“El niño 44” es la primera de las tres novelas
publicadas hasta ahora por Tom Rob Smith (Londres, 1979), hijo de madre sueca y
padre inglés y criado y educado en la capital británica, donde antes de
dedicarse a la escritura trabajó como guionista de series televisivas. “El niño
44” se publicó en 2008 y obtuvo algunos premios en Inglaterra, aunque en otros
países pasó casi desapercibido. Ridley Scott compró los derechos del libro para
llevarlo al cine y este año se ha estrenado la película, dirigida por el sueco Daniel Espinosa e interpretada por Tom
Hardy, Noomi Rapace y Gary Oldman entre otros. A raíz del éxito del film, la
novela, que fue publicada en España por Espasa en 2008 y en una edición de
bolsillo de Booket en 2009, ha sido ahora reeditada por Salamandra en su nueva
colección Black.
Parte
del argumento de “El niño 44” está inspirado en un hecho real: la historia de
Andrei Chikatilo, un asesino en serie que entre los años 70 y 90 del pasado
siglo XX mató en diversos lugares de Rusia a más de 50 personas, en su mayoría
niños. Tom Rob Smith sitúa sin embargo su relato en el año 1953, en pleno
apogeo del estalinismo en la URSS, justamente en el año de la muerte del dictador,
que tiene lugar en la última parte de la novela. Su principal protagonista es Leo
Stepánovich Demídov, héroe de guerra y destacado miembro de la seguridad soviética,
que cree ciegamente en la propaganda y los métodos de represión y purga
utilizados contra los supuestos elementos contrarios al régimen comunista. Su
visión de las cosas empieza a cambiar cuando se ve obligado a detener a un inocente
veterinario, acusado de ser un espía al servicio de Occidente. Y todo se
complican más todavía cuando se niega a delatar a su mujer y emprende con ella
la búsqueda de un supuesto asesino en serie que ha matado a más de cuarenta
niños. Las autoridades soviéticas no aceptan la existencia de ese tipo de
crímenes en la nueva sociedad comunista y Leo, que como tantos ha caído en
desgracia y acaba convirtiéndose en un proscrito, deberá enfrentarse casi sin
tregua a numerosos obstáculos e inesperadas sorpresas.
La
novela está bien contada y tiene tensión e intriga de principio a fin. Además,
se pretende mostrar con detalle la miseria moral y la terrible perversidad del
régimen estalinista: el culto al líder supremo, las continuas delaciones, las
purgas, las torturas en las checas, la desconfianza permanente y la paranoia de
un régimen represor, asfixiante, cruel y vengativo que busca obsesivamente
contrarrevolucionarios y espías, y acaba siempre encontrándolos aunque no
existan en la realidad. Se impone la máxima de Stalin “confía pero vigila” y
todo el mundo está bajo sospecha y es susceptible de caer en desgracia,
arrastrando además en su caída a la familia más cercana. El propio protagonista
reflexiona sobre la degradación en la que él mismo se sumió durante años:
“Tienes una causa en la que creer, una causa por la que merece la pena morir.
Muy pronto se convierte en una causa por la que merece la pena matar. Después
se convierte en una causa por la que merece la pena matar a gente inocente”.
“El
niño 44” es ciertamente un buen thriller, que a la tensión propia del
género pretende añadir denuncia política y realismo social, como se pone de manifiesto
en el primer capítulo del libro, situado en 1933 en una zona rural de Ucrania
donde la crisis ha derivado en una terrible hambruna. En su momento el libro de
Tom Rob Smith pasó casi desapercibido en nuestro país, pero el éxito de la
película homónima lo ha colocado ahora en un merecido primer plano literario.
Carlos Bravo Suárez
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