Habitación doble. Luis Magrinyà. Anagrama. 2010. 310 páginas.
Luis Magrinyà (Palma de Mallorca, 1960) es uno de los escritores más heterodoxos de la literatura española actual. Sus libros, de una calidad y un interés incuestionables, se apartan considerablemente de las formas literarias más habituales y previsibles, y resultan, por ello, difíciles de etiquetar dentro de los parámetros convencionales. Habitación doble, último título del escritor balear afincado en Madrid, responde de nuevo a esas características.
Habitación doble es un libro estructurado en cuatro partes independientes, cada una de los cuales se divide a su vez en dos secciones. Los tres primeros textos dobles son narraciones breves; el último está compuesto por un guión dialogado y un pequeño ensayo. La relación entre las secciones de cada una de las partes del libro se va debilitando a medida que éste avanza, de tal manera que entre los dos apartados del último texto no se aprecia aparentemente ninguna conexión externa. Al lector tampoco le resultará fácil encontrar elementos comunes entre las cuatro “habitaciones dobles” del libro. Tal vez las relaciones entre padres e hijos sea la única conexión más o menos evidente.
Todo ello no significa que el libro resulte difícil de entender. Cada uno de sus apartados encierra una sugerente y atractiva situación humana. Eso sí, con algún elemento extraño, extravagante o muy poco frecuente en la realidad convencional mayoritaria. En Diez minutos después encontramos a una viuda cincuentona unida sentimentalmente a un cantante de rock veinte años más joven que ella. En Luxor, a un chico, con una extraña cleptomanía, que realiza con sus padres un crucero de turismo por Egipto y que años más tarde se ha convertido en un periodista que se encuentra en Ámsterdam con un antiguo novio. En Una modestia algo infame, asistimos a una curiosa reunión de médicos en la que se cuela una extraña mujer y, en la segunda parte, un “camello” –sorprendente lector del “David Copperfield” de Dickens- se refugia en un pequeño pueblo donde vive un antiguo amigo que sufre depresión. En Paisaje invernal se yuxtaponen la conversación de unos jóvenes que viajan en coche hacia Paris y las reflexiones de un padre que acaba de leer las memorias del progenitor del “carnicero de Milwaukee”, el famoso asesino en serie que hace dos décadas descuartizó a diecisiete personas en esa ciudad estadounidense.
Habitación doble es un libro estructurado en cuatro partes independientes, cada una de los cuales se divide a su vez en dos secciones. Los tres primeros textos dobles son narraciones breves; el último está compuesto por un guión dialogado y un pequeño ensayo. La relación entre las secciones de cada una de las partes del libro se va debilitando a medida que éste avanza, de tal manera que entre los dos apartados del último texto no se aprecia aparentemente ninguna conexión externa. Al lector tampoco le resultará fácil encontrar elementos comunes entre las cuatro “habitaciones dobles” del libro. Tal vez las relaciones entre padres e hijos sea la única conexión más o menos evidente.
Todo ello no significa que el libro resulte difícil de entender. Cada uno de sus apartados encierra una sugerente y atractiva situación humana. Eso sí, con algún elemento extraño, extravagante o muy poco frecuente en la realidad convencional mayoritaria. En Diez minutos después encontramos a una viuda cincuentona unida sentimentalmente a un cantante de rock veinte años más joven que ella. En Luxor, a un chico, con una extraña cleptomanía, que realiza con sus padres un crucero de turismo por Egipto y que años más tarde se ha convertido en un periodista que se encuentra en Ámsterdam con un antiguo novio. En Una modestia algo infame, asistimos a una curiosa reunión de médicos en la que se cuela una extraña mujer y, en la segunda parte, un “camello” –sorprendente lector del “David Copperfield” de Dickens- se refugia en un pequeño pueblo donde vive un antiguo amigo que sufre depresión. En Paisaje invernal se yuxtaponen la conversación de unos jóvenes que viajan en coche hacia Paris y las reflexiones de un padre que acaba de leer las memorias del progenitor del “carnicero de Milwaukee”, el famoso asesino en serie que hace dos décadas descuartizó a diecisiete personas en esa ciudad estadounidense.
Hay referencia a sucesos conocidos que permiten situar cronológicamente los hechos narrados: el bloqueo a Irak tras la invasión de Kuwait, el atentado al hotel de la India en que se encontraba Esperanza Aguirre de visita a aquel país, el fracaso del Real Madrid en la última temporada de la primera presidencia de Florentino Pérez o la muerte de Mickel Jackson. Las conversaciones cotidianas sobre temas de actualidad se mezclan con brillantes reflexiones sobre cuestiones más profundas. Si a todo ello añadimos una prosa elegante, pulcra y precisa, podemos afirmar que estamos ante un escritor diferente y, en todos los sentidos, verdaderamente extraordinario.
Carlos Bravo Suárez
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