Desde su primera narración, “Lo peor de todo” (1992),
inscrita en los inicios de la llamada Generación X o Generación Kronen, Ray
Loriga (Madrid, 1967) ha recorrido una larga carrera literaria que incluye diez
novelas, varios libros de relatos y numerosos guiones de cine. Ahora, con
“Rendición”, acaba de ganar la última edición del prestigioso, y económicamente
bien dotado, Premio Alfaguara de Novela.
El
jurado, presidido por la escritora mexicana Elena Poniatowska, consideró que “Rendición” es
“una historia kafkiana y orwelliana sobre la autoridad y la manipulación
colectiva, una parábola de nuestras sociedades expuestas a la mirada y al
juicio de todos. A través de una voz humilde y reflexiva con inesperados golpes
de humor, el autor construye una fábula luminosa sobre el destierro, la
pérdida, la paternidad y los afectos. La trama de ‘Rendición’ sorprende con
cada página hasta conducirnos a un final impactante que resuena en el lector
tiempo después de cerrar el libro”.
“Rendición”
es lo que, últimamente con cierta modernidad y algo de abuso, denominamos
distopía, la descripción de una posible sociedad futura que acentúa algunos rasgos
ya presentes en la nuestra. Tal vez exagerando un poco, podríamos incluir este
relato en el género de la ciencia-ficción, aunque en realidad acabe funcionando
literariamente como una fábula o parábola. Una historia contada por una voz
narradora que habla en tiempo real mientras van ocurriendo los hechos, que
parece ir contándose a sí misma a modo casi de monólogo.
Una
pareja que vive en el campo tiene que quemar su casa y abandonar sus tierras
ante el avance de una guerra cuyas causas son oscuras y todos parecen
desconocer. Él, narrador de la historia, era un trabajador en las tierras que
eran propiedad de la que luego fue su mujer. Dos hijos del matrimonio partieron
a la guerra y no hay noticias de ellos desde hace tiempo. Para paliar su
ausencia, la pareja acogió a un niño mudo al que llamaron Julio, que les
acompaña en la huida. Con otros desplazados se dirigen a la cuidad
transparente, una ciudad en la que la intimidad no existe y donde a cada uno se
le da un trabajo acorde a su preparación y todas las necesidades parecen estar
satisfechas.
La
novela plantea diversos temas; algunos actuales y otros más atemporales. Por un
lado, la necesidad de adaptarse a nuevas circunstancias. El propio Loriga lo
expresó así en el momento de la recepción del premio Alfaguara: "Trata
sobre quiénes somos cuando nos cambian las circunstancias, cuando nos quitan
las flores del jardín, cuando los muebles se han ido, cuando las situaciones
han cambiado; quiénes somos de verdad, esa es la pregunta que me hago en el
libro". El narrador era un campesino y la actividad a la que se dedicaba antes
de la guerra ha dejado de existir en la ciudad transparente a la que llega.
La novela, en este aspecto orweliana, kafkiana y,
permítaseme la palabra, huxleyana, construye una metáfora de un tiempo futuro
en el que desaparece la intimidad del individuo y todo el mundo parece tener
que ser feliz por uniformidad y decreto. Otro concepto, ya presente en el
título, es el de la rendición: el narrador va aceptando y asumiendo una serie
de renuncias y humillaciones contra las que no logra en principio reaccionar.
Las causas de esa renuncia pueden ser varias, aunque tal vez sea la principal
la búsqueda de la supervivencia y protección de los suyos.
Escrita con una prosa sobria y desnuda, con escasez de
adjetivos y ausencia de adornos literarios, “Rendición” es una novela que se
lee con creciente interés y que plantea inquietudes y preocupaciones de nuestro
tiempo que se proyectan hacia el futuro.
“Rendición”. Ray Loriga. Alfaguara. 2017. 216 páginas.
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