domingo, 13 de mayo de 2012

EL NIÑO QUE QUERÍA CRECER



   Los peces no cierran los ojos. Erri de Luca. Seix Barral. 2012. 124 páginas.

Erri de Luca (Nápoles, 1950) es uno de los escritores más destacados del panorama literario italiano actual. Desde su primera novela, Aquí no, ahora no (1989), ha escrito más de cincuenta obras, entre las que destacan Tú, mío (1998), Tres caballos (1999), Montedidio (2002) o El peso de la mariposa (2009). Militante izquierdista durante años, gran aficionado a la montaña, traductor de La Biblia tras aprender de manera autodidacta el hebreo y el yiddish, el escritor napolitano ha recibido importantes premios literarios tanto en su país como en Francia y Alemania. En España ha cambiado de editorial en numerosas ocasiones y no ha logrado todavía el reconocimiento que merece. Ahora Seix Barral ha lanzado Los peces no cierran los ojos como uno de los libros estrella de la editorial para este año 2012.

Los peces no cierran los ojos es una novela autobiográfica en la que Erri de Luca recuerda su infancia desde el presente. Como dice el autor, “nacer y crecer en Nápoles agota el destino: vaya uno donde vaya, ya lo ha recibido como dote, mitad lastre, mitad salvoconducto”. Cuando el niño narrador cumple diez años, quiere dejar de serlo y crecer con rapidez. La novela cuenta con maestría, con un lenguaje hermoso repleto de  metáforas, el despertar del muchacho a la realidad que lo rodea. La situación familiar con un padre en América y con la madre dudando en seguirlo o quedarse en Italia, la vida dura y sacrificada de los pescadores napolitanos, los ratos de ocio en la playa resolviendo pasatiempos en revistas, el amor a los libros y a la lectura, la envidia de los otros chicos que desean a la misma chica que sólo a él hace caso, y el descubrimiento del amor con esa misma muchacha compañera de momentos en la playa. Una niña cuyo nombre el narrador ya adulto no logra recordar y a la que no quiere inventárselo en la ficción para no traicionar a su propia  realidad y a su verdadera memoria de aquel tiempo. Fueron días inolvidables de aprendizaje sobre el amor y la justicia. El amor siempre por encima del deseo y la justicia ejercida de una manera extraña y sorprendente.

Y, desde aquel lejano ayer de los diez años, la historia se proyecta en pequeñas ráfagas hacia el tiempo presente, desde los años cincuenta hasta la actualidad. Recorriendo los recuerdos de los tiempos de lucha y la creencia en la revolución, las películas inolvidables del Neorrealismo italiano, los bombardeos en Belgrado en la reciente guerra de los Balcanes, la ausencia de hijos y esa palabra “fin” tan pariente de “infinito” como de “confín” cerrado. Un libro breve,  lleno de sensibilidad y belleza. Los recuerdos de un niño napolitano que creció muy deprisa con los ojos siempre bien abiertos.  

Carlos Bravo Suárez


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