domingo, 18 de enero de 2015

DEL COLOR DE LA LECHE

                                             
      
“Del color de la leche”. Nell Leyshon. Sexto Piso. 2014. 176 páginas.

“Del color de la leche”, de Nell Leyshon, fue mi última lectura del pasado 2014 y uno de los libros que más me gustaron de los leídos durante el año que acaba de terminar. Por eso, coincido plenamente con el buen gusto y criterio mostrados por el gremio de libreros de Madrid, que eligió esta novela como la mejor de las publicadas el pasado año en nuestro país.

Galardonada en varias ocasiones en el Reino Unido por sus obras teatrales, Nell Leyshon (Glastonbury, Inglaterra, 1961) es una escritora más conocida por su brillante trayectoria como dramaturga que como novelista. En España, creo que “Del color de la leche” es hasta ahora su única obra publicada. Un absoluto acierto de la editorial Sexto Piso, cuya edición traducida por Mariano Peyrou va precedida por un breve prólogo de Valeria Luiselli.

“Del color de la leche” es una novela ambientada en la Inglaterra rural del siglo XIX, entre las primaveras de 1831 y 1832. El relato está escrito en primera persona por la joven Mary, que tiene quince años y nació con el pelo del color de la leche y un defecto en una pierna que la hace cojear cuando camina. Mary vive con su abuelo, sus padres y sus tres hermanas en una granja que obliga a toda la familia a trabajar sin tregua y sufrir numerosas privaciones. Su abuelo enfermo es su preferido, mientras que odia al despótico padre que descarga sobre sus hijas su brutalidad y la frustración de no haber tenido un hijo varón. Analfabeta y sin más mundo que su granja pero espontánea, sincera hasta el descaro y con una gran inteligencia natural, Mary es enviada a la vecina casa del rector de la comarca para que cuide de la mujer de este, que padece una enfermedad terminal. En su nueva residencia, la joven descubrirá un mundo diferente al suyo y aprenderá a leer y a escribir, pero se verá sometida a nuevas e insospechadas ataduras y pagará un alto precio por su aprendizaje.

“Del color de la leche” es una novela realista y conmovedora, “un texto lleno de belleza y espanto”, un relato tan hermoso como desgarrador. En un ambiente bucólico, de verdes colinas y mugientes vacas, se nos presenta una realidad atroz, una familia campesina dominada por un trabajo físico extenuante y un implacable dominio patriarcal, con la supervivencia física como único objetivo. Y, al otro lado de la colina, gozne entre los dos únicos escenarios del relato, un mundo aparentemente más refinado y culto, pero dominado por las bajas pasiones y la hipocresía más descarnada y falsa. Pocos son los personajes de la novela, pero perfectamente caracterizados con unos pocos trazos y el eco de sus actos. Sólo el abuelo, aparcado y casi olvidado por el resto de la familia, se muestra sincero y verdaderamente cariñoso con la joven narradora.

También en el estilo, la prosa y el vocabulario utilizados, la novela mantiene su realismo y verosimilitud. Es la propia Mary, que acaba de aprender a escribir, quien relata la historia a modo de confesión y carta dirigida a un interlocutor que, aunque tal vez lo adivine antes, el lector no conoce del todo hasta el final. Y así, la escritura se revela también como un arma única de comunicación y denuncia, que permite a Mary, con su lenguaje directo y espontáneo pero todavía balbuciente, desahogar su angustia y componer una hermosa y desgarradora novela.

Carlos Bravo Suárez

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