domingo, 28 de abril de 2019

UN CABALLERO EN MOSCÚ


“Un caballero en Moscú” es la segunda novela del escritor estadounidense Amor Towles (Boston, 1964), graduado por la Universidad de Yale y doctor en Literatura Inglesa. Su anterior narración fue “Normas de cortesía” (Salamandra, 2012), que obtuvo un considerable éxito de crítica y ventas. “Un caballero en Moscú”, que en España ha sido publicado también por Salamandra con traducción de Gemma Rovira Ortega, ha vendido ya más de un millón de ejemplares y fue considerado Libro del Año por The Times y The Sunday Times.

La novela tiene como personaje principal al conde Aleksander Ilich Rostov, un refinado y culto noble ruso que no quiso huir del país en 1917 y al que en 1922, y gracias a un sorprendente poema subversivo escrito diez años antes, se le conmutó la pena de muerte inicial por un insólito exilio interior: su confinamiento en el hotel moscovita Metropolitan, del que era cliente habitual y en el que se le obliga a pasar el resto de su vida. En este pequeño microcosmos transcurren tres décadas de la existencia de Rostov, un verdadero caballero a la antigua usanza y un buen conocedor de los placeres culinarios y de los entresijos del hotel, que va a trabajar como miembro del equipo del restaurante que se dedica a preparar y servir las comidas del prestigioso establecimiento. Allí conoce a diversos e interesantes personajes y vive, directamente o por referencias, el devenir del régimen soviético: los cambios producidos por la revolución, las hambrunas ucranianas y las obligadas colectivizaciones campesinas, las purgas estalinistas o la muerte del propio Stalin y su sustitución por Jruschov al frente de la URSS.

Sobre el extraño y sorprendente papel del conde Rostov en su aislamiento hotelero, el propio autor del libro ha dicho en una entrevista: “Enseguida descubre que no merece la pena tomarse en serio a sí mismo. Pide trabajo como camarero en el restaurante del hotel. Lo irónico es que, al ser aristócrata, se convertirá en el camarero perfecto porque ha sido educado con modales, habla cinco idiomas y sabe valorar la gastronomía y los vinos. Experimentará lo gratificante de trabajar con otras personas: baja de clase pero sube en sensibilidad”.

Además del claro protagonismo del erudito y educado noble, hay otros interesantes personajes que lo acompañan en su exilio interior. Destacan sobre todo dos personajes femeninos a los que vemos transformarse a lo largo del relato: Nina Kulikova, que aparece en la primera parte de la historia siendo una niña y reaparece brevemente luego como madre de Sofía, que crece y se convierte a su vez en un personaje fundamental del último tramo de la narración. Menos cambios sufre Anna Urbanová (“el sauce”) en sus sucesivas e intermitentes apariciones en la novela.

Otro personaje con interés es Miskha, escritor y amigo de la infancia del conde, que prepara una edición de las cartas de Chéjov y acabará cayendo en desgracia y represaliado por el régimen soviético. También los diferentes trabajadores del hotel tienen una presencia continua y algunos diplomáticos extranjeros que se hospedan en el Metropolitan. Con uno de ellos, un alemán que las estima nulas, tiene Rostov un debate sobre las aportaciones de Rusia a la cultura universal. El conde aporta las figuras literarias de Chéjov y Tolstói, con los que “los rusos hemos colocado los sujetalibros de bronce a ambos extremos del estante de la narrativa”. También la escena primera del primer acto de “El cascanueces” de Chaikovski. Y el caviar. Porque al conde el vodka no le gusta.

La novela, de más de 500 páginas, está magníficamente narrada –en cierto modo a la antigua usanza y con un encantador y mágico toque vintage– y cuenta una historia deliciosa, con varias ramificaciones narrativas que vuelven al tronco común que es Rostov en el hotel. Aunque no exento de crítica al régimen comunista soviético, cuyas hipocresía y locuras describe con humor, el relato tiene un tono sutil, amable, irónico y, en ocasiones, muy divertido y jocoso. Una magnífica muestra de la mejor literatura. Literatura con mayúsculas.

“Un caballero en Moscú”. Amor Towles. Salamandra. 2018. 510 páginas.

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