El
grupo grausino Tardes al Sol realizó el pasado lunes una excursión desde
Bonansa hasta la pequeña localidad de Cirés, en el extremo más oriental de
Ribagorza y de la comunidad aragonesa. El itinerario fue en parte circular, con
la ida por el GR-15 hasta Cirés y la vuelta por un camino no señalizado que
pasa por el despoblado y arruinado Gabarret. Desde Bonansa hasta el paraje
conocido como El Prat de Campo, repetimos el mismo recorrido a la ida y a la
vuelta.
Los
catorce participantes en la excursión salimos de Graus a las 16.45 horas, con
una temperatura de 36º. Fuimos en coche hasta Bonansa y la temperatura fue
descendiendo hasta los 30º. Habíamos elegido una ruta por bosque y sombra para
evitar el calor. A las 17.45, cuando comenzamos a andar, el cielo estaba
cubierto y parecía amenazar lluvia. Sin entrar en Bonansa, desde la carretera,
buscamos a nuestra izquierda el desvío del GR-15. El sendero empieza en bajada
hasta el molino de Bonansa, junto al barranco de la Mola. En ese tramo, invaden
el camino algunas ortigas que notamos especialmente quienes llevábamos pantalón
corto. Combinando sendero y pista, pasábamos por un bosque de pinos cuando
comenzó a llover. Aunque algunos se protegieron con algún paraguas o capas
pluviales, otros casi agradecimos la lluvia, que no era muy fuerte, y que
refrescara un poco.
Llegamos
a un amplio espacio abierto con prados y algunos llamativos árboles que se
conoce como El Prat de Campo. Atentos a las marcas del GR y a los cruces,
continuamos por un bello sendero entre robles, bojes y musgo. Al llegar a
Cirés, arreció la lluvia y nos protegimos en el portal de la iglesia románica
de San Cristóbal, donde merendamos. Cuando paró de llover, dimos una vuelta por
la pequeña población, perteneciente al municipio de Bonansa y con sus casas
bien arregladas. Hablamos con algún vecino y reemprendimos la marcha. Tomamos
la carretera que va a Pont de Suert y nos desviamos por una pista, primero a la
izquierda y luego a la derecha, que nos llevó hasta Gabarret. También
perteneciente a Bonansa, el lugar se halla casi todo él en ruinas. Destaca la
iglesia románica de San Pedro, con singular espadaña lateral, y su fuente.
Desde aquí, por una estrecha pista fuimos hasta El Prat de Campo, donde, ya
atardeciendo, recibimos unos tímidos rayos de sol.
Desde
El Prat de Campo retornamos a Bonansa por el mismo camino que a la ida. La
distancia recorrida fueron 12,5 km y el desnivel acumulado casi 500 m.
Estuvimos siempre entre los 1050 y los 1250 m. de altitud. Y en el recorrido
invertimos unas tres horas y media con las paradas.
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