Las declaraciones del
presidente del F.C Barcelona, Josep Maria Bartomeu, tras ser imputado por el
juez Ruz en el caso Neymar son un ejemplo más, y seguro que no será el último,
del recurso cliché que utilizan ciertos sectores de la sociedad catalana en
cuanto son investigados por posibles irregularidades o mala gestión. La
respuesta automática es considerar que todo es un ataque orquestado desde el
pérfido Madrid, una conspiración del gobierno central, un ataque a Cataluña. Lo
hemos visto en repetidas ocasiones desde que Jordi Pujol se envolviera en la
senyera y saliera de rositas en el caso Banca Catalana. A pesar de su cansina
reiteración, es ésta una respuesta que siempre encuentra un considerable apoyo
en una sociedad en buena medida educada en un maniqueísmo enfermizo y algo
paranoico, que suele achacar todos los males propios a los ataques
conspiratorios de un supuesto enemigo exterior.
Carlos Bravo Suárez
Carta publicada hoy en los diarios El País y El Mundo.
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