La vida entera. David Grossman. Lumen. 2010. 810 páginas.
La vida entera es probablemente una de las mejores novelas aparecidas en los últimos años. Se trata de la obra más ambiciosa hasta la fecha de David Grossman (Jerusalén, 1954), narrador y ensayista y, junto a Amos Oz, el más prestigioso de los escritores israelíes actuales.
En sus más de ochocientas páginas, que se leen de manera intensa y absorbente, se compone un amplio mosaico de los diversos sentimientos humanos. Con muy pocos personajes el lector recorre los últimos cincuenta años del estado de Israel, pero sobre todo se narra en el libro la estrecha relación entre Ora, Abram e Ilan, cuyas vidas, principalmente las de los dos primeros, quedan ligadas para siempre tras conocerse, en un estado enfermizo y febril, en un hospital judío en plena Guerra de los Seis Días, en 1967. Ese encuentro está contado, en un magnífico capítulo inicial, por medio de unos diálogos envueltos en una atmósfera casi onírica, emocionalmente hipnótica y brumosa.
Sin embargo, la novela da un salto cronológico para encontrarnos de nuevo, cinco décadas después, con los tres personajes citados. Ora, mujer de fuerte personalidad, ha sido madre de dos hijos, el segundo de los cuales, Ofer, tras licenciarse de su servicio militar obligatorio, pide participar voluntariamente en una operación especial del ejército judío. Atenazada por el miedo y los malos presentimientos, Ora va en busca de Abram, un hombre frágil y marcado por el drama personal vivido en una prisión egipcia tras la Guerra del Yom Kipur, en la década de los años setenta. Ambos, para intentar ahuyentar sus miedos y transmitirse mutuas esperanzas, inician un largo camino a pie por el territorio de Israel. A lo largo de las páginas del libro, caminando y hablando, Ora y Abram reconstruyen lo que han sido sus vidas desde aquel lejano y determinante encuentro de juventud. Las piezas que componen el puzzle del pasado van encajando de manera magistral hasta llegar al momento presente. La presencia ocasional del taxista árabe Sami muestra al lector algunos aspectos de la siempre difícil relación entre judíos y musulmanes, y permite vislumbrar la dramática situación de algunos miembros de la comunidad árabe en Israel.
Hay un componente biográfico del propio autor que no se puede soslayar al leer este libro. Cuando buena parte del mismo ya estaba escrita, un hijo de Grossman murió en una operación del ejército israelí en el sur del Líbano. El escritor terminó igualmente su novela, aunque “la caja de resonancia de la realidad en la que fue revisada la versión definitiva” había cambiado sustancialmente.
La vida entera es, en todos los sentidos, una gran novela de nuestro tiempo.
Carlos Bravo Suárez
1 comentario:
Un magnífico libro, sin duda. Ha sido editado también por Círculo de Lectores para sus socios.
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