Desde
hace cinco años, en las fechas previas a la Navidad, el Centro Excursionista de
la Ribagorza sube un pequeño belén montañero a la cima del Turbón, la robusta y
mítica montaña que emerge en el corazón geográfico de nuestra comarca y constituye el emblema y anagrama
de nuestro club. Se trata de un ligero pesebre artesanal confeccionado por la
Asociación Belenista de Graus, entidad que realiza en la localidad el montaje
de un gran nacimiento navideño incluido en la Ruta del Belén de la provincia
oscense.
Fue
el pasado 7 de diciembre cuando el CER realizó esta actividad anual
prenavideña. A pesar del fuerte viento de la jornada, veinte miembros del club
excursionista grausino llevamos el coqueto belén hasta lo más alto de nuestra montaña
preferida. Como en anteriores ediciones, la ascensión se realizó desde Las
Vilas, un poco más arriba del balneario de la localidad y de la planta embotelladora
de sus apreciadas aguas. Allí, a 1400 m. de altitud, en el arranque de una pista
forestal que poco después cierra al tráfico una cadena, dejamos nuestros
vehículos.
Tras
caminar unos metros por la citada pista, tomamos a nuestra izquierda un atajo
marcado con algunos hitos y sucesivas estacas rojas. Volvimos en pocos minutos
al camino ancho y enseguida se nos presentaron dos opciones: seguir por la
derecha el sendero tradicional balizado, o continuar hasta el final de la pista
y desde allí ascender por otro sendero marcado con hitos que lleva a la
colladeta de Porroduno, desde donde una empinada canal gana altura con rapidez
y alcanza la parte alta de la montaña. Sin nieve, esta segunda opción es más rápida
y directa, aunque siempre resulte algo más incómoda. La presencia de nieve o
hielo hace esta elección poco aconsejable y, como pudimos comprobar al seguir
este atajo varios de los participantes, tampoco supone en este caso ningún
ahorro de tiempo en la subida.
La mayor parte del grupo seguimos el camino
balizado que, por la derecha de la pista, se adentra en un frondoso bosque de
pinos. Al abandonarlo, y con las paredes orientales del macizo o frontón de las
Bruixas delante de nosotros, el sendero se empina con brío y nos lleva hasta el
collado de las Canales, donde el panorama se abre y muestra las primeras vistas
del norte pirenaico, con el Gallinero, las Maladetas, el Aneto o el Tempestades
–ese día totalmente nevados– como telón de fondo.
Desde
aquí, siempre siguiendo los hitos de piedras, giramos 90º a la izquierda en
dirección al sur. Tras andar un rato por lo alto del macizo en espacios muy
abiertos, se desciende a una pequeña vaguada que se sigue por la derecha, con el
Turbonet (2.344 m.) levantándose ante nosotros. Después de girar a la
izquierda, confluimos con el camino que sube por la cara norte del macizo,
siguiendo la canal de San Adrián, que se abre amplia a nuestra derecha. Desde este
punto, situado a 2.276 m. y denominado la Portella, hay que encarar hacia el
oeste la subida final que lleva a la cima, el Castillo de Turbón, a 2.492 m de
altitud. Allí, en la base del desaparecido vértice geodésico, en un día de fuerte
y frío viento, como ofrenda y agradecimiento a la montaña que nos cobija y
protege, colocamos con mimo nuestro belén. Según creemos, el más alto de los
nacimientos montañeros instalados por estas fechas en nuestro Pirineo.
Datos prácticos:
Desnivel:
1.092 m.
Duración:
4 horas de subida y 3 de bajada aprox.
Carlos Bravo Suárez
(Centro Excursionista Ribagorza)
Artículo publicado hoy en el suplemento "Aragón, un país de montañas", de Heraldo de Aragón.
Las cuatro fotos son las que aparecen en el artículo.
(Centro Excursionista Ribagorza)
Artículo publicado hoy en el suplemento "Aragón, un país de montañas", de Heraldo de Aragón.
Las cuatro fotos son las que aparecen en el artículo.
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