, y en un trayecto corto y señalizado en dirección suroeste se llega fácilmente hasta el dolmen. El monumento megalítico, cerca del cual encontramos los restos de un antiguo horno de cal, se halla junto a un pequeño bosquecillo en el que predominan los bojes, en un amplio claro, en medio de un cercado de madera junto al que encontramos un panel explicativo con más información sobre los dólmenes en general y su método de construcción que sobre el que allí se levanta en particular. Del citado panel, y de algunos otros lugares consultados, extraigo varios de los datos que vienen a continuación.
Los dólmenes son sepulcros megalíticos prehistóricos utilizados para inhumaciones colectivas que se construyeron principalmente en la vertiente atlántica europea durante el final del Neolítico y el Calcolítico o Edad del Cobre, entre dos y tres mil años antes de Cristo. Los dólmenes encontrados en nuestra provincia se sitúan en la zona pirenaica. Algunos, en los altos valles septentrionales; otros, en las sierras exteriores más meridionales. Su distribución suele coincidir con el itinerario de caminos tradicionales, cabañeras para el ganado o pasos importantes y estratégicos. Esto hace pensar que estas construcciones tal vez tuvieran relación con la vida pastoril y que, además de su carácter funerario, sirvieran también como posible delimitación de territorios. En este sentido, el dolmen de Seira se encontraría en el camino que unía los valles fluviales del Ésera y el Cinca.
La palabra “dolmen” procede etimológicamente del bretón. Los términos “dol” y “men” significan respectivamente “mesa” y “piedra”. El dolmen de Seira, como todos los dólmenes pirenaicos, es de los considerados de construcción sencilla. Tiene una planta prácticamente cuadrangular y consta de dos grandes losas de piedra laterales, llamadas ortostatos, sobre las que se coloca una losa de mayores dimensiones denominada cubierta. Destaca en éste la gran diferencia entre el aspecto pesado y voluminoso de la losa horizontal y los ortostatos relativamente pequeños que la soportan. La parte posterior del dolmen se cierra con piedras, dejando de esta manera una única cámara que comunica directamente con el exterior. Como suele ser habitual en este tipo de construcciones, esta abertura se orienta en dirección al este.
En el recientemente publicado y muy recomendable libro Cinco rutas con los cinco sentidos por el valle de Benasque y
Hay en
Carlos Bravo Suárez.
Artículo publicado hoy en Diario del Alto Aragón.
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