Estampas del valle. Rolando Hinojosa-Smith. Xordica. 2013.
138 páginas.
Rolando Hinojosa-Smith
(Mercedes, Texas, 1929) es el más importante de los escritores chicanos,
estadounidenses de origen mejicano que escriben tanto en español como en
inglés. Hinojosa es autor de una extensa serie narrativa titulada Klail City Death Trip, o El viaje de la muerte de Klail City, que
narra la vida de los chicanos en la ciudad ficticia de Klail City, situada en
el también ficticio condado de Belken -inspirado en Hidalgo, condado natal del
autor-, en la frontera tejana entre Estados Unidos y México. Esa larga saga literaria
se inició en 1973 con la novela Estampas
del Valle, que de manera acertadísima la editorial aragonesa Xordica ha
publicado recientemente en nuestro país.
Estampas
del Valle contiene una sucesión de escenas breves escritas en una
rica mezcolanza de muy diversos registros literarios. Un mestizaje de técnicas
y recursos narrativos que se despliega en paralelo a la mixtura racial y
cultural que encarna ese Valle que se corresponde con el espacio geográfico
cierto del fronterizo valle del río Grande. Aunque ya asoman algunos miembros
de las familias Buenrostro y Malacara, que luego tendrán una cierta
preponderancia en los siguientes libros del condado de Belken y su capital Klail
City, por las páginas de Estampas del
Valle desfilan multitud de personajes que se interrelacionan en
parentescos, amistades, funerales, noviazgos, revoluciones o disputas violentas
en cantinas. Son más de mil los personajes que aparecen en la larga saga
narrativa iniciada por Hinojosa-Smith hace ya cuarenta años.
A su manera siempre original
y metafórica, el propio autor chicano explica esta variedad en una nota
preliminar al libro: “Estas estampas son y están como las greñas de Mencho
Saldaña. Unas cortas, otras largas y todas embadurnadas con esa grasa humana
que las junta y las separa sin permiso de nadie”.
Y a esa hibridación
literaria se le añade además una mixtura de registros léxicos que recogen el
habla de las gentes llanas de esa frontera, y que muestran y demuestran la
variedad y la riqueza de nuestro idioma español. Hinojosa, con su miscelánea
narrativa, nos permite conocer mejor esa geografía fronteriza en la que la
lengua hispana hunde sus raíces desde hace siglos. También sabemos, a través de
esas piezas cortas que componen el libro, de las complejas relaciones entre los
gringos y los mejicanos. O lo que es lo mismo, de los bolillos que llegaron con
la biblia en una mano y la cachiporra en la otra y la raza, forma en que la
comunidad de origen mejicano tiende a denominarse a sí misma.
Otro
aspecto destacado del libro es la ironía y el manifiesto sentido del humor ante
una realidad que hasta en sus momentos más dramáticos tiene su parte graciosa y
a veces, como verá el lector en el funeral narrado en una estampa del libro,
alcanza incluso el surrealismo. Y otro elemento de la novela es la presencia
general de una visión estoica, que roza a veces el fatalismo: “Mucha gente no
lo cree pero la suerte, así como el tiempo y la memoria, viene y va; hay unos
que la tienen buena, otros que les cae mala y hay otros que se adueñan de una
suerte infinitamente más negra que la sombra del canelón.” Gracias a Xordica, y
en mi caso a casi una casualidad que puso el libro en mis manos, hemos tenido
la suerte de conocer en nuestro país a este excelente escritor que algunos han
propuesto para el premio Cervantes por sus indiscutibles méritos.
Carlos
Bravo Suárez
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