“Sapphira
y la joven esclava”. Willa Cather. Impedimenta. 2014. 272 páginas.
No hace mucho reseñé en esta misma sección las novelas “Una
dama extraviada” y “Mi Ántonia”, de Willa Cather (Virginia, 1873 – Nueva York,
1947), ambas publicadas por la editorial Alba. La escritora estadounidense,
todavía poco conocida en nuestro país, es autora de una docena de novelas,
numerosos relatos, algunos poemarios y gran cantidad de críticas, reseñas y
artículos periodísticos. Nacida en Virginia, se trasladó muy joven a Nebraska,
donde ambienta algunas de sus obras, que recrean de manera bastante realista la
vida de los primeros colonos blancos que se instalaron en aquellas tierras
vírgenes del oeste americano. Publicada en 1940, “Sapphira y la joven esclava”
es la última novela escrita por Willa Cather. Recientemente ha sido editada en
España por la espléndida editorial Impedimenta, con una magnífica traducción de
Alicia Frieyro.
“Sapphira y la joven esclava” transcurre casi en su
integridad en Black Creek Valley, Virginia, en 1856. Sapphira Colbert, que
abandonó las mejores propiedades de su familia para instalarse en estas menos
ricas próximas a la pequeña ciudad de Winchester, es una mujer que, aunque
ahora enferma y achacosa, sigue gobernando de manera matriarcal sus posesiones,
en las que trabajan algunos esclavos negros. Casada con Henry, el matrimonio no
comparte lecho desde hace tiempo y el marido trabaja en un molino de la familia
donde suele también dormir y recluirse en la lectura de la Biblia. Para el
cuidado de su habitación y de sus cosas, Henry muestra preferencia por la joven
y atractiva esclava Nancy. Aunque sin fundamento real, Sapphira siente celos y
maquina una sibilina venganza sobre la joven esclava, que será acosada por un
sobrino del matrimonio, invitado a pasar unos días en la propiedad. Nancy será
ayudada por Rachel, la hija de Henry y Sapphira, quien tras quedar viuda de un
congresista volvió de la ciudad para vivir en una casa cercana a la de sus
padres, aunque entregada a la austeridad y a la ayuda desinteresada a las
gentes más pobres de la región.
Es en la última parte de la novela cuando aparece más de
lleno el tema de la esclavitud y la división entre favorables y contrarios a su
existencia en la sociedad estadounidense, con el encontronazo definitivo entre
ambas tendencias durante la guerra civil que asoló el país entre 1861 y 1865.
También se muestran las redes de huida de los esclavos negros, en este caso
desde Virginia hasta Canadá. En un giro narrativo final, el relato da un salto
de veinticinco años y pasa de un narrador omnisciente en tercera persona a otro
en primera, que parece ser la propia autora situada en sus años de infancia.
Willa Cather tiene una gran habilidad en la creación de
los personajes, sobre todo los femeninos, que acostumbran a tener mayor
presencia y protagonismo en sus narraciones. En un estilo sobrio y sencillo,
suele construir relatos lineales de corte realista con cierta penetración
psicológica y uso frecuente de la elipsis, para que el lector rellene con su
imaginación los espacios vacíos que van dejando sus historias.
Aunque ambientada en gran medida en el siglo XIX, la obra
de Willa Cather no sólo no ha envejecido, sino que sigue teniendo una gran
vigencia literaria en la actualidad. Así lo demuestra el interés de varias editoriales
españolas por publicar en los últimos años sus novelas en nuestro país. Algunos
lectores agradecemos su descubrimiento y seguimos explorando el interesante
filón que supone la obra literaria de esta magnífica escritora norteamericana.
Carlos
Bravo Suárez
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