“Años de sequía” es la primera novela de Jane Harper (Mánchester,
1950), periodista británica afincada en Australia. La novela ha tenido un gran
éxito en los países anglosajones, ha logrado varios importantes premios y ha
sido traducida a numerosos idiomas. Se trata, sin duda, de un poderoso debut
literario que mantiene la tensión de los mejores thrillers en el marco de unos
sorprendentes espacios abiertos dentro de una despoblada, calurosa y seca
Australia rural. La novela ha sido editada en España por Salamandra en su
colección Black, con traducción de Maia Figueroa.
“Años de sequía” transcurre en Kiewarra, un pequeño
pueblo situado al sureste de Australia, habitado sobre todo por ganaderos que
en su tiempo libre se dedican a cazar conejos y a beber cervezas en el pub. El
lugar sufre una larga y pertinaz sequía y una asfixiante ola de calor, que
comienza a afectar a las economías de sus habitantes e incluso a perturbar cada
vez más sus mentes. Consecuencia de todo ello parece ser el espantoso suceso
que se produce al inicio del relato: Luke Hadler, su mujer y uno de sus dos
hijos han aparecido muertos por disparos de escopeta. Todo parece indicar que
el asesino es el propio Luke, que luego se ha suicidado en su furgoneta. Al
funeral de la familia acude Aaron Falk, que fue el mejor amigo de Luke en sus
años jóvenes y que ahora vive en Melbourne, donde trabaja como policía de
delitos monetarios. Falk, que tuvo abandonar Kiewarra veinte años atrás tras la
misteriosa muerte de una joven amiga suya y de Luke, es recibido con hostilidad
en el pueblo pero, ante la insistencia de los padres de Luke, decide quedarse
unos días para investigar junto al único policía local las verdaderas
causas de la muerte de los tres miembros de la familia Hadler. La novela narra
esa investigación, con permanente suspense y giros inesperados, y en el marco
social de una pequeña comunidad rural australiana, cerrada y violenta.
El relato se mueve en dos planos temporales. Predomina la
narración del presente, contada en tercera persona, pero se intercalan en
cursiva secuencias del pasado, a modo de flash-back, también en tercera persona,
para reconstruir unos hechos ocurridos en el pueblo veinte años atrás que
condicionaron la vida futura de Falk. Aunque es un recurso frecuente, está muy
bien utilizado y resulta muy eficaz para contribuir a mantener la intriga y el
interés del lector.
Además
de contener los elementos habituales de una novela negra, “Años de sequía” hace
un retrato muy crítico de la sociedad de una pequeña comunidad rural
australiana, con unos personajes violentos, alcohólicos o presa de alguna
adicción, moral y culturalmente vacíos, cerrados, rutinarios y simples. Así lo
explica la propia autora en una entrevista reciente: “Comunidades donde la
gente no se fía del prójimo y donde hay odio y resquemor. Estos se encuentran
en cualquier parte, pero yo quería situar la novela en Australia. Allí, el
clima es esencial y las familias luchan mucho, en un ambiente muy aislado, para
salir adelante. Son como la frontera con un mundo inhóspito, zonas aisladas, en
las que la gente está a expensas del clima, donde no hay mucho que hacer”. La
sequía y el calor, ya desde el título, parecen tener una importancia
determinante en el libro. En ese sentido Jane Harper asegura que “si hay un
sitio donde el cambio climático ya afecta a la vida de la gente, donde
realmente ha cambiado ya y todo el mundo puede ver sus efectos ese es
Australia”.
“Años
de sequía” es una sorprendente opera prima, escrita con dominio de los tiempos
narrativos y de las tramas y los ritmos de la intriga y el suspense. Con unos
personajes muy bien construidos, una magnífica ambientación y una eficaz
combinación de lo local y concreto con temas más generales y universales que lo
trascienden. Un relato sólido y muy poderoso, que engancha al lector de
principio a fin y lo sorprende con un final inesperado. Aunque Jane Harper ha
debutado en la novela a una edad algo tardía, un arranque tan prometedor
permite esperar que nos haga disfrutar en el futuro con nuevas narraciones que,
esperemos, sean tan redondas como esta espléndida y destacadísima “Años de
sequía”.
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