domingo, 11 de octubre de 2015

EL MAL CAMINO

        
                                       
              “El mal camino”. Mikel Santiago. Ediciones B. 2015. 432 páginas.
        
Mikel Santiago (Portugalete, 1975) obtuvo un considerable éxito con su anterior novela “La última noche en Tremore Beach” (Ediciones B, 2014), una adictiva intriga psicológica que transcurre en Irlanda y cuyo protagonista es un músico recién divorciado que compone bandas sonoras para películas. El libro ha sido traducido a numerosos idiomas y sus derechos han sido adquiridos por la productora de Alejandro Amenábar para ser adaptado al cine próximamente.  Un año después, y en la misma editorial, el escritor vizcaíno repite esquema y género narrativos con su nueva novela “El mal camino”, otro emocionante thriller que logra enganchar al lector desde sus primeras páginas.

“El mal camino” transcurre en las idílicas tierras de la Provenza francesa, donde millonarios y artistas buscan un tranquilo y agradable refugio lejos del estrés y el bullicio. Allí se ha instalado, con su mujer y su hija adolescente, el exitoso escritor de novelas de acción Bert Amandle, narrador del relato en primera persona. La historia comienza cuando, también procedente de Londres, llega al lugar Chucks Basil, un músico de rock que busca recuperar la creatividad y el éxito tras una etapa emocionalmente inestable por sus problemas con el alcohol y las drogas. Chucks, que es amigo de Bert desde sus tiempos más jóvenes, confiesa a este que atropelló a una persona en una carretera local con su potente Rover. Tras su huida inicial, el sentimiento de culpa le hizo volver al lugar de los hechos y confesar el atropello a la policía. Sin embargo, no parece haber quedado rastro del suceso y todos creen, por sus antecedentes, que todo es producto de la imaginación y los desequilibrios psicológicos del músico. Sólo Bert lo cree en parte y, al iniciar su propia investigación, se va a encontrar con la existencia de una extraña clínica de desintoxicación de adicciones en las proximidades del lugar del supuesto accidente. Enseguida empiezan a suceder algunos acontecimientos misteriosos e inquietantes cuyas causas el escritor va a intentar desentrañar en solitario y contra todos.

Esta segunda novela parece confirmar la habilidad de Mikel Santiago, cuyos referentes literarios son sobre todo Patricia Highsmith y Stephen King, para lo que él llama el thriller de guante blanco, que en su caso transcurre en pequeñas y tranquilas comunidades idílicas y en ambientes de personas económicamente acomodadas. “El mal camino” mezcla con soltura, ritmo trepidante y buena administración, el misterio, el terror y la intriga psicológica. A ello se añade una adecuada ambientación geográfica y social, unos personajes principales oscuros y atormentados y una pequeña pero eficaz dosis de los problemas que el narrador protagonista del relato tiene con su pareja y con su rebelde hija adolescente y rockera.

Un aspecto muy bien tratado en el libro es el de la incertidumbre y la duda, y cómo puede destruirse por completo la credibilidad de un individuo y hacerlo pasar, falsa y premeditadamente, por loco y desequilibrado. Más aún  si ha tenido algún comportamiento anterior que permite a sus detractores utilizarlo como argumento con la garantía de ser creídos por casi todos. Y la impotencia del acusado para luchar contra esas falsas acusaciones y conseguir que alguien pueda creer su versión.

“El mal camino” es un libro efectista y entretenido, aunque, y pese a su creciente intriga, vaya de más a menos desde su atrayente primera parte hasta su desenlace. Como él mismo ha confesado en alguna entrevista, a Mikel Santiago le interesa sobre todo llegar a muchos lectores, sin pretender otra cosa que hacerles pasar un buen rato con sus historias. Sin duda logra sus objetivos, aunque para ello tenga que hacer algunas importantes concesiones literarias en sus novelas.


Carlos Bravo Suárez

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