domingo, 17 de noviembre de 2013

PEORES MANERAS DE MORIR


Peores maneras de morir. Francisco González Ledesma. Planeta. 2013. 375 páginas.

Con una larga y brillante trayectoria en el género, Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927) es uno de los mejores escritores españoles de novela negra. Inició su carrera literaria a finales de los años 40, fue reiteradamente censurado por el franquismo e incluso firmó con el seudónimo de Silver Kane un buen número de novelas del oeste que algunos recordamos haber leído en nuestra adolescencia. Junto a su paisano Manuel Vázquez Montalbán, ha sido considerado el mejor representante de la novela policiaca de corte social en nuestro país. En esta línea, destaca su serie de relatos protagonizados por el inspector Méndez, siempre ambientados en la ciudad condal. La última aventura de este veterano y desencantado policía curtido en las calles barcelonesas es la recientemente publicada Peores maneras de morir.

En esta nueva novela del veterano escritor barcelonés, el inspector Méndez se enfrenta a un complejo caso de trata de blancas. La novela se inicia con la muerte de una chica ucraniana en una ruinosa casa del barrio chino de Barcelona. Otra joven de la misma nacionalidad ha huido de una potente mafia europea de prostitución tras eliminar de la manera más inesperada y sorprendente a uno de sus más crueles miembros. Méndez, policía de la vieja escuela, escéptico, desencantado y siempre mal visto por unos superiores que esperan y desean su pronta jubilación, investigará el caso en las degradadas calles de El Raval y Ciutat Vella, y usará sus propios métodos al margen de la ley siempre que lo estime oportuno. El viejo inspector no cree demasiado en la justicia porque sabe que los recursos para escapar de ella de las mafias internacionales que controlan la prostitución son casi tan grandes como la crueldad que ejercen sobre las jóvenes que caen atrapadas en sus redes.

El asunto de la trata de blancas a gran escala se verá conectado en la narración con la existencia de organizaciones altruistas de ayuda social a los más desfavorecidos, de las que forman parte tanto personas verdaderamente caritativas y generosas como algún mafioso que pretende así encubrir mejor sus actividades delictivas.

Peores maneras de morir es una novela policiaca con un ritmo trepidante, lenguaje directo, capítulos cortos, muertes violentas, fina ironía y una latente crítica social de fondo. En cuyas páginas encontramos buenas descripciones de Barcelona, de sus diferentes capas sociales, de sus barrios y sus calles, que tanto ha pateado y conoce el incansable inspector Méndez. Un policía de la vieja escuela, amigo de las gastadas prostitutas y de los bares más cutres del barrio chino barcelonés, a quien le cuesta adaptarse a los cambios de una ciudad que cada vez se parece menos a aquella en la que él vivió tiempo atrás sus mejores momentos.

Según he leído recientemente en algún medio, Francisco González Ledesma sufrió un ictus cuando estaba escribiendo este libro, que logró terminar con la ayuda de su hija. Deseamos su pronto restablecimiento y que pueda seguir publicando novelas tan atractivas como esta que acabamos de reseñar.

Carlos Bravo Suárez

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