Soy
lector desde hace años de José Luis Gracia Mosteo (Calatorao, Zaragoza, 1957), magnífico
escritor aragonés afincado en Madrid que ha cultivado la novela, los relatos, la
crítica literaria, el ensayo y la poesía. He reseñado aquí muchos de sus
libros, entre ellos sus tres poemarios anteriores: “La balada del valle verde”
(2004), “Blues de los bajos fondos” (2009) y “Romancero negro” (2017). Su libro
de poesía más reciente es "La pierna ortopédica de Rimbaud”, con el que ha
obtenido el I Premio Melaza de Poesía convocado por el Ayuntamiento de
Salobreña.
En
"La pierna ortopédica de Rimbaud”, José Luis Gracia imagina una divertida
y original continuación de la “Divina Comedia” de Dante Alighieri y escribe,
igualando el número de cantos de la obra original del florentino, 33 poemas, a
los que añade un epílogo, dedicados a otros tantos escritores, filósofos,
pintores, cantantes, bibliófilos, directores de cine, algún científico e
incluso, en un espléndido poema final titulado “Desintegración del autor”, al
propio escritor del libro. Se reparten equitativamente por infierno, purgatorio
y cielo el propio Dante, Lope de Vega, Góngora, Quevedo, Leopoldo Alas “Clarín”,
Gil de Biedma, José Luis Melero, Scott Fitzgerald, Llorenç Villalonga, T.S.
Eliot, Rimbaud, Coleridge, Robert Browning, Ovidio Gracia Abarca, Buñuel, Harold
Bloom, Saint-John Perse, Robert Graves, Jorge Luis Borges, Octavio Paz, David
Bowie, Bob Dylan, Robert Louis Stevenson, Jules Laforgue, Fernando Pessoa, John
Ford, Enrique Urquijo, Jorge Noriega, Nieztsche, Erwin Schrödinger, Ricardo
Molina, Luis Gracia y el propio autor del poemario, José Luis Gracia Mosteo. El
epílogo está dedicado al poeta bilbilitano José Verón Gormaz. A cada uno de
ellos escribe el autor un ingenioso y logrado poema, marca de la casa.
José
Luis Gracia Mosteo vuelve a poner de manifiesto su condición de ávido y
provechoso lector y de hombre culto y erudito a la par que ingenioso y
poéticamente hábil, juguetón y divertido. Canta con sus versos a un elenco de
personajes de épocas y oficios diferentes, ilustres y clásicos algunos y menos famosos
y conocidos otros. Muertos y muy muertos en su mayoría, pero todavía bien vivos
y coleando algunos otros. Y junto a tanto nombre ilustre, el poeta no duda en
incluir, como homenaje y entrañable reconocimiento, a algunos familiares
queridos: su recientemente fallecido tío, Ovidio Gracia Abarca, hijo del
mayorazgo de la Casa Chuan de Oliván en Huesca; o su padre, Luis Gracia, también pirenaico de nacimiento al que denomina
músico y agricultor y al que llama Luis el Oboe, por el instrumento que tocaba
durante su servicio militar. No menos emocionalmente sentida es la bella
dedicatoria final del libro a su madre, Pilar Mosteo Laborda, “desaparecida el
10 de enero del 2015, que me sigue mirando en silencio, doce libros después, y
cuyo retrato atisbo en el espejo”.
No hay
espacio aquí para detenerse en cada uno de los poemas, que es recomendable leer
despacio y saborear verso a verso. Pero, si hay que destacar alguno, tal vez deba
ser el último, “Desintegración del autor”, con estos inicio y final: “No soy yo
quien escribe esto: / todos escritores tienen un fantasma / que redacta sus
libros con ellos. […] No soy yo quien escribe esto / todos lectores tienen un
fantasma / que ojea y lee sus libros con ellos”. Me ha gustado a mí
especialmente el dedicado al infortunado Enrique Urquijo, “un poeta que buscó a
Dios en el caballo”, que recomiendo leer escuchando “Y no amanece”, la canción
de Los Secretos. Y también el epílogo dedicado al espíritu de Verón: “Digo yo
que Pessoa y Laforgue, / Scott Fitzgerald y Stevenson /, además de Verón, son
mis virgilios, / ellos, sus novelas y poemas. / Dicen los discípulos de Platón
/ que llevamos el cielo y el infierno: / digo yo que el mal lo cantó Rimbaud, /
el bien, Verón en sus versos: / el campo, el sol que nace / y el paso lento del
tiempo”.
“La
pierna ortopédica de Rimbaud” es, ya desde su título, un libro original, ameno,
divertido y bien escrito. Que se lee en un momento y con provecho porque es
breve y hace honor a la máxima graciana. Con él, José Luis Gracia Mosteo ha
vuelto a dar poéticamente en el clavo.
'La
pierna ortopédica de Rimbaud'. José Luis Gracia Mosteo. Premio Melaza de
Poesía. Ayuntamiento de Salobreña. 2018. 80 páginas.
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