Punto omega. Don DeLillo. Seix Barral. 2010. 157 páginas.
Don DeLillo (Nueva York, 1936) es uno de los mejores escritores estadounidenses actuales. En los últimos cuarenta años ha publicado, además de algún ensayo y varias obras de teatro, dieciséis novelas que analizan en profundidad los entresijos de la sociedad norteamericana contemporánea. Su último libro, Punto omega, se aleja de la extensión y gusto por el detalle de narraciones anteriores y persigue, a través de la brevedad y la depuración del lenguaje, una reflexión esencial sobre el tiempo, la vida y la consciencia humana.
Don DeLillo (Nueva York, 1936) es uno de los mejores escritores estadounidenses actuales. En los últimos cuarenta años ha publicado, además de algún ensayo y varias obras de teatro, dieciséis novelas que analizan en profundidad los entresijos de la sociedad norteamericana contemporánea. Su último libro, Punto omega, se aleja de la extensión y gusto por el detalle de narraciones anteriores y persigue, a través de la brevedad y la depuración del lenguaje, una reflexión esencial sobre el tiempo, la vida y la consciencia humana.
El punto omega es un término acuñado durante el pasado siglo XX por el jesuita francés Pierre Teilhard de Chardin para referirse al máximo nivel de evolución de la consciencia humana. Este concepto, entre místico y filosófico, le sirve a DeLillo para dar título a un breve relato que se desarrolla en su mayor parte en un remoto lugar del desierto californiano. Allí ha buscado refugio Richard Elster, un hombre de setenta y tres años que desde un plano intelectual trabajó como asesor del ejército estadounidense en la invasión de Irak. Hasta ese rincón desértico llega el joven cineasta Jim Finley, narrador de la novela, para rodar una película con las confesiones y reflexiones íntimas de Elster. Con la llegada de Jessie, hija del viejo asesor, el dúo se convertirá en trío y la narración dará un giro misterioso e inesperado.
La historia de estos tres personajes queda enmarcada entre un capítulo inicial y otro final en los que Jim Finley contempla en el Museo de Arte Moderno de Nueva York la proyección a cámara lenta de la película Psicosis. Como indica el propio DeLillo al final del libro, se trata de una proyección real que se instaló en el MOMA en el año 2006 y que estiraba hasta las 24 horas la duración del mítico film de Alfred Hitchcock.
En las conversaciones nocturnas entre Elster y Finley, se vierten algunas interesantes reflexiones sobre temas existenciales y la búsqueda de lo esencial para el ser humano. Siempre con gran economía de lenguaje, en un cierto paralelismo narrativo con los haiku japoneses, se trata de “desnudar todo para que quede a simple vista”. Sin embargo, incluso a ese lejano rincón del desierto, en el que Elster se ha refugiado en busca del espacio y el tiempo que la gran ciudad le negaba, llegará la desgracia que destruirá su calma.
Punto omega puede resultar una novela algo desconcertante para algunos lectores. Es recomendable dar un enfoque poético a su lectura para poder disfrutarla en toda su riqueza y profundidad.
Carlos Bravo Suárez
Carlos Bravo Suárez
No hay comentarios:
Publicar un comentario