Miguel
Bonnefoy (París, 1986) es un escritor francés de padre chileno y madre
venezolana. Estudió Literatura en La Sorbona y, como hijo de diplomático, ha
vivido en diferentes lugares del mundo. Su obra literaria se ha publicado en
más de una veintena de países y obtenido numerosos premios y reconocimientos.
Aunque domina perfectamente el español, escribe sus libros en lengua francesa.
Entre sus novelas destacan “El viaje de Octavio” (2015), “Azúcar negro” (2017)
o “El inventor” (2023). Esta última publicada en España por Libros del
Asteroide, que también ha publicado recientemente en nuestro país su más
reciente novela, “El sueño del jaguar”, ganadora del Gran Premio de
Novela de la Academia Francesa y del Premio Femina, y traducida del francés por
Regina López Muñoz.
“El
sueño del jaguar” recorre cien años de historia venezolana a través de cuatro
personajes pertenecientes a tres generaciones de una familia excepcional de
aquel país caribeño. La novela se estructura en cuatro partes, una para cada
uno de estos personajes: el matrimonio compuesto por Antonio y Ana María, la
hija Venezuela y el nieto Cristóbal. El primer personaje de la novela es
Antonio. La novela se inicia con esta frase: “Al tercer día de su vida, Antonio
Borjas Romero fue abandonado en los escalones de una iglesia, en una calle que
hoy lleva su nombre. Una mujer, a la que todos conocían como la muda Teresa,
que pedía limosna a la puerta de esa iglesia de Maracaibo recogió y crio al
recién nacido. El niño creció en la pobreza y sobrevivió trabajando como vendedor
de cigarrillos, estibador y mozo en un burdel, antes de convertirse en uno de
los cirujanos más ilustres de su país y fundador de la Universidad de Zulia, en
Maracaibo, de la que fue muchos años su rector. Ana María Rodríguez procedía de
una familia de clase media baja y terminó también siendo una de las primeras
mujeres médico (ginecóloga) de Venezuela y la primera del estado de Zulia.
Estos dos personajes excepcionales se enamoran en su época de estudiantes, se
casan y tienen una hija a la que ponen de nombre Venezuela, que, sin embargo,
abandonará su país para cumplir su sueño de irse a París. Allí nace su hijo
Cristóbal, que va a cerrar el círculo para volver a Venezuela y escribir la
historia de sus abuelos y de su madre y, como fondo, la del siglo XX del
convulso país sudamericano.
Como
el propio autor ha contado, “El sueño del jaguar” relata la historia, con
generosas licencias literarias, de su familia materna. Antonio Borjas Romero y
Ana Mará Rodríguez fueron sus abuelos y él es el Cristóbal de la novela, que
viaja de Francia a Venezuela para investigar sus orígenes familiares y escribir
el libro que estamos reseñando. De fondo, hay prácticamente un siglo de la
historia de Venezuela. Antonio Borjas Romero viene al mundo en un Maracaibo pobre
y atrasado: “Los niños vivían en cueros en los palafitos e iban de aquí para
allá sobre el esqueleto de un millar de troncos de árboles constantemente
recompuestos, chapoteando en la superficie del lago como los “palazos” de
Venecia, lo que en otros tiempos había inspirado a los navegantes venecianos a
afirmar que allí reconocían a una “pequeña Venecia”, una “venezziola”, una
Venezuela”. Pero un día un extraño géiser provocó un diluvio negro y llovió
petróleo durante nueve días seguidos. El oro negro cambió la economía del país
y a Maracaibo llegaron compañías petrolíferas extranjeras y trabajadores de todas
partes.
En el libro, hace referencia a otros momentos
de la turbulenta historia venezolana, como al decenio de la dictadura de Marcos
Pérez Jiménez. Justo el día de su caída nace la hija de Antonio y Ana María, la
gente grita por las calles “¡Viva Venezuela!” y en ese instante los padres
deciden poner a su hija el nombre del país. Otro momento de especial bonanza
para la economía del país es la crisis del petróleo de 1973, que provoca la
subida de su precio y una mayor exportación del venezolano. El dinero corre en
abundancia y los nuevos ricos dilapidan su riqueza a manos llenas (“Ta barato,
dame dos”). También hay referencia a la revolución chavista. Recibida con
esperanza en un primer momento por muchos sectores, acabó cayendo en la misma
corrupción que criticaba y provocó deficiencias económicas profundas,
inseguridad, inflación, penurias y el exilio de millones de personas. El propio
Cristóbal vivió esa decepción y se cayó del guindo: “Jamás se le había pasado
por la cabeza que la corrupción pudiera crecer a sus anchas, hija del exceso,
en la tierra húmeda de las revoluciones, alimentada por quienes la combatían,
en los mismos despachos donde se proclamaba su destrucción, en boca de los
dirigentes más progresistas. No imaginaba que la corrupción no era patrimonio
exclusivo de los regímenes imperialistas, sino que estaba por todas partes”.
El
libro está escrito en una prosa rica y luminosa, y nos sumerge en las selvas,
la exuberancia y la loca desmesura caribeñas, con un estilo que recuerda por
completo a Gabriel García Márquez y su famoso realismo mágico. Una magnífica
novela, tanto por lo que cuenta como por la manera de contarlo.
“El
sueño del jaguar”. Miguel
Bonnefoy. Libros del Asteroide. 2025. 272 páginas
