Hace unas semanas realicé con el Centro Excursionista de la Ribagorza una larga excursión desde La Puebla de Roda, junto al río Isábena, hasta Morillo de Liena, en las orillas del Ésera. Se trata de un recorrido que, siempre en sentido este-oeste, une los valles de estos dos importantes ríos ribagorzanos.
La vertiente del río Isábena de nuestro itinerario está comunicada por una estrecha y sinuosa carretera que lleva desde La Puebla de Roda hasta Merli pasando por Esdolomada. Desde Merli hasta Morillo de Liena, la vertiente del río Ésera, del todo deshabitada excepto Bacamorta y Morillo, sólo dispone de una pista de tierra en bastante mal estado. Ya muy cerca de Morillo, este camino descendente desemboca en una carretera asfaltada que muere en Bacamorta, localidad en la que viven todavía unos pocos vecinos y que junto a Morillo de Liena pertenece ya al municipio de Forada del Toscar.
Nuestro recorrido andando se inicia a la salida de La Puebla de Roda en dirección al norte. Casi a la altura del camping de esta población, a la izquierda de la carretera A-1605, encontraremos la tablilla indicadora del PR-HU123 que lleva a Villacarli. Este sendero es una vía pecuaria o cabañera y una parte del antiguo camino histórico que unía Roda de Isábena con Saint Bertrand de Comminges. Siempre en sentido ascendente, y con magníficas vistas del valle del Isábena, seguiremos sus marcas unos tres kilómetros hasta el collado de la Portella. En este punto, el PR-HU123 se desvía hacia nuestra derecha, mientras que nosotros seguiremos la pista principal en dirección al despoblado Rin de la Carrasca, cuyas ruinas asoman en lo alto de un cerro próximo. Al cabo de pocos metros encontraremos a nuestra derecha, en medio de un tupido robledal, una magnífica casa de piedra de reciente construcción. Atravesando el terreno vallado de esta propiedad particular llegaríamos en pocos minutos a Rin de la Carrasca, desde donde se tienen magníficas vistas del Turbón y del valle de Villacarli que se abre a nuestros pies.
Si no subimos a Rin y continuamos por la pista que venimos andando desde La Puebla, dejaremos a nuestra derecha una borda recientemente arreglada e iniciaremos el ascenso hacia la sierra de Chordal. Es éste un espacio de amplios pinares cuyo punto más elevado alcanza los 1550 metros. Encontraremos en su cumbre un pequeño refugio y unas antenas de telefonía y, si nos adentramos unos metros en el bosque en dirección al norte, veremos el valle de Lierp debajo de nosotros y disfrutaremos de unas preciosas vistas del Turbón y de Cotiella, como elementos más destacados de una amplísima y hermosa panorámica.
Retornando al refugio, tomaremos una pista descendente que, tras conectar con el PR-HU48 que procede de Roda, nos llevará en pocos minutos al famoso menhir de Merli, que se levanta en un campo de labor a la izquierda de nuestro camino. Tras contemplar este importante monumento megalítico prehistórico, llegaremos enseguida al pequeño pueblo de Merli, situado a 1250 metros de altitud en la divisoria de aguas del Isábena y el Ésera. El lugar conserva dos importantes casas torreadas -casa Turmo y casa Coma- y en su iglesia parroquial destacan una portada de estilo románico y una puerta de madera con decoración de estilo mudéjar, muy similar a la puerta de la vecina catedral de Roda. En lo alto de un cerro quedan exiguos restos del que sería antiguo castillo medieval de la localidad. Merli tuvo ayuntamiento propio hasta los años sesenta del pasado siglo. Hoy, sus escasos habitantes forman parte del municipio de nuevo cuño denominado Isábena.
Desde Merli iniciamos el descenso hacía el río Ésera por una pista de tierra que se sigue con facilidad. No tardaremos mucho en llegar al despoblado Nocellas, cuyo caserío disperso presenta en su mayor parte un aspecto bastante arruinado. Junto al camino, vemos el núcleo principal del pueblo, donde se hallan la iglesia parroquial y las casas Badía y Soltero. La iglesia, dedicada a Santa María y hoy muy deteriorada, conserva la bóveda de cañón de claro origen románico y una bonita torre de planta rectangular con algunos de sus ventanales cegados. A la izquierda del camino, sobre un pequeño tozal, se agrupa la otra parte del caserío de Nocellas conocida como el Tozalet, con las casas Ferraz y Lacuesta. Separadas de los dos núcleos citados, se hallan la casa Torrueco y el Castellaz, pequeña agrupación de un par de casas que en tiempos más antiguos llegaron a ser tres.
Según consta en algún documento medieval, la iglesia de Nocellas fue destruida en la expedición de castigo que el caudillo musulmán al-Malik dirigió contra estas tierras en el año 1006. El acta de consagración de la nueva iglesia de Santa María, levantada tras la devastadora incursión sarracena, lleva la fecha de 1023. El templo habría logrado recuperarse en poco tiempo de la destrucción sufrida unos años antes. Parece del todo imposible que pueda resurgir del estado de ruina en que hoy se encuentra.
Siguiendo el camino descendente hacia el río Ésera, encontraremos las ruinas de las distintas edificaciones que formaban el núcleo conocido como El Solano de Bacamorta. Lo constituían las casas Fortuño. Planeta, Felip y Terraza. Esta última, documentada ya en el periodo medieval, sería la más importante del conjunto. Próxima a sus ruinas se levanta, a la izquierda de nuestro camino, la interesante iglesia de San Saturnino, también denominada iglesia de Terraza o iglesia de San Martín de Terraza. Se trata de una construcción religiosa perteneciente al estilo románico lombardo, con un bonito ábside coronado por una serie de arquillos ciegos tallados en piedra tosca o toba. Sobre una pequeña capilla de su lado meridional se alza su torre campanario. Junto a él se encuentra un pequeño cementerio invadido por la vegetación. Es una verdadera lástima que esta pequeña joya románica presente su actual estado de abandono y parezca inexorablemente abocada a una ruina completa y definitiva, aunque me consta que los descendientes de la casa Terrraza están haciendo esfuerzos por rehabilitar la iglesia e incluso planean abrir una página web para buscar ayudas a su loable empeño. Ojalá tengan suerte en su proyecto.
En lo alto de la ladera izquierda de nuestro camino, en una ubicación orientada al norte y sorprendentemente sombría, se encuentra el caserío principal de la localidad de Bacamorta. Sobre el origen y significado de su curioso y llamativo nombre hay diversas interpretaciones y alguna leyenda sin visos de realidad. Para algunos, el topónimo significaría “obaga de pastos pobres”; según otros, el nombre procedería del lugar que las vacas que pastaban por el valle solían elegir para morir.
La larga pista de tierra que habíamos tomado en Merli desemboca, a la altura de casa Matías, en la pequeña carretera que viene de Bacamorta y que en poco más de media hora nos deja en Morillo de Liena. Habremos culminado así una larga excursión transversal que nos ha permitido unir los valles del Isábena y del Ésera, dos ríos que en la villa de Graus, unos kilómetros más abajo, acabarán uniendo sus aguas.
Carlos Bravo Suárez
(Artículo publicado en Diario del Alto Aragón)
Fotos: El valle del Isábena desde el camino a Rin, cuatro vistas desde la cima de Chordal (dos con Cotiella al fondo y dos del Turbón), menhir de Merli, puerta mudéjar de la iglesia de Merli, iglesia de Nocellas e iglesia de San Saturnino del Solano de Bacamorta.
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