domingo, 3 de junio de 2012

BESIANS, EL PUENTE MEDIEVAL Y LA IGLESIA DE LA VILA







La pequeña población ribagorzana de Besians se sitúa en la margen derecha del río Ésera, a doce kilómetros de Graus por la carretera A-139. Junto a la vecina Perarrúa, situada unos tres kilómetros aguas abajo, forman un pequeño municipio que limita por el sur con el de Graus y por el norte con el de Santaliestra y San Quílez.

El pequeño caserío de Besians se agrupa en torno a una plaza de forma casi cuadrangular de la que hace unas décadas le fue extirpada su iglesia parroquial. Fue ésta sustituida por un moderno y funcional edificio religioso situado a la entrada del pueblo. A éste se accede por un moderno puente de hormigón que atraviesa las aguas del río Ésera. Unos metros más al sur de este moderno acceso, queda el precioso puente medieval que constituyó durante siglos el paso obligatorio a la localidad desde la orilla izquierda del río Ésera.

El puente medieval de Besians es uno de los más bonitos de nuestra provincia. Con un perfil de lomo de asno, tiene cuatro ojos y unos cuarenta y cinco metros de longitud. Probablemente sería construido en el siglo XIII y sufriría algunas modificaciones en el XVIII. Tiene un gran ojo central, de arco algo apuntado, y tres laterales mucho más pequeños, dos de ellos situados en la margen izquierda de río. Esta diferencia entre el ojo central y los laterales proporciona al puente una considerable inclinación y acentúa su perfil alomado. Su calzada empedrada es algo más estrecha que la de otros puentes de la época.

Una de las singularidades del puente de Besians es tener un número par de ojos. La mayoría de los puentes medievales solían tener un número de ojos impar. Esto ocurría porque se intentaba evitar tener que levantar un pilar en el centro del río, donde la profundidad es mayor y la corriente suele ser más rápida. Al ser asimétrico, el puente de Besians también evita esa circunstancia. Su asimetría se debe a la necesidad de adaptarse a las características del terreno y buscar anclaje lateral en los extremos de dos salientes rocosos de sus orillas, uno de los cuales, el izquierdo, queda algo más arriba que el otro.

El puente de Besians está íntegramente construido de piedra. Los sillares mejores y más grandes se colocaron en los pilares, mientras que las piedras más pequeñas se pusieron en la parte más alta del puente. Los arcos fueron trazados con dovelas muy estrechas y alargadas. Los pilares están protegidos por tajamares con forma triangular, algo más pronunciados los de la parte septentrional para cortar mejor el agua y evitar de manera más eficaz sus frecuentes embestidas. El haber permanecido tantos siglos en pie, sobreviviendo a numerosas riadas y crecidas, da una idea de la habilidad con que fue construido este puente que, además, resulta enormemente atractivo desde el punto de vista estético. Sus constructores supieron conjugar eficacia y belleza de una manera admirable.

En un altozano situado un poco más al oeste del actual Besians, se encuentra el pueblo antiguo y original conocido como la Vila. Allí, junto a varias casas arregladas en los últimos años, se levanta la iglesia románica de San Juan Bautista y, en este mismo lugar, se encontraba antiguamente el castillo medieval de la localidad del que quedan aún algunos restos.

A la Vila se puede acceder por una pista que se toma a las afueras de Besians en dirección al norte o por un sendero peatonal empinado y corto que arranca del extremo sur del pueblo. En un cerro próximo pueden verse las ruinas de la antigua casa Sesa, durante mucho tiempo la más rica y pudiente de la localidad.

Según Manuel Iglesias Costa, el castillo de Besians sería a principios del siglo XI la primera de las fortalezas cristianas del valle del Ésera, enfrentada a muy escasa distancia con el castillo inicialmente musulmán de Perarrúa. La primera cita histórica documentada de Besians data del año 908, cuando el presbítero Malangeco donó una viña de esta población al monasterio de Obarra, al que pertenecía el cercano cenobio de Esvu, posteriormente conocido como San Martín de Caballera. La villa quedó adscrita a la catedral de Roda de Isábena por concesión del rey Pedro I, en ofrenda para implorar la curación de su hijo homónimo, a principios del siglo XII. Sin embargo, el castillo y la iglesia de San Juan Bautista quedaron excluidos de esta concesión. En el siglo XVI es tenente del castillo Ramón de Mur de Pallaruelo y la iglesia de San Juan pasa a pertenecer al obispado de Barbastro.

La iglesia de San Juan Bautista de Besians es una magnífica construcción de origen románico con varios añadidos posteriores. Precisamente la nave rectangular románica, con su magnífica bóveda asimétrica y su ábside orientado al este, fue restaurada y consolidada hace sólo unas décadas. Tiene dos reducidas capillas laterales y una pequeña cripta bajo el altar. La puerta original de entrada estaría en el muro meridional, junto a la base de la torre campanario.

Ha quedado en ruina y fuera de la reciente consolidación del edificio la parte que a éste le fue añadida hacia poniente, en el siglo XVI o tal vez más tarde, para abrir una nueva puerta de entrada y construir un coro hoy ya desaparecido. También la torre campanario quedó sin consolidar y avanza hacia la ruina, pudiendo dañar con ella a la nave abovedada del templo. Es probable que sea el peso de la torre la causa de la extraña asimetría que presenta la bóveda de la iglesia. Además, sobre el lado meridional de ésta, cerca del inicio del ábside, y precisamente en la zona del campanario, cae desde hace unos años una gotera que produce una visible mancha de humedad que podría dañar de manera irreversible la techumbre de la nave si no se le pone pronto remedio.

La iglesia de San Juan Bautista es por sus dimensiones y su composición un templo de cierta envergadura e importancia, por encima de las características más populares de la mayoría de las construcciones románicas de la zona. Aunque no hay datos que permitan fecharla con exactitud, sería probablemente construida a principios del siglo XII, tal vez sobre la base de una construcción castrense anterior más sencilla y de menores dimensiones.

Besians, con su caserío moderno reposando tranquilo junto al río Ésera, su hermosísimo puente medieval y la iglesia románica de San Juan Bautista en lo alto de la Vila, presenta suficientes atractivos para ser un lugar merecedor de una detenida y provechosa visita.

Carlos Bravo Suárez.

Artículo publicado hoy en Diario del Alto Aragón.

Imágenes: Panorámica de Besians, puente medieval e iglesia de San Juan Evangelista de la Vila –exterior  e interior y vista desde abajo.

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