domingo, 16 de noviembre de 2014

UNA MUJER PIONERA



“Mi Ántonia”. Willa Cather. Alba Editorial. 2012. 384 páginas.
           
Hace unos meses reseñé en esta misma sección “Una dama extraviada”, una de las novelas más conocidas de Willa Cather (Virginia, 1873 – Nueva York, 1947), que Alba Editorial publicó hace un par de años en nuestro país. La misma editorial ha traducido recientemente al español varias obras más de la espléndida escritora norteamericana. Una de ellas es “Mi Ántonia”, una novela de 1918 que dio a conocer a su autora en su país –donde se considera todo un clásico que se lee en las escuelas– y que en el nuestro se encontraba descatalogada desde hacía tiempo.

“Mi Ántonia” es un relato ambientado en Nebraska a finales del siglo XIX, cuando oleadas de colonos llegados desde el este de Estados Unidos y desde diversos países europeos se instalaron en las extensas praderas del oeste para construir sus granjas y cultivar maíz. Entre los llegados a los campos próximos a la entonces incipiente ciudad de Lincoln, figuraban numerosos emigrantes escandinavos y muchos checos de la región de Bohemia. De esta región centroeuropea procede la familia Shimerda, uno de cuyos miembros es Ántonia –con la pronunciación esdrújula del checo–, una niña que veremos convertirse en mujer y madre a lo largo de las páginas de la novela a la que da título.

Aunque “Mi Ántonia” es una narración cuyos principales personajes son mujeres, está contada en primera persona por Jim Burden, que también siendo un niño se traslada a Nebraska procedente de Virginia para vivir con sus abuelos. Jim es cuatro años más joven que Ántonia y ambos llegan el mismo día a la región para instalarse en dos granjas vecinas, si bien en el caso de la familia Shimerda teniendo que empezar desde cero. Desde entonces, los dos jóvenes establecen una inquebrantable amistad que se prolongará el resto de sus vidas. La fascinación que Jim siente por Ántonia hace que mucho tiempo después decida poner por escrito la historia de aquellos años de infancia y juventud.

Narrada en un tono sencillo y amable, la novela cuenta la dura vida de aquellos sufridos colonos pioneros que tuvieron que superar numerosas dificultades para salir adelante. A los inicios en granjas aisladas en la pradera, sigue un mundo en rápida transformación que hará que muchos –sobre todo las mujeres– abandonen la dureza de la vida rural para buscar en las ciudades nuevas oportunidades de prosperar. No es el caso de Ántonia, cuyo devenir vital seguirá un rumbo diferente al de sus compañeras del campo.

Wila Cather conoció de primera mano ese mundo de los pioneros norteamericanos por los que siempre sintió gran admiración y respeto, y a quienes convirtió en protagonistas de sus primeras novelas. El propio Jim Burden es un claro trasunto de la autora, que en alguna entrevista recordaba que “me interesaban los inmigrantes europeos de Nebraska porque me crié entre ellos; cuando tenía ocho años, nuestra familia se mudó desde Virginia hasta este estado del oeste”.

“Mi Ántonia” es una novela entrañable, con algunos espléndidos retratos femeninos, que compone un cuadro bastante completo de una época fundamental de la historia estadounidense. Con amabilidad y sencillez, pero no por ello exenta de profundidad y crítica.

Carlos Bravo Suárez

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