domingo, 26 de mayo de 2019

SAN PEDRO DE LAS PICAS EN EL VALLE DE NOCELLAS

Ruinas de la ermita de San Pedro de las Picas con el valle de Nocellas al fondo.
 Ábside de la ermita


 Último tramo del camino a la ermita
 El Castellaz desde la ermita
 El Castellaz

 Ermita de San Miguel en El Castellaz

 Casa Torrueco

Siguiendo con los artículos dedicados a algunas ermitas románicas poco conocidas de la comarca de Ribagorza, nos vamos a ocupar hoy brevemente aquí de los restos de San Pedro de las Picas (o Sant Pere de les Piques), una pequeña y sencilla construcción situada en un alejado promontorio rocoso de difícil acceso de la parte alta del valle de Nocellas, en la sierra de Chordal, dentro del término de la localidad de Merli, hoy perteneciente al municipio de Isábena.

Hay muy escasas referencias bibliográficas a las ruinas de esta ermita ribagorzana. Entre las obras más conocidas dedicadas al románico aragonés solo aparece en el libro “Arte religioso del Alto Aragón oriental de los siglos X, XI, XII y XIII”, de Manuel Iglesias Costa, en la edición revisada y aumentada por José Luis Acín y Enrique Calvera en 2004, donde ocupa una página, con un breve texto, una foto no excesivamente clara y un pequeño mapa de situación. También encontramos una breve alusión (“construcción románica, de dificilísimo acceso”) en el pie de un par de fotos en blanco y negro del tomo 2 del “Inventari d’esglésias (Baixa Ribagorça, Alta Ribagorça y Vall d’Arán)”, publicado en 1978 por el archivero y fotógrafo catalán Josep María Gavín. Asimismo, se menciona brevemente esta ermita en el tomo XVI, dedicado a La Ribagorça, de “Catalunya Romànica”, que incluye un buen número de municipios de la zona oriental de nuestra provincia oscense. Más recientemente, se ha publicado el artículo monográfico “Románico desconocido del valle de Nocellas: San Pedro de las Picas de Merli” (Cristian Laglera Bailo, El Cruzado Aragonés, Barbastro, 23 de marzo de 2018).

Encontrar esta pequeña y remota construcción religiosa no es tarea fácil. Se puede acceder desde Merli, todavía habitado, hasta donde llega una estrecha y sinuosa carretera que parte de La Puebla de Roda. Desde Merli, por una pista descendente se llega al despoblado Nocellas, en el que destaca la todavía en pie iglesia de Santa María, de orígenes románicos pero muy modificada en el siglo XVI. Desde Nocellas, otra pista conduce hasta la arruinada Casa Torrueco, desde donde asciende hasta El Castellaz, un caserón de grandes dimensiones con algunas construcciones anexas y una pequeña ermita al que todavía no ha alcanzado del todo la ruina. A partir de aquí, dar con las ruinas de la ermita de San Pedro se hace algo más complicado. En aproximadamente una hora de caminata, es necesario ir campo a través en dirección al este y cruzar un bosque de pinos hasta alcanzar una zona rocosa abierta, conocida como Tuca de San Pedro, desde donde se contemplan amplias vistas del valle de Nocellas. Allí, en el poco espacio llano que permite la inclinada y grisácea masa rocosa, se levantan los escasos restos de la ermita. Hay que suponer que el topónimo “de las Picas” hace referencia a esta ubicación tan elevada y agreste.

La ermita de San Pedro de las Picas se construyó sobre uno de los farallones rocosos que cierran el valle de Nocellas por su lado norte. Es un edificio de reducidas dimensiones, cuyas medidas son 3,90 x 2,20 metros. El grueso paramental alcanza en algunos tramos los 0,70 metros. La ermita se acomodó al poco espacio existente, que no daba para una obra de mayores dimensiones. Se aparejó con mampostería de calibre irregular, apreciándose en sus hiladas inferiores una mayor calidad y en las superiores (quizá fruto de alguna restauración) una obra algo más burda. Consta de planta rectangular coronada por un diminuto ábside semicircular orientado canónicamente al este. La puerta de acceso, muy estrecha, se sitúa a los pies del edificio, algo descentrada hacia el norte. Pensamos que esta puerta se abrió siglos después de construida la ermita, y que la original pudo estar abierta al sur o incluso a poniente, como lo hace ésta, pero sin corresponderse con la actual.

Para hablar de la posible cronología de San Pedro de las Picas, acudimos al acta de consagración de la iglesia parroquial de Santa María de Merli del año 1122, en la que hallamos una mención a esta ermita: "terra ad illo puio Sancto Petro", por lo que su datación podría establecerse en los siglos XI-XII. Aunque esta referencia parece confirmar su origen medieval y románico, tampoco es del todo descartable que pudiera tratarse de una de las numerosas obras de tipo rural que en fechas más tardías imitan las formas de construcción románica anteriores. En cualquier caso, hemos querido dejar constancia en estas líneas de la existencia de estos desconocidos restos en un remoto y casi Inaccesible rincón de Ribagorza. 

Carlos Bravo Suárez y Cristian Laglera Bailo.


(Todas las fotos de este post están tomadas en marzo de 2015, en mi primera visita al lugar)

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