Issac
B. Singer (Polonia, 1904 – Estados Unidos, 1991) fue un escritor de origen
judío, hijo y nieto de rabinos, que nació y vivió en el barrio judío de
Varsovia hasta que, en 1935, emigró a Estados Unidos, donde murió en 1991. Singer
siempre tuvo Polonia como tema central de su obra literaria y, en especial, la
vida y las costumbres de las comunidades judías de ese país. En 1978, recibió
el Premio Nobel de Literatura, siendo hasta ahora el único escritor con este
galardón que ha escrito toda su obra en “yiddish”, la lengua original de los
judíos askenazíes centroeuropeos. Con una extensa obra literaria, Issac B. Singer
es autor de las novelas “Satán en Goray”
(1935), “La familia Moskat” (1950), “En el tribunal de mi padre” (1966), “La
casa de Jampol” (1967) y “Los herederos” (1969), entre otras, así como de los
libros de relatos “Gimpel el Tonto” (1957) y “Un día placentero” (1973). La
exquisita editorial Acantilado, que ya había publicado el relato “La
destrucción de Kreshev” en 2007 y la novela “El seductor” en 2022, ha editado
recientemente en nuestro país la novela “Keyle la Pelirroja”, publicada en
“yiddish” en 1972 con el título original de “Yarme un Keyle” y traducida ahora
al español por Rhoda Henelde y Jacob Abecasís.
“Keyle
la Pelirroja” transcurre, como la propia vida del autor pero en momentos
diferentes, en dos escenarios distintos. La primera parte de la novela sucede
en el corazón del barrio judío de Varsovia, en una Polonia sometida al dominio
zarista ruso; la segunda, en la ciudad de Nueva York, tierra de promisión en
aquellos años para los judíos centroeuropeos y para emigrantes de otros muchos
lugares de Europa y del mundo. El relato, que se inicia en 1911, se sitúa
cronológicamente en el periodo previo a la Primera Guerra Mundial. El principal
personaje es Keyle, una chica a la que todos conocen como “Di Roite”, es decir
La Pelirroja, debido a sus flamígeros cabellos. Keyle es prostituta y “a sus
veintinueve años ya había pasado por tres burdeles”. Ella aspira a cambiar de
vida y se acaba de casar con Yarme el Espino, un rufián y proxeneta que “a sus
treinta y dos años ya había visitado cuatro veces la terrible cárcel de Pawiak”.
La aparición de Max el Cojo, bisexual y también proxeneta, viene a perturbar
los planes regeneradores de Keyle y pretende arrastrar a la pareja a
prometedores negocios de prostitución en Brasil. En su intento de huida de
Yarme y Max, Keyle conoce al joven Búnem, hijo de un rabino que se debate entre
la fuerte influencia religiosa familiar y sus tendencias intelectuales y algo
nihilistas. Búnem está comprometido con su novia Solche, una activista
anarquista perseguida por la policía zarista. Todos estos personajes, con sus
respectivos y compartidos conflictos, se reencontraran en Nueva York en la
segunda parte de la novela.
“Keyle
la Pelirroja” es una magnifica novela. En la línea y con el aroma de las
mejores narraciones clásicas. Con ecos de los grandes novelistas de la
literatura universal desde Balzac a Dickens. Y hasta con ciertas reminiscencias
de la sordidez de algunas novelas naturalistas de Émile Zola y del decadentismo
y existencialismo finisecular del XIX. A mí, el personaje de Búnem y su
progresivo nihilismo me ha recordado mucho a Andrés Hurtado, protagonista de la
novela “El árbol de la ciencia” de Pío Baroja. Son extraordinarias las
descripciones urbanas, tanto de Varsovia como del bullicioso Nueva York de
aquel tiempo, que se rige por unas normas distintas a las vetustas relaciones
sociales de la capital polaca, pero donde los emigrantes no tienen nada fácil
salir a flote en su feroz lucha diaria por la supervivencia. No menos logrados
están los personajes, todos ellos marcados por su origen y su destino, y entre
los que, en mi opinión, destacan Keyle y Búnem, con personalidades más complejas,
contradictorias y evolutivas que las del resto. También los fluidos diálogos y
las voces de los personajes se ajustan a sus temperamentos y muestran su
personalidad sin necesidad de una excesiva intervención externa del narrador.
Otro aspecto muy destacable de la novela son las constantes referencias a la cultura, las tradiciones y la religión judías. Hay un amplísimo vocabulario referido a comidas, vestimenta, celebraciones y festividades judías. Un glosario explica al final del libro el significado de cada uno de esos términos escritos en cursiva. En resumen, “Keyle la Pelirroja” es una novela de hechuras clásicas que mantiene hoy, más de cincuenta años después de ser escrita, la vigencia literaria imperecedera de las grandes narraciones atemporales.
“Keyle
la Pelirroja”. Issac Bashevis Singer. Acantilado. 2023. 360 páginas
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