Nacida
en Barcelona en 1985, Alba Muñoz es periodista y escritora y trabaja en
comunicación y como guionista en diversos proyectos audiovisuales. Ha
sido también reportera independiente en los Balcanes, Oriente Medio y Sudeste
Asiático entre otras zonas del mundo. En 2018 y 2019, vivió en Sudáfrica y ha
colaborado en diferentes medios de comunicación y diarios españoles. Ahora, la
editorial Alfaguara acaba de publicar “Polilla”, su primera novela.
Narrada
en primera persona, “Polilla” es una novela que mezcla el reportaje
periodístico con la autobiografía. Se trata, en cierto modo, de una crónica
periodística convertida en ficción. O, como ha expresado la propia autora en
alguna entrevista, de “una autobiografía novelada, una no ficción escrita con
las herramientas de la ficción, de la novela”. A partir de una investigación
periodística, la autora indaga también sobre sí misma en el pasado y el
presente, sobre sus relaciones familiares y su propia vida sentimental, amorosa
y sexual.
Buena parte de “Polilla” transcurre en Bosnia.
Con 21 años, la autora, a través de un anuncio en el tablón de la Universidad
de Barcelona, se apunta a una expedición periodística a Bosnia, con la
intención de investigar el tráfico de mujeres que, según algunos informes
devastadores, situaban al nuevo país balcánico como el burdel de Europa. Tras
los acuerdos de paz de diciembre de 1998, la presencia de numerosos
funcionarios internacionales y de cascos azules de la ONU y soldados de la OTAN
propició la llegada de gran número de mujeres procedentes de las antiguas
repúblicas soviéticas, que acabaron trabajando como prostitutas en los burdeles
bosnios. El escándalo internacional hizo que el nuevo gobierno bosnio cerrara
esos prostíbulos, pero ello supuso la creación de redes clandestinas de
prostitutas bosnias, controladas por las siniestras y violentas mafias locales.
Algunas organizaciones trabajan para ayudar a esas mujeres sacándolas de la
influencia de las mafias y protegiéndolas en secretas casas de acogida. Sobre
ese problema y su situación presente pretende investigar la narradora en su
primer y sus sucesivos viajes a Bosnia. Alba conocerá a una mujer bosnia que
trabaja en las casas secretas de acogida y ella la pondrá en contacto con
algunas jóvenes que habían sido prostituidas.
Por
otro lado, en su primer viaje a Bosnia, la joven periodista conoce a Darko, un
chico bosnio que en ese momento está en Sarajevo trabajando como traductor.
Curiosamente, Darko vive en Barcelona, donde se exilió tras la guerra yugoslava,
y habla castellano y catalán. La intensa relación entre ambos es otro de los
ejes narrativos del libro. Como también lo es la relación familiar de la joven
con su padre y en menor medida con su madre. La narradora analiza
introspectivamente su experiencia amorosa con Darko y retrospectivamente sus
vínculos familiares con sus progenitores y las de ellos entre sí. Por cierto,
el título del libro procede de la manera como el padre llamaba a su hija cuando
era niña. Aunque, metafóricamente, podría entenderse como la atracción que esos
insectos sienten por el fuego pese al riesgo de quemarse al acercarse a él.
Parte
importante de la novela es la visión que en ella se da de la actual Bosnia.
Cuando se escribe el libro, han pasado quince años desde los acuerdos de paz de
Dayton y Bosnia sigue siendo una sociedad empobrecida donde las mafias campan a
sus anchas. Lo expresa así Fadilla, una de las mujeres bosnias que aparecen en
la novela: “Bosnia está atravesando tres transiciones a la vez: de la guerra a
la paz, del comunismo al capitalismo y de un sistema político controlado a una
hipotética democracia. Después de la guerra nos convertimos en un bebé tutelado
por papá Estados Unidos y mamá Europa. Papi y mami siguen estando ahí, pero
sabemos que nos han abandonado. Los poderosos son criminales, se hicieron ricos
durante la guerra. Conozco los índices de corrupción y crimen organizado. ¡La
mafia es lo único que funciona en este país!”. La capital Sarajevo es también
desmitificada y vista como una ciudad sucia, donde conviven señoriales
edificios austrohúngaros, viejas mezquitas otomanas, una catedral, gigantescos
bloques de estilo soviético y una biblioteca de factura morisca que fue pasto
de las llamas.
Por su
original combinación de crónica periodística y relato autobiográfico, por los
interesantes temas que trata, por su estructura narrativa y su prosa ágil y
eficaz, “Polilla” supone un brillante debut de Alba Muñoz en el mundo de la
narrativa. Esperemos que este prometedor inicio tenga continuidad en el futuro.
“Polilla”.
Alba Muñoz. Alfaguara. 2024. 192 páginas.
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