“Sed”
es la última novela de Amélie Nothomb, prolífica escritora belga en lengua
francesa. De nombre real Fabienne Claire Nothomb, y con el título nobiliario de
baronesa, ha publicado prácticamente un libro por año desde que en 1992
iniciara su productiva carrera literaria. Hija de un diplomático belga, la
escritora nació en Kobe (Japón) en 1966 y pasó la infancia y ha vivido en este
país, de cuya lengua es intérprete y traductora, además de en China, Estados
Unidos, Laos, Birmania y Bangladés. Estudió Filología Románica en la
Universidad Libre de Bruselas, es miembro de la Academia de la Lengua y de la
Literatura Francesas de Bélgica y ha recibido numerosos e importantes premios y
reconocimientos. Ha publicado una treintena de novelas, de las que hemos
reseñado algunas en esta sección, y varios libros de relatos y obras teatrales.
Hace unos meses, Anagrama, su editorial española de siempre, ha publicado su
última novela, “Sed”, con traducción del francés del escritor Sergi Pàmies,
traductor habitual de las obras de la escritora belga en nuestro país.
Como
es habitual en su narrativa, “Sed” es una novela corta, de poco más de cien
páginas, que se lee con facilidad de un tirón o dos. Algún crítico ha llamado
certeramente “balas”, por su brevedad y rapidez de lectura, a estas narraciones
de Nothomb. Si en su novela “Barba Azul”, la escritora belga recreaba la fábula
de Charles Perrault, ahora con “Sed” se atreve con una recreación mucho más difícil
y arriesgada. Nada más y nada menos que el hecho fundamental de la llamada
Historia Sagrada: la muerte y la resurrección de Jesucristo. Lo que millones de
cristianos de todo el mundo celebran religiosamente cada año en la Semana Santa
como la pasión de Cristo, un relato contado con diferentes matices en los Evangelios,
que narran la vida del llamado Mesías y componen el Nuevo Testamento.
Y
Amélie Nothomb lleva a cabo esta recreación en un relato contado en primera
persona por el propio Cristo. Y lo hace con solvencia narrativa y desde una
perspectiva personal que, aunque atrevida y algo iconoclasta, no resulta a mi
entender ni escandalosa ni provocativa porque, antes que nada y sobre todo, es
literatura. En su, en ocasiones contradictoria, condición de hombre y de hijo
de Dios, Jesús narra los últimos momentos de su vida desde el juicio a que es
sometido por Poncio Pilatos hasta la ejecución de su condena y, ya de manera
más breve, su “resurrección” posterior (“¿resucité o fui resucitado?”).
Reflexiona sobre su encarnación en un cuerpo y busca mitigar el dolor físico al
que es sometido en su crucifixión. Recuerda el testimonio en su contra de
aquellos a los que había ayudado con sus milagros. Narra las etapas de su
castigo y destaca la ayuda de Simón de Cirene y de Verónica. También la
presencia de las dos mujeres que lo amaron y a las él que amó: su madre María
(“la relación se invierte hasta tal extremo que mi madre se convierte en mi
huérfana”) y Magdalena (“cada noche, me habría dormido abrazando a mi mujer;
cada mañana, me habría despertado a su lado; no existe felicidad que pueda
igualar esta hipótesis”).
Y
reflexiona sobre el éxito o el fracaso de la misión que con su sacrificio le
asignó su padre. Sobre la glorificación de su sacrificio y sobre el sadismo
explícito que entraña su expiación. Como se sintetiza en la edición del libro:
“Aparecen en estas páginas Poncio Pilatos, los discípulos de Cristo, el traidor
Judas, María Magdalena, los milagros, la crucifixión, la muerte y resurrección,
las conversaciones de Jesús con su padre divino... Personajes y situaciones de
todos conocidos, pero a los que aquí se da una vuelta de tuerca: se nos cuentan
con una mirada moderna, un tono lírico y filosófico con toques de humor. Jesús
nos habla del alma y la vida eterna, pero también del cuerpo y del aquí y
ahora; de lo trascendental, pero también de lo mundano. Y aflora un personaje
visionario y reflexivo que conoce el amor, el deseo, la fe, el dolor, la
decepción y la duda”.
La
escritora belga hace un nuevo ejercicio de preciosismo literario, en su estilo siempre
sobrio y elegante. Combinando con equilibrio narración, descripción y
reflexión, Nothomb hace honor a la
máxima graciana de lo bueno, si breve, dos veces bueno. Seguro que no habrá que
esperar demasiado para leer su próxima novela.
“Sed”. Amélie Nothomb. Anagrama. 2022. 128 páginas.
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