Novelista, autor de relatos, articulista, colaborador televisivo, Sergi Pàmies (1960) es uno de los escritores catalanes actuales más populares y conocidos. Sus libros, esperados y con frecuencia premiados en Cataluña, se editan simultáneamente en catalán y en castellano y es el propio autor el encargado de traducirlos de uno a otro idioma. Tras el éxito de su anterior libro de relatos Si te comes un limón sin hacer muecas, Pàmies ha publicado este año La bicicleta estática, una sugerente colección de diecinueve relatos breves que lo confirman como un consumado maestro de las historias cortas.
Tal vez el tema más presente en La bicicleta estática sea, en relación directa con la edad del escritor, el de la madurez de los cincuenta, con sus achaques de salud, el cuidado de los hijos, la vejez y muerte de los padres, el desamor, las separaciones, la custodia de los hijos o la pérdida de las ilusiones. Pàmies utiliza con brillantez y agudeza una ironía marca de la casa y mezcla según convenga las dosis de realidad y fantasía en sus relatos.
Son varios los cuentos del libro en que el autor introduce algunos aspectos autobiográficos identificables por el lector que conoce su biografía. El escritor catalán es hijo del conocido político comunista Gregorio López Raimundo y de la escritora Teresa Pàmies. En el magnífico relato Cuatro noches, explica que sus padres lo engendraron en París después de ver en un cine de las capital francesa la película Le notti di Cabiria de Federico Fellini. En El mapa de la curiosidad, Pàmies recuerda sus años de infancia en el barrio periférico parisino donde sus padres vivían exiliados. Sobre la muerte del padre, fallecido en 2007, trata Las canciones que le gustaban a Lenin y, sobre todo, Cien por cien seda natural.
Hay una fina ironía mezclada con amargura y desencanto en Benzodiazepin, donde el narrador queda consigo mismo a través de Internet; en Supervivencia, o la búsqueda de sí mismo llevada al extremo; y en Ataraxia, estado que se consigue tras una operación quirúrgica que extirpa del ser humano la nostalgia y la esperanza. Las difíciles relaciones de pareja están presentes en La mujer de mi vida, Acostarse temprano, Lo que no hemos comido, Tres maneras de no decir te quiero o Deberías haber insistido. La metaliteratura aparece en Papiroflexia, donde el narrador confiesa su incapacidad, pese a sus reiterados intentos, para leer El Pricipito, y en Unplugged donde se identifican la concepción de un cuento y la de un hijo. Fantasía pura encontramos en Un año de perro equivale a siete años de persona o en Voluntarios.
La bicicleta estática constituye un conjunto de relatos breves que se leen con placer y que en muchos momentos provocan no poca diversión en el lector.
Carlos Bravo Suárez
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