“La
banda de los Sacco” Andrea Camilleri. Destino. 2015. 192 páginas.
Andrea Camilleri (Porto
Empedocle, Sicilia, 1925) es desde hace años el principal referente de la
novela negra italiana. Gracias al comisario Montalbano, su famoso personaje protagonista
de una larga serie de más de veinte novelas, el escritor siciliano afincado en
Roma se ha convertido en uno de los autores más conocidos del género policiaco
en todo el mundo. Prolífico en su escritura, Camilleri publica con frecuencia
otras novelas que no protagonizan Montalbano y sus habituales colaboradores. La
última ha sido “La banda de Sacco”, una crónica novelada basada en hechos
reales y también ambientada en su Sicilia natal.
“La
banda de Sacco” transcurre en los años veinte del pasado siglo en Raffadali, en
la provincia siciliana de Agrigento. La familia Sacco es laboriosa y
emprendedora, honesta y seria, cumplidora y tradicionalmente de ideas
socialistas. A finales del siglo XIX, Luigi Sacco trabaja como jornalero y
gracias a su habilidad injertando árboles consigue reunir algunos ahorros que
le permiten adquirir una pequeña parcela de tierra. Se casa con la chica a la
que ama y tiene cinco hijos. Dos de ellos emigran a Estados Unidos desde donde
mandan dinero a casa. Los que se quedan en la isla progresan trabajando y
montan una empresa de autobuses que sustituye a las viejas diligencias tiradas
por caballos. Todo va bien hasta que, como no podía ser de otra manera en
Sicilia, aparece la Mafia para reclamar su parte. “Raffadali está completamente
dominado por la mafia que ha sustituido en todo y por todo al Estado ausente”,
y nadie se atreve a enfrentarse a ella. Los Sacco van a hacerlo y eso les va a
costar caro.
Tras
los dos primeros magníficos capítulos del libro, en los que se describe el
ascenso social y económico de la familia Sacco y el dominio y los métodos de la
mafia en la región, se inicia una serie desenfrenada de enfrentamientos a
tiros, asesinatos, venganzas, denuncias, acusaciones falsas, juicios y
condenas. En las refriegas intervienen la familia Sacco, obligada a situarse al
margen de la ley, los mafiosos, los carabineros, los fascistas que han
ascendido al poder en Roma y muchos paisanos obligados a tomar partido en la
pelea. Por su abundante acción y desarrollo, “La banda de los Sacco” nos
recuerda, como el propio Camilleri reconoce, a los westerns y las novelas del
Oeste con las que algunos estamos tan familiarizados desde nuestra infancia.
Sólo que aquí no hay cow-boys, ovejeros, indios o federales y los hechos no
ocurren en Nevada u Oregón sino en la isla de Sicilia.
En
su parte final, el autor añade unas consideraciones sobre los capítulos del
libro, con algunas observaciones sobre determinados aspectos de cada uno de
ellos. Sabiéndolo de antemano, tal vez resulte más provechoso al lector leer la
correspondiente consideración al terminar la lectura de cada uno de los
capítulos de la novela.
El
propio Camilleri nos cuenta
en una nota añadida que “esta historia, absolutamente auténtica, he podido
escribirla sólo porque Giovanni
Sacco, uno de los seis hijos de Girolamo, me ha invitado a contar las vicisitudes de su familia y
me ha proporcionado documentos oficiales, escritos familiares y también las
actas del proceso. He intentado contar, a través de este western de la
Cosa Nostra, para usar un título de Sciascia, cómo la mafia no sólo mata, sino que, allí donde el
Estado está ausente, también condiciona y trastorna irreparablemente la vida de
las personas”. Tal vez Andrea Camilleri podría haber dado algo más de vuelo literario
a esta crónica novelada que pierde un poco de fuelle tras su espléndido y
prometedor arranque.
Carlos Bravo Suárez
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