sábado, 22 de marzo de 2025

"QUERCUS", UNA NOVELA SOBRE LA ESPAÑA RURAL DE LA POSGUERRA

“Quercus” es un caso atípico en la literatura española actual. El libro fue publicado en 2019 por Cuarto Centenario, una modesta editorial con sede en Toledo. El efecto boca a boca hizo que la novela alcanzara una considerable difusión y saltara los límites geográficos de la comunidad castellano-manchega. En este 2025, ha salido la octava edición del libro y, en torno a él, se han creado recientemente algunas rutas senderistas por el Parque Nacional de Cabañeros, en los Montes de Toledo, por cuyos parajes transcurre parte del relato.

El autor de “Quercus” es Rafael Cabanillas Saldaña (Carpio de Tajo, Toledo, 1959), docente que trabaja en la actualidad como profesor de Lengua en un instituto de Ciudad Real y que lo hizo anteriormente como maestro en escuelas rurales unitarias manchegas. Viajero, articulista y colaborador de National Geographic, es autor de varias novelas y libros de viajes. Tras el éxito de “Quercus”, ha publicado, también en Cuarto Centenario, y compartiendo universo literario, las novelas “Enjambre” (2021) y “Valhondo” (2022). Las tres conforman la trilogía narrativa denominada  “En la raya del infinito”.

“Quercus” transcurre durante la posguerra española en un territorio manchego geográficamente no definido. Los lugares y los nombres de los pueblos (Valdelovillos, Hontanares, Valdelagua o Navapuerca) son ficticios y solamente el topónimo Rocigalgo, uno de los picos más altos de los Montes de Toledo, es real. Además, otro de los aspectos más destacados de la novela es el uso de palabras propias de esta zona geográfica. Para facilitar su comprensión, al final del libro encontramos un glosario o vocabulario alfabético de esos localismos. Algunos tan curiosos como “currucaneros” (comerciantes y tratantes de ganado), “espesinar” (monte muy cerrado), “macareno” (jabalí de gran tamaño) o “viajera” (autobús).   

La historia narrada se remonta a la Guerra Civil española, cuando el joven Abel Mejía Romero es testigo del asesinato de su familia y huye despavorido al monte, donde durante tres años largos vive escondido, sobreviviendo de la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres. Tras salvar a una joven de morir ahogada, entrará en contacto con la civilización e irá a parar a un pequeño pueblo donde acabará instalándose. Los campesinos de la región sobreviven a duras penas en un periodo de escasez económica y terror político. La pobreza, convertida por momentos en hambruna, se acentúa cuando un ministro del régimen franquista compra una gran extensión de terreno para uso cinegético con sus ricachones compañeros de la capital. El vallado del latifundio afecta a las labores de pastoreo y la utilización de recursos antes comunales y solo las personas contratadas para trabajar en la finca tienen asegurada su subsistencia. En esas adversas circunstancias Abel y su nueva familia intentarán salir adelante.

En “Quercus”, la naturaleza, el paisaje y los trabajos rurales de los lugareños adquieren un destacado protagonismo: las escarpadas serranías, la berrea de los ciervos, las carboneras vegetales, el descorchado de los alcornoques, el corte de leña en los bosques, las batidas de caza… También asistimos al final de ese tipo de vida y el inicio de la despoblación rural y la emigración a las ciudades. Porque la injusticia social y el latifundismo abusivo actuaron como aceleradores de ese vaciado de la España interior y del éxodo a los crecientes núcleos urbanos demandantes de mano de obra. “En unos años, las dos aldeas se quedaron medio vacías y sus habitantes tuvieron que emigrar a las grandes ciudades, cuyos extrarradios crecían y crecían en un mar de chabolas de chapa y cartón”.  

“Quercus” es una novela dura e impactante. Un relato demoledor sobre unos años de injusticias y miseria, de hambre, suicidios desesperados y abusos de poder de los ricos sobre los pobres. Tal vez los personajes principales encarnan, sin apenas matices intermedios, comportamientos morales y humanos totalmente opuestos y antagónicos. Desde el honrado Abel y la valiente Lucía hasta el despiadado Don Casto, cuyo nombre es una flagrante y casi cómica ironía.  

Con un narrador externo y omnisciente, que a veces se dirige directamente al lector, la novela se inscribe dentro de una corriente de ruralismo literario que parece vivir un cierto rebrote en nuestras letras. Por algunas afinidades obvias, “Quercus” puede vincularse con algunas de las novelas más duras de Miguel Delibes, como “Los santos inocentes” o “Las ratas”. También con otras más recientes como “A la intemperie”, de Jesús Carrasco. “Quercus” es un interesante eslabón en esta literatura que se adentra en la realidad y las causas del vaciado de la España rural. En este caso, en el contexto histórico de la extrema dureza social de la posguerra española.

“Quercus”. Rafael Cabanillas Saldaña. Cuarto Centenario. 2025. 8ª  edición. 352 páginas.

domingo, 9 de marzo de 2025

DOS NOVELA PREMIADAS DE DOS PROMETEDORAS ESCRITORAS


“La casa limón” y “Los hechos de Key Biscayne” son, respectivamente, las dos narraciones ganadoras de la última edición de los premios Tusquets y Herralde de novela. Las sendas autoras de estos libros son Corina Oproae y Xita Rupert, dos prometedoras escritoras que han debutado recientemente en el género narrativo. Ambos relatos están escritos en primera persona por una narradora que recuerda, desde un futuro indefinido, hechos de su vida ocurridos en su infancia, adolescencia y primera juventud. Aunque con tratamiento y enfoques diferentes, son dos narraciones muy originales y de una destacable calidad literaria.

“La casa limón” es la primera novela de Corina Oproae, nacida en Rumanía en 1973, afincada en Cataluña desde 1998 y con nacionalidad española desde 2002. Licenciada en Filología Inglesa e Hispánica, ha publicado dos libros de poesía y traducido a varios autores rumanos al castellano y al catalán. Es autora del libro “La poesía del siglo XX en Rumanía” (2022). Con “La casa limón”, ha ganado la vigésima edición del Premio Tusquets de Novela. El jurado acordó por unanimidad premiar esta obra al considerarla “extraordinaria y singular en la literatura española, por su escritura precisa y evocadora, cruda y onírica, y por el testimonio de vivencias históricas de la Europa del Este”.

“La casa limón” transcurre en la Rumania de la década de los 80, en los  estertores de la dictadura de Ceasescu. La narradora es una niña que vive con su familia: sus padres y su hermanastra, que ya lleva una vida más independiente. La madre trabaja en un hospital y el padre cae enfermo y es enviado a casa de unos tíos. La niña también pasa temporadas con sus abuelos en la Transilvania rural. En su relato combina aspectos más realistas de su descubrimiento de la sociedad rumana con episodios más líricos de onirismo y ensoñación. Ella se refugia en la lectura y construye su mundo debajo de una mesa y rodeada de un castillo de libros.

A medida que crece, irá descubriendo la represión política y la escasez económica de su país, pero también la enfermedad, la muerte de los seres próximos, el sexo desde una relación de abuso y el amor. La familia vivía en una casa unifamiliar (la casa limón) que “los que en nuestro país se preocupan por la gente” han cambiado por un piso pequeño, en un bloque de color gris, al que llaman la caja de cerillas, “donde nos escucharemos los unos a los otros cuando tiremos de la cadena del retrete o cuando resoplemos por la noche”. También, a través de un amigo, descubre el significado de la palabra Securitate: “Son gente como nuestros padres y madres, pero para poder untar el pan de sus hijos por la mañana con mantequilla y no con mostaza vigilan a veces a sus vecinos e incluso a sus amigos, y luego se lo cuentan a nuestro Gran Dirigente”. “La casa limón” es una novela original, escrita con una prosa muy poética, que conjuga la inocencia de la mirada infantil con la memoria retrospectiva desde la adultez.

Tras el éxito de “Mis días con los Kopp” (2022), reseñada en esta sección, “Los hechos de Key Biscayne” es la segunda novela de Xita Rubert (Barcelona, 1996). Con ella ha ganado la 42 edición del Premio Herralde de Novela, compartido con  “Clara y confusa”, de la escritora chilena Cynthia Rimsky. Desde el jurado, Gonzalo Pontón Gijón define así “Los hechos de Key Biscayne”: “Un enrarecido relato de deseos adolescentes procesados por una mente adulta. Un padre seductor, entusiasta e irresponsable; un viaje al corazón del technicolor y la obscena opulencia de Florida; unas amistades ambiguas y quizá peligrosas constituyen las dimensiones de un mundo personal por el que corre un aire nunca puro”.

La novela transcurre en Key Biscayne (Cayo Vizcaino), una isla situada junto a Miami. Ricardo, un profesor de Filosofía, español y divorciado, ha conseguido de su exmujer la custodia temporal de sus dos hijos, una niña de doce años y su hermano algo mayor. El trato es que el padre va a trabajar como profesor visitante en la universidad de Boston y los niños se escolarizarán allí para aprender inglés. Sin embargo, Ricardo logra repentinamente el traslado a una universidad de Miami, en busca de un clima mejor y un ambiente social menos rígido. Allí, la familia entra en contacto con una sociedad de contrastes: famosos, millonarios y mafiosos y trabajadores más pobres a su servicio. Además de, entre otras cosas, niñas que se hacen operaciones de estética para parecer mujeres antes de tiempo.

La novela está narrada por la hija, que recuerda los hechos desde su edad adulta. El relato mezcla misterio, humor, relaciones perturbadoras y reflexiones filosóficas con algunas frases casi aforísticas. Con una madurez y un oficio sorprendentes para su juventud, Xita Rupert se confirma como una de las voces más originales y con mayor proyección de la actual literatura hispana.

“La casa limón”. Corina Oproae. Tusquets. 2024. 256 páginas

“Los hechos de Key Biscayne”. Xita Rupert. Anagrama. 2024. 216 páginas.