Las poseídas. Betina González. Tusquets Editores. 2013. 184 páginas.
Con Las
poseídas, Betina González (Buenos Aires, 1972) ha ganado recientemente el
Premio Tusquets de novela en su VIII edición. Betina González, que es profesora
de literatura, ha realizado varios cursos en universidades estadounidenses y,
además de ensayos, poesía y varios relatos, había publicado la novela Arte menor, con la que obtuvo en su país
el prestigioso premio Clarín.
Las poseídas es una novela ambientada en un internado religioso
para niñas ricas situado en la zona norte de Buenos Aires, a principios de los
años ochenta, en el periodo inmediatamente posterior a la sangrienta dictadura
militar que provocó más de 30.000 desaparecidos en Argentina. Sus protagonistas
son dos adolescentes rebeldes e inadaptadas que coinciden durante un curso en
el internado. Una de ellas, María de la Cruz
López , cuenta la historia en primera persona -aunque a veces se distancia algo más del
relato adoptando la tercera-, desde el momento de la llegada al colegio de Felisa
Wilmer, una chica procedente de Europa, que ha vivido en diversos lugares del
mundo y que desde el primer momento muestra instintos y deseos suicidas. En un
ambiente bastante opresivo, las dos amigas viven su despertar sexual, descubren
la relación de una monja con el padre de una alumna y la presencia y
persecución de un exhibicionista en los alrededores del internado. También
manifiestan su rebeldía destructora y su rechazo a la moral dominante. La
adolescencia aparece como una etapa en la que se está más poseído que nunca, y
de una manera irracional, por las propias emociones y sentimientos. Como
certeramente expresó el jurado que le concedió el último Premio Tusquets, la
novela logra “la recreación poco complaciente del despertar sexual de la
adolescencia y su actitud desafiante ante la herencia de los adultos, así como
la atmósfera de un colegio religioso que acaba convirtiéndose en un trasunto sutil
de un país que sale de la dictadura, todo ello contado con una escritura
envolvente y original”
En Las
poseídas se mezclan diversos géneros narrativos. Siendo en buena medida una
novela de iniciación, contiene muchos elementos de la novela gótica, sobre todo
en la atmósfera asfixiante que envuelve el relato y en su gusto por lo oscuro
como reacción al racionalismo identificado con las luces. Aunque son muchas las
huellas literarias rastreables en el libro, como ha confesado su autora en
alguna entrevista, su germen originario fue la lectura muchos años atrás de Los hermosos años del castigo, de la
escritora suiza Fleur Jaeggy, que reseñamos aquí a finales de 2009 cuando fue
reeditada en España. También en aquella extraordinaria novela ambientada en un
internado femenino encontramos fuertemente ensamblados conceptos como belleza,
destrucción o locura.
Carlos Bravo Suárez
No hay comentarios:
Publicar un comentario