Irène
Némirovsky (1903 - 1942) nació en Kiev en el seno de una acaudalada familia
judía que, en 1919, huyó de la revolución bolchevique para afincarse en París. Hija
única, tuvo una infancia no demasiado feliz y solitaria, aunque en la capital
francesa recibió una educación exquisita y esmerada. Debutó en la literatura
con 19 años con un texto publicado en una importante revista de la época. Se licenció
en Letras en la Universidad de la Sorbona y. en 1929, saltó a la fama literaria
con el gran éxito obtenido por su novela “David Golder”, ya en formato libro.
En los años treinta, publicó un buen número de novelas que la convirtieron en
una de las escritoras más prestigiosas de Francia.
El
estallido de la Segunda Guerra Mundial y la invasión alemana de Francia
marcaron trágicamente su destino. Su solicitud de la nacionalidad francesa fue
denegada varias veces por el régimen de Vichy y, en 1942, fue detenida y
deportada a Auschwitz, donde murió asesinada junto con su marido, Michel
Epstein. En 2002, y de manera casual, sus hijas descubrieron el manuscrito de
su novela “Suite francesa”, que fue publicada en 2004 y obtuvo un enorme éxito,
recibió importantes galardones a título póstumo y se convirtió en su obra
cumbre y más conocida. La obra literaria de Irène Némirovsky sigue estando de
actualidad y sus novelas se siguen traduciendo y reeditando en numerosos
países. En España, la editorial Salamandra, al igual que ha hecho con otros
libros de la autora, acaba de reeditar “El peón en el tablero”, con traducción del
francés de José Antonio Soriano Marco.
“El
peón en el tablero” es una novela corta que fue publicada originariamente en
Francia en 1934. Está ambientada en el París de esa misma época, en la década de
los años treinta, en un periodo de entreguerras marcado por una aguda crisis
económica y social. Su protagonista es Christophe Bohun, un hombre de cuarenta y tres años, que
vive en un espacioso piso de París, propiedad de su padre, un anciano moribundo
que fue un antiguo magnate del acero y del petróleo, cuyo posterior fracaso
financiero lo obligó a vender su empresa a uno de sus socios. Christophe, por
recomendación de su padre, trabaja en esa misma empresa con un modesto sueldo y
en un puesto monótono que desempeña con desgana y no le proporciona ninguna
satisfacción. Además de con su padre, que se ha reservado una pequeña parte de
la casa y un sirviente personal, Christophe vive con su mujer Geneviève, su
hijo Philippe, de 18 años, y su prima Murielle, separada de su marido. Aunque
aparece algún otro muy secundario, estos son, prácticamente, los únicos
personajes del libro. Cinco personajes en distintos momentos de la vida y con
muy distintas experiencias pasadas y expectativas futuras.
El eje
principal del relato es el carácter de Christophe y su devenir familiar, anímico
y económico. Se trata de un hombre abúlico, insatisfecho y sin ninguna ilusión por
la vida. Así lo expresa él mismo al inicio de la novela: “Pero si me dijeran
‘Mañana morirás’, no me pesaría ni por un instante: no amo la vida. No hay en
ella nada bueno salvo lo físico, como suele decirse del amor. Me gustaría ser
un animal, una planta, una piedra”. “¡Una existencia humana, que consista en
algo más que la preocupación por el dinero, por la comida diaria y por el
trabajo!”. Algunos días de lluvia, al salir de casa, me dan ganas de tenderme
en mitad de la calle y esperar a que el primer autobús que pase se me lleve por
delante”.
Toda
la novela desprende un aire gris y desencantado, con el que tal vez la autora,
a través de su personaje, un simple peón en el tablero, pretende mostrar el
momento general de desasosiego y desilusión que vive la sociedad de la época, y
que presagia el desastre que se avecina. La novela adquiere así un tono de un marcado
pesimismo, que la inscribe en las corrientes literarias y filosóficas de corte
existencialista. Aunque para algunos lectores, la narración tal vez se resienta
de cierta falta de trama y movimiento, la autora pretendió, con una prosa
directa, ágil y desnuda, condensar en un relato breve toda una visión trágica y
fatalista de la existencia humana. La frecuente reedición y demanda de sus
obras parece indicar la vigencia de la literatura de Irène Némirovsky en nuestros
días. Una vigencia que es aún más evidente en la novela que acabamos de
reseñar.
“El
peón en el tablero”. Irène Némirovsky. Salamandra. 2024. 208 páginas
No hay comentarios:
Publicar un comentario