domingo, 26 de enero de 2025

CON "LOS DOS BEUNE", PIERRE MICHON CULMINA SU DÍPTICO SOBRE UNA PASIÓN AMOROSA OBSESIVA


El Beune Grande y el Beune Chico son dos ríos franceses afluentes del río Vézère, en la región del Périgord, en el suroeste de Francia. En 1996, el escritor francés Pierre Michon  (Cards, 1945) publicó la novela corta “La Grande Beune”, que en 2012 Anagrama tradujo al español con el título de “El origen del mundo”. Así quería titular su libro el propio Michon, pero no pudo hacerlo por estar ya en francés ese título registrado. Ahora, casi treinta años después, el escritor galo ha publicado “Los dos Beune”, que incluye la novela original de 1996 y su continuación actual. El díptico ha sido editado en España también por Anagrama y de nuevo con la traducción de María Teresa Gallego Urrutia.

Pierre Michon es uno de los escritores actuales con mayor prestigio literario en el país vecino. Ya casi octogenario, responde en gran medida a lo que suele denominarse un autor de culto. Alabado por la crítica más exigente y con unos lectores muy devotos, vive alejado del foco mediático y apenas promociona personalmente sus libros. Hijo de una maestra, que lo educó cuando su padre abandonó el hogar familiar, se licenció en Letras, trabajó como profesor y formó parte de una compañía de teatro con la que recorrió toda la geografía francesa. Debutó como escritor en 1984 con “Vidas minúsculas”, considerada casi unánimemente como una obra maestra. Además de este libro, Anagrama ha publicado en nuestro país “Señores y sirvientes”, “Rimbaud el hijo”,El origen del mundo”, “Cuerpos del rey” y “Los Once”.

Como ya se ha dicho, “Los dos Beune” consta de dos partes tituladas con los nombres de dos ríos: “El Beune Grande” y “El Beune Chico”. La primera coincide con la novela publicada en 1996 y la segunda es un nuevo texto con la continuación de aquella. Ambos textos son breves y el resultado del conjunto se lee como una unidad narrativa, con continuidad cronológica y un final cerrado, pues el relato de la primera parte quedaba más abierto. El narrador en primera persona, cuyo nombre de pila no conocemos hasta el final de la novela, es un joven de veinte años que llega a la pequeña población de Castelnau, a orillas del río Beune Grande, en la Dordoña francesa, para trabajar por primera vez como maestro en la escuela local. Es el año 1961, pero el narrador recuerda los hechos desde un futuro posterior indeterminado. En el pueblo, se hospeda en una fonda regentada por Hélène, mujer maternal y acogedora, donde los rudos lugareños van a echar sus tragos y hablar de sus cosas. Por allí acude con frecuencia Jean, el hijo de Hélène, un mítico y portentoso pescador, que se conoce el río como la palma de su mano y juega al gato y el ratón con los gendarmes con sus artimañas furtivas. Otro personaje masculino con cierta presencia en la novela es el llamado Jeanjean, un granjero del pueblo, cuyo granero alberga, escondida tras un tractor John Deere, la entrada a una cueva, al parecer prehistórica, que van a visitar los turistas. También Mado, la novia del joven maestro, que va a visitarlo algunos fines de semana, adquiere un cierto protagonismo en la segunda parte de la novela.

Mención aparte merece Yvone, la estanquera del pueblo, una mujer de belleza exuberante, madre soltera de un niño de siete años que es alumno del joven maestro en la escuela. El narrador queda arrebatado por una pasión amorosa obsesiva y un deseo sexual irrefrenable por la estanquera, que ocupa casi permanentemente su pensamiento. Cada día va a comprar su paquete de Marlboro y pasea por los caminos locales ansioso por encontrarse con ella (“Yo me asfixiaba de bestialidad. El mundo era una carne blanca, un bocado soberbio”). Esa pasión ardiente y profunda, eje central del relato, puede entenderse como un deseo ancestral y telúrico, en conexión con un tiempo pasado y arcaico, representado por las cuevas prehistóricas de la región y los impulsos primigenios de los cazadores y pescadores del lugar, integrados en los paisajes campestres. En la región de Dordoña se encuentra la cueva de Lascaux,  con significativas muestras del arte rupestre y paleolítico y a la que se hace referencia varias veces en la novela. 

En este largo párrafo se resume con absoluta precisión el estilo y la esencia de la novela. “La deslumbrante prosa de Michon, poética y profunda, elusiva y alusiva a un tiempo, despliega un entramado neblinoso de pasiones soterradas, pulsiones oscuras y fulguraciones entrevistas, e invita a bucear por los misterios de una civilización en la que a la naturaleza y la geología se les superponen la historia y la cultura, herramientas del raciocinio destinadas a atemperar, en última instancia en vano, las corrientes sísmicas de las pasiones privadas”.

A punto de cumplir ochenta años, Pierre Michon parece mantenerse en plena forma como escritor. Esperemos que aún pueda regalarnos nuevas joyas literarias como la que acabamos de reseñar.

 “Los dos Beune”. Pierre Michon, Anagrama. 2024. 160 páginas

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