Luis
Mateo Díez (Villablino, León, 1942) es uno de los grandes escritores actuales
en lengua española. En reconocimiento a su brillante y dilatada carrera
literaria, el autor leonés recibió el pasado año el Premio Cervantes, el más
importante galardón de las letras hispanas. El jurado lo eligió “por su prosa
singular, que sorprende por sus continuos y nuevos desafíos, su pericia y
dominio del lenguaje, así como su humor expresionista con el que retrata la
complejidad humana”. Miembro de la Real Academia Española desde 2001, ha
obtenido por dos veces el Premio Nacional de Narrativa y el Premio de la
Crítica con sus novelas “La fuente de la edad” (1986) y “La ruina del cielo”
(1999). Ha publicado más de una veintena de novelas, además de numerosos libros
de relatos y algunos ensayos. Coincidiendo con la reciente entrega del Premio
Cervantes, la editorial Alfaguara ha publicado “El amo de la pista”, su última
novela.
“El
amo de la pista” se inscribe plenamente en las características propias de la narrativa
de Luis Mateo Díez, alejada por completo de cualquier pauta realista y
convencional a la hora de abordar su lectura. Nos encontramos de nuevo aquí con
una historia totalmente inventada, con unos parámetros tragicómicos, poblada de
personajes estrafalarios y atípicos, siempre antihéroes o héroes del fracaso,
en una especie de extravío literario, lleno de irrealidades, tan habitual en la
escritura del autor leonés. La historia transcurre también en esta ocasión en
una geografía inventada, en una de esas ciudades de sombras del reino o la
comarca de Celama. Esta vez, en la ciudad de Borenes, con todo un universo de
nombres inventados para sus barrios, calles, plazas y rincones, por los que
deambulan casi en soledad los personajes del libro. Y con ese cine Paladio y su
concurrida “fila de los mancos”.
El
protagonista y narrador en primera persona de la novela se apellida Cantero, un
joven desorientado, frágil y pusilánime, que quedó huérfano y fue acogido por
sus tíos, Romero y Calacita, que no tenían hijos. Su tío se siente traicionado
por él y lo expulsa de su casa sin contemplaciones. Ya en el instituto, Cantero
cayó bajo la influencia de Cirro Cobalto (el amo de la pista), un tipo petulante
y mistificador que lo embauca y dirige sus pasos. Siempre a la espera de
grandes acontecimientos futuros, lo pondrá en contacto con dos nuevos
personajes, el misterioso Lombardo y la guapa y no menos enigmática Denís, con
quienes vivirá rocambolescas y disparatadas situaciones, entre la irrealidad y
el surrealismo. Cantero se alojará en la pensión Estepa, regentada por una
mujer turca que siempre habla de sí misma en tercera persona, y donde también
residen dos atractivas moscovitas, unos cuantos balcánicos y un ilusionista que
actúa en la ciudad. Uno de los aspectos más sólidos de las novelas de Mateo
Díez son los personajes. A los ya citados hay que añadir en esta novela a don
Gardiel, un médico inhabilitado, deseoso siempre de operar a cualquier precio; o
a Parmeno, un exseminarista algo meapilas obsesionado con el pecado y la
confesión, defensor incluso del castigo físico para alejar los malos
pensamientos. Y, por descontado, el tío Romero y, mucho más, la fogosa tía
Calacita, muy presente en el relato.
Luis Mateo Díez es un novelista excepcional y extraordinario,
original y diferente. Que escribe con una prosa de periodo largo, una sintaxis
con abundancia de oraciones subordinadas y un léxico muy rico y algo añejo. Un
clásico, sin duda de estirpe cervantina, que puede parecer de épocas pasadas.
Dicho esto como alabanza, pues hoy, por desgracia, son muy pocos los que escriben
con su solvencia y exquisitez. “El amo de la pista” destila ingenio e
imaginación. Siempre lejos de cualquier realismo convencional y con un enfoque
expresionista, la novela conjuga un sentido del humor disparatado y del absurdo
con un transfondo melancólico y una preocupación por la dimensión moral de los
personajes. Alerta a la vez del peligro de los manipuladores y del riesgo, tan
real en nuestro tiempo, de ser embaucados por mistificadores carentes de
principios que solo buscan su interés.
A sus
82 años, Luis Mateo Díez sigue siendo un escritor prolífico, de portentosa
lucidez y enorme maestría literaria. No parece exagerado pensar, y así lo
deseamos para nuestro propio disfrute lector, que de su pluma y su imaginación
surjan nuevas y brillantes narraciones que se añadan a su ya impecable y
extraordinaria trayectoria.
“El
amo de la pista”. Luis Mateo Díez. Alfaguara. 2024. 296 páginas
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