El Centro
Excursionista Ribagorza, con sede en Graus, realizó la semana pasada una
excursión matinal por el valle de Castanesa, en la Alta Ribagorza Oriental. Fue
un recorrido circular con inicio y final en Castanesa, y con paradas en las
pequeñas poblaciones de Ribera, Denuy y Fonchanina, además de la casa Siscarri,
hoy deshabitada.
Los 23
participantes en la actividad salimos de Graus a las 7.30 horas y nos desplazamos
en nuestros vehículos hasta Castanesa, donde a las 8.30 horas iniciamos nuestra
caminata. Castanesa, situada a 1.503 m. de altitud, está dividida en dos
barrios: la Vila de Arriba o de Amunt y la Vila de Abajo o de Avall. En el
barrio alto se encuentran las dos iglesias de la localidad y la mayor parte de
su caserío. Nuestra ruta se inicia en el barrio bajo, junto al restaurante Ca
de Graus, donde encontramos el indicador del GR-18 que nos dirige a Ribera. De
Castanesa a Ribera hay 2,5 km de pronunciada bajada, que se hacen en unos 45
minutos. Durante un tramo del descenso, vimos multitud de flores de jara, muy
frecuentes en esta ladera del río Baliera.
Tras
atravesar el río, llegamos a Ribera, pequeña población de un par de casas, en
la que destaca la de Hilario Ballarín, según reza en su llamativa portada de aparente
estilo renacentista. En la parte alta del lugar, y a la derecha del camino, se
hallan la pequeña ermita de San Miguel, con doble espadaña, y el cementerio.
Todo perfectamente limpio y cuidado.
Desde
Ribera, el camino asciende hacia Denuy, continuando por el GR-18, que cruza
varias veces la carretera. Denuy, perteneciente al municipio de Laspaúles, es
una pequeña localidad con un caserío algo disperso y con la iglesia de San
Caprasio, de orígenes románicos, situada, solitaria, en lo alto del pueblo, a
la derecha del sendero. A partir de Denuy, y hasta Fonchanina, dejamos las
marcas del GR y hay que estar atentos al camino que, al menos en estas fechas,
se encuentra en muchos momentos oculto por la crecida y exuberante vegetación.
El
sendero gira hacia el norte por un tramo algo aéreo, con el río Baliera al
fondo de una profunda garganta y con estupendas vistas de Castanesa, en lo
alto, al otro lado del río, y de Fonchanina al fondo. También de los verdes
prados con sus bordas, tan importantes durante siglos para la vida pastoril y
la trashumancia ganadera de los rebaños procedentes de la tierra baja, que
llegaban puntualmente cada verano hasta esta famosa y cotizada montaña de
Castanesa.
Poco después,
el sendero se adentra por una preciosa zona de bosques, muy húmeda y verde y
recubierta de musgo. Tras pasar un par de barrancos, uno de ellos por un viejo
puente de piedra, llegamos a Siscarri, una casa hoy deshabitada pero en buen
estado. Desde Siscarri, y con la hierba muy alta en algunos tramos, el camino
desciende hasta el río Baliera, que cruzamos por un puente de madera de obra
reciente. Pasamos así a la margen izquierda del río y ascendimos, en corta pero
pronunciada subida, hasta Fonchanina, ya perteneciente al municipio de
Montanuy. En esta población, bien
arreglada pero en la que únicamente vive un habitante de manera permanente,
hicimos una parada para refrescarnos con el agua de la fuente de su plaza,
situada junto a su restaurada iglesia.
Desde
Fonchanina a Castanesa hay escasamente dos kilómetros que hay que hacer por
carretera, por donde transita de nuevo el GR-18 que habíamos seguido al
principio. Tras un paseo por el barrio alto, llegamos al barrio bajo de
Castanesa, donde cerramos el círculo y terminamos nuestra excursión. Fueron 12 km y 600 m. de desnivel acumulado,
en los que invertimos con las sucesivas paradas alrededor de cinco horas.
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