“Monasterio”.
Eduardo Halfon. Libros del Asteroide. 2014. 122 páginas.
Eduardo Halfon (Ciudad de Guatemala, 1971) es uno de los
más destacados escritores latinoamericanos actuales. También uno de los que
tienen una biografía más llamativa y peculiar. Descendiente de judíos libaneses
y polacos, nació en Guatemala, estudió ingeniería industrial en Estados Unidos,
fue catedrático de literatura en su país natal y, en lengua española, ha
publicado casi una docena de libros, algunos de los cuales han recibido premios
literarios en nuestro país, donde residió algún tiempo hace unos años. Fue la valenciana editorial Pretextos la que
dio a conocer aquí su obra, publicando “El boxeador polaco” (2008), “La
pirueta” (2010), “Mañana nunca lo hablamos” (2011) y “Elocuencias de un
tartamudo” (2012). Libros del Asteroide, que tomó el relevo el pasado año con
la publicación de la novela “Monasterio”, acaba de editar muy recientemente el libro
de cuentos “Signor Hoffman”
(2015).
“Monasterio”
es una novela corta en la que, como en otros libros de Halfon, se mezclan lo
autobiográfico y la ficción. En este caso, el narrador –en primera persona y
claro alter ego del autor pues también se llama Eduardo– viaja con su hermano
desde Guatemala hasta Israel para asistir a la boda de una hermana más joven
que va a casarse en Jerusalén. Tanto ella como su novio, que proceden de
Brooklyn, son fanáticos practicantes del judaísmo más ultraortodoxo.
Casualmente, en el aeropuerto, Eduardo se encuentra con una sensual y atractiva
azafata a la que había conocido en un bar de Guatemala cuando ella era soldado
israelí y viajaba durante unas vacaciones por el país centroamericano. Por otro
lado, para completar el mosaico temporal y espacial del relato, el narrador
recuerda también la muerte de su abuelo, tras la cual viajó a Polonia para
visitar la casa de Varsovia en la que había residido su antepasado.
Eduardo, que se declara judío sólo a veces, pronto se
cansa de los novios y de su viaje por el Jerusalén más ortodoxo. En una de las
visitas previas a la boda, al ver a un rabino cubierto hasta casi la asfixia
por un montón de “talit” o mantos sagrados del judaísmo, el autor concluye que
“lo que debería salvarle lo estaba ahogando”. No duda pues en abandonar ese
mundo cerrado y asfixiante de la ortodoxia religiosa para centrarse en Tamara y
su belleza. Con ella viaja por Israel, se incomoda en parte con algunos
aspectos de la sociedad de aquel país y vive en las playas del Mar Muerto momentos
de intenso erotismo con la hermosa, seductora y desinhibida azafata.
Escrita a modo de diario, con saltos al pasado y a los
recuerdos que provoca el presente, y con
un lenguaje a veces poético y siempre musical, “Monasterio” es una novela
sugerente y hermosa donde se mezclan diferentes momentos, reflexiones y
secuencias y donde no sólo el judaísmo y
su carga histórica y familiar están presentes. Como ha explicado el propio
Halfon, su literatura “es una búsqueda de raíces, de comprender la identidad,
mi identidad”. Pero, está claro que esa identidad no es nunca una esencia
sacrosanta e inalterable, sino la búsqueda inagotable de uno mismo. Así lo vive
el propio escritor con su alter ego narrativo cuando, ante el enfrentamiento
árabe-israelí, reivindica la suma de identidades, pues él mismo tiene
antepasados que fueron a la vez árabes y judíos. Por eso nos parece tan
atractiva esa parte final del libro donde se relatan diversos casos en los que,
disfraz sobre disfraz, la mitificada identidad queda veladamente oculta en aras
de la supervivencia.
Monasterio”
es el penúltimo de los libros de Eduardo Halfon publicados en nuestro país.
Espero no tardar mucho en leer “Signor Hoffman”, su más reciente libro de
cuentos. Y disfrutarlo tanto como he disfrutado con la lectura de “Monasterio”.
Carlos Bravo Suárez
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