“Luz de febrero” es la última
novela de Elizabeth Strout (Portland, Maine, 1956), una de las más destacadas
escritoras estadounidenses actuales. Hasta ahora, Strout había publicado seis
novelas, de las que cinco han sido editadas en nuestro país: “Amy e Isabelle”
(Seix Barral), “Olive Kitteridge” (Duomo), “Los hermanos Burgess”
(Austral), “Me llamo Lucy Barton” (Duomo) y “Todo es posible” (Duomo). A
finales del pasado año, también en la meritoria y exquisita Duomo Ediciones,
nos llegó “Luz de febrero”, con traducción del inglés de Juanjo Estrella
González.
Luz de febrero”, titulada en inglés “Olive, Again”, es
una secuela o continuación de “Olive Kitteridge”, con la que Elizabeth Strout
ganó en 2009 el prestigioso Premio Pulitzer de ficción. De la novela, se hizo
también una miniserie protagonizada por la actriz Frances McDormand. Olive
Kitteridge, profesora de matemáticas jubilada, es ahora una mujer viuda de la
que en algún momento del relato se dice que tiene 78 años y que encara el
último tramo de su vida con los problemas de la edad y la vejez y con el miedo
a la muerte, que se ha llevado ya a algunos de sus seres queridos y merodea
peligrosamente en torno a ella.
La novela transcurre en su mayor parte en Crosby, una
pequeña población costera del estado de Maine, en el noreste de Estados Unidos,
cerca de la frontera con Canadá. Crosby es un pequeño microcosmos literario, en
la línea del “Winesburg, Ohio” de Sherwood Anderson –que reseñamos aquí hace un
tiempo– y de otras narraciones estadounidenses. Crosby es un lugar tranquilo y
con poca inmigración. Hay algunos personajes de apellidos franceses, a los que
algunos llaman despectivamente “franchutes”, y solo en la cercana Shirley Falls
hay una comunidad somalí que está vista como algo extraño y exótico. Uno de los
antiguos alumnos de Olive dice que “la señora Kitteridge, ya cuando íbamos a
séptimo, nos decía que en teoría este país era un crisol de culturas, pero que
en ese crisol, en realidad, nunca se acababa mezclando nada, y tenía razón”.
La novela está articulada en torno a la protagonista,
Olive, y cuenta su relación con otros personajes vinculados a ella. En primer
lugar, con Jack Kennison, un profesor universitario jubilado y también viudo
con el que va a entablar una nueva relación y acabará casándose, siendo ya
ambos setentones y sedientos de abrazos y cariño para combatir sus respectivas
soledades. Hay referencias a su anterior marido, Henry, al que siempre recuerda
con devoción. También a las complicadas relaciones con su hijo Christopher, su
nuera y sus nietos. Con las mujeres que cuidan de ella cuando cae enferma, una
de ellas simpatizante de Trump y otra, inmigrante somalí que viste con pañuelos
que cubren su cabeza. Al final, otro personaje interesante es Barbara Paznik,
una mujer tímida e introvertida con la que Olive establece una entrañable
amistad crepuscular.
Pero, aunque el libro sea una novela, puede considerarse en buena medida como un conjunto de relatos en los que aparecen diversidad de personajes, algunos de ellos solo muy tangencialmente, o ni eso, relacionados con la protagonista. Todo ello compone una semblanza realista y cotidiana de las relaciones humanas, vistas con sus claroscuros y sus diferentes aristas, pero observadas en general desde una perspectiva comprensiva con las virtudes y, sobre todo, con las debilidades de los humanos
Hay evidentes similitudes entre Elizabeth Strout y otras escritoras actuales. Principalmente, con la canadiense y Premio Nobel Alice Munro, verdadera maestra y modelo de este tipo de literatura que intenta reflejar la cotidianidad de la vida con exquisita sensibilidad y extraordinario buen uso de los recursos literarios.
“Luz de febrero” es también, y sobre todo, una novela sobre el paso del tiempo, la vejez y el ocaso. Sobre el intento y la necesidad de vivir ese momento de la vida con dignidad y sin renunciar a sentir las más profundas emociones y sentimientos. No parece que el personaje de Olive pueda tener ya más secuelas literarias, pero seguro que Elizabeth Strout nos obsequiará con nuevas y hermosas novelas en el futuro.
“Luz de
febrero”. Elizabeth Strout. Duomo Ediciones. 2021. 364 páginas.
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