Sara
Mesa (Madrid, 1976) es una de las mejores escritoras españolas actuales. Autora
de varios poemarios y un par de ensayos, la escritora madrileña, afincada en
Sevilla desde la infancia, destaca sobre todo como narradora. Sus últimas
novelas “Cicatriz” (2015), “Mala letra” (2016) y “Cara de pan” (2018) –alguna
de las cuales hemos reseñado en esta sección– la han convertido en una de las
novelistas más destacadas de nuestra literatura contemporánea. Con su última
narración, “Un amor”, publicada como los anteriores por Anagrama, ha escrito
probablemente la mejor de sus novelas hasta la fecha y se consolida en una
posición muy relevante de nuestras letras.
“Un
amor” transcurre en un pequeño núcleo rural llamado La Escapa, bajo el monte
Glauco, no lejos de la población de Cárdenas, inventada por la autora y que
aparece en otras novelas suyas. Aunque no se precisa más su ubicación
geográfica, esta remota y diseminada pedanía podría situarse en la Andalucía rural
y profunda o en algún otro lugar del sur de España. La protagonista del relato
es Nat (Natalia), una mujer solitaria que llega a La Escapa procedente de la
ciudad y que, debido a su ajustada situación económica tras haber perdido su
trabajo por un incidente personal, alquila una casa con goteras y bastante
destartalada. Nat es traductora y está iniciando, con permanentes dudas, su
primera traducción literaria del francés. Desde el primer momento, es vista
como una extraña por buena parte de los habitantes del lugar, donde establecerá
unas difíciles relaciones con la mayor parte de sus vecinos.
El
primer personaje con el que entra en contacto es su casero, un hombre
antipático y machista, que irrumpe cada dos por tres en su casa sin avisar y con
quien Nat mantendrá una relación difícil, intentando siempre evitar su trato
directo. Otro personaje que Nat enseguida va a conocer será Píter, así escrito,
al que todos llaman “el Hippie”, que lleva ya un tiempo instalado en la zona y
aconseja a Nat a su llegada y siempre se muestra preocupado por la integración
de ésta en lo que llama “la comunidad”. Otro personaje de la novela es Roberta,
una mujer mayor y demente a la que Nat, necesitada de ingresos, va a cuidar durante
un tiempo. Pero el personaje que va a cobrar más importancia para Nat será
Andreas, llamado por todos “el Alemán”, procedente de Alemania pero kurdo de
origen, que lleva una vida solitaria y totalmente al margen de “la comunidad”. Tras
un sorprendente e inusual forma de conocerse, Nat mantendrá con él una intensa
y tormentosa relación que es la que da lugar, de manera ambigua y más bien
irónica, al título del libro.
“Un
amor” es una novela muy rica en lecturas e interpretaciones, que aborda muchos
temas y está abierta al análisis desde diferentes enfoques y puntos de vista.
Aunque, como ha dicho su autora en alguna entrevista, muchas veces la
literatura debe abordarse más desde la perspectiva de los sentimientos que
desde la necesidad de darle siempre una interpretación y, obviamente, esta
puede quedar para la subjetividad de cada lector. Pero parece obvio que el
principal tema del libro es el difícil encaje de Nat en la comunidad rural a la
que acaba de llegar. Ella es vista desde el principio como una intrusa y su comportamiento
y su relación con “el Alemán” la colocan al margen de los valores uniformadores
y excluyentes de los habitantes del pueblo. Nat terminará enfrentándose a sus vecinos,
siempre deseosos como grupo de buscar alguna cabeza de turco frente a la que
reafirmarse frente a lo diferente, pero también la obligará a encarar sus
propias, y no pocas, contradicciones, miedos y obsesiones enfermizas.
Por su
ambientación, y aunque su autora afirma en alguna entrevista que la historia
podría haberse situado en un bloque de vecinos de cualquier ciudad, es inevitable
que se haya incluido esta novela dentro del llamado neorruralismo, pese a tener
bastantes diferencia con la mayoría de las novelas de esta corriente literaria.
Con la que sí tiene más similitudes es con “La forastera”, de Olga Merino, publicada por Alfaguara y
reseñada hace unos meses en esta sección. En ambas, una mujer llegada desde la
ciudad es vista con desconfianza por los habitantes del pueblo donde se instala
y es considerada como un elemento extraño y ajeno a esa comunidad en la que no
logra integrarse. Habría así en ambas novelas una cierta tendencia a una
desmitificación del bucolismo idealizado con el que tratan algunos la vuelta a
lo rural.
“Un
amor” es, sin duda, una excelente novela, una de las mejores publicadas
recientemente en nuestra lengua. Y consagra plenamente a una autora de la que,
pese a la presión que supone haber despertado tantas y tan altas expectativas,
puede esperarse con todo fundamento un brillantísimo futuro literario.
“Un amor”. Sara Mesa. Anagrama. 2020. 192 páginas.
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