domingo, 14 de diciembre de 2025

"EL SUEÑO DEL JAGUAR", UNA ÉPICA SAGA FAMILIAR ENVUELTA EN REALISMO MÁGICO

Miguel Bonnefoy (París, 1986) es un escritor francés de padre chileno y madre venezolana. Estudió Literatura en La Sorbona y, como hijo de diplomático, ha vivido en diferentes lugares del mundo. Su obra literaria se ha publicado en más de una veintena de países y obtenido numerosos premios y reconocimientos. Aunque domina perfectamente el español, escribe sus libros en lengua francesa. Entre sus novelas destacan “El viaje de Octavio” (2015), “Azúcar negro” (2017) o “El inventor” (2023). Esta última publicada en España por Libros del Asteroide, que también ha publicado recientemente en nuestro país su más reciente novela, “El sueño del jaguar”, ganadora del Gran Premio de Novela de la Academia Francesa y del Premio Femina, y traducida del francés por Regina López Muñoz.

“El sueño del jaguar” recorre cien años de historia venezolana a través de cuatro personajes pertenecientes a tres generaciones de una familia excepcional de aquel país caribeño. La novela se estructura en cuatro partes, una para cada uno de estos personajes: el matrimonio compuesto por Antonio y Ana María, la hija Venezuela y el nieto Cristóbal. El primer personaje de la novela es Antonio. La novela se inicia con esta frase: “Al tercer día de su vida, Antonio Borjas Romero fue abandonado en los escalones de una iglesia, en una calle que hoy lleva su nombre. Una mujer, a la que todos conocían como la muda Teresa, que pedía limosna a la puerta de esa iglesia de Maracaibo recogió y crio al recién nacido. El niño creció en la pobreza y sobrevivió trabajando como vendedor de cigarrillos, estibador y mozo en un burdel, antes de convertirse en uno de los cirujanos más ilustres de su país y fundador de la Universidad de Zulia, en Maracaibo, de la que fue muchos años su rector. Ana María Rodríguez procedía de una familia de clase media baja y terminó también siendo una de las primeras mujeres médico (ginecóloga) de Venezuela y la primera del estado de Zulia. Estos dos personajes excepcionales se enamoran en su época de estudiantes, se casan y tienen una hija a la que ponen de nombre Venezuela, que, sin embargo, abandonará su país para cumplir su sueño de irse a París. Allí nace su hijo Cristóbal, que va a cerrar el círculo para volver a Venezuela y escribir la historia de sus abuelos y de su madre y, como fondo, la del siglo XX del convulso país sudamericano.

Como el propio autor ha contado, “El sueño del jaguar” relata la historia, con generosas licencias literarias, de su familia materna. Antonio Borjas Romero y Ana Mará Rodríguez fueron sus abuelos y él es el Cristóbal de la novela, que viaja de Francia a Venezuela para investigar sus orígenes familiares y escribir el libro que estamos reseñando. De fondo, hay prácticamente un siglo de la historia de Venezuela. Antonio Borjas Romero viene al mundo en un Maracaibo pobre y atrasado: “Los niños vivían en cueros en los palafitos e iban de aquí para allá sobre el esqueleto de un millar de troncos de árboles constantemente recompuestos, chapoteando en la superficie del lago como los “palazos” de Venecia, lo que en otros tiempos había inspirado a los navegantes venecianos a afirmar que allí reconocían a una “pequeña Venecia”, una “venezziola”, una Venezuela”. Pero un día un extraño géiser provocó un diluvio negro y llovió petróleo durante nueve días seguidos. El oro negro cambió la economía del país y a Maracaibo llegaron compañías petrolíferas extranjeras y trabajadores de todas partes.

 En el libro, hace referencia a otros momentos de la turbulenta historia venezolana, como al decenio de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Justo el día de su caída nace la hija de Antonio y Ana María, la gente grita por las calles “¡Viva Venezuela!” y en ese instante los padres deciden poner a su hija el nombre del país. Otro momento de especial bonanza para la economía del país es la crisis del petróleo de 1973, que provoca la subida de su precio y una mayor exportación del venezolano. El dinero corre en abundancia y los nuevos ricos dilapidan su riqueza a manos llenas (“Ta barato, dame dos”). También hay referencia a la revolución chavista. Recibida con esperanza en un primer momento por muchos sectores, acabó cayendo en la misma corrupción que criticaba y provocó deficiencias económicas profundas, inseguridad, inflación, penurias y el exilio de millones de personas. El propio Cristóbal vivió esa decepción y se cayó del guindo: “Jamás se le había pasado por la cabeza que la corrupción pudiera crecer a sus anchas, hija del exceso, en la tierra húmeda de las revoluciones, alimentada por quienes la combatían, en los mismos despachos donde se proclamaba su destrucción, en boca de los dirigentes más progresistas. No imaginaba que la corrupción no era patrimonio exclusivo de los regímenes imperialistas, sino que estaba por todas partes”.

El libro está escrito en una prosa rica y luminosa, y nos sumerge en las selvas, la exuberancia y la loca desmesura caribeñas, con un estilo que recuerda por completo a Gabriel García Márquez y su famoso realismo mágico. Una magnífica novela, tanto por lo que cuenta como por la manera de contarlo.

“El sueño del jaguar”. Miguel Bonnefoy. Libros del Asteroide. 2025. 272 páginas

 

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