domingo, 22 de abril de 2012

EL ORIGEN DEL MUNDO



El origen del mundo. Pierre Michon. Anagrama. 2012. 83 páginas.

Después de Los once, reseñada el pasado año en esta misma sección, la editorial Anagrama ha publicado recientemente en España “El origen del mundo”, una nueva novela del prestigioso escritor francés Pierre Michon. Aunque inédito en español hasta la fecha, el libro se publicó originalmente en Francia en 1996 con el título de Le grande Beune, el nombre del río junto al cual se halla Castelnau, una pequeña población francesa de la región de Dordoña en la que transcurre el relato.

El origen del mundo responde a las características de la narrativa de Michon, un escritor muy apreciado por la crítica y por los más exquisitos gourmets de la literatura gala. De nuevo una novela muy corta,  escrita en un estilo cuidado y hermoso, de frase larga y cadencia musical prolongada, llena de matices y sugerencias. Y de nuevo aquí, lo particular y lo universal, lo irracional y lo reflexivo, el mundo y la carne, el mito y la razón.

La novela se sitúa en el año 1961, en un pueblecito de la Francia rural, rico en cuevas prehistóricas que esconden pinturas rupestres, al que llega un joven maestro de veinte años para hacerse cargo de la escuela rural. En el único hotel de la localidad es acogido por la vieja Hélène, una mujer recia y amable que gobierna con instinto maternal a los rudos pescadores que frecuentan su establecimiento. Junto al hotel, hay un pequeño estanco regentado por Ivonne, una mujer cuya rotunda belleza carnal subyuga al joven maestro desde el primer momento y despierta en él un ardiente deseo sexual.

Esta turbadora mujer es presentada, en un largo párrafo literariamente magnífico (“No creo en las bellezas que se van revelando poco a poco; sólo me importan las apariciones”) por un narrador que ha quedado deslumbrado a primera vista. En un ambiente de lluvias persistentes, ríos brumosos y bosques que encierran impenetrables misterios, Ivonne se convierte en el irrefrenable objeto de deseo y de lujuria del joven maestro. Entra entonces en juego, el mito, la metáfora, la vuelta al origen. La visita al interior de la cueva -útero simbólico de ida y vuelta y origen primitivo de la vida-, las pinturas de los cazadores prehistóricos -crueles y ya artistas a la vez-, la fuerza primigenia y destructora del deseo, el apetito y el deseo irracionales, la belleza y la bestialidad que parecen mutuamente alimentarse.

No espere el lector, sin embargo, una novela con mucha trama y muchos sucesos en las escasas ochenta páginas que tiene el libro. Todo es apunte, metáfora, símbolo y sugerencia, en una exquisita y formidable combinación de brevedad y contenido denso, de realismo brutal y poesía. El origen de la vida cuyo cordón umbilical nos une de manera irracional e inevitable con la animalidad primitiva de la que procedemos. El gran río que nos lleva.

Carlos Bravo Suárez            

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Carlos!
Pues nada, que he descubierto que además de trabajar educando, vivir tu familia, patearte media Montaña, mantener vivo tu "facebook" con bonitas fotografías,... además de éso, resulta que todavía tienes tiempo de publicar artículos como éste!

¡Increíble! Pués nada... ¡¡¡Felicitarte!!!

Un abrazo y un beso desde la Ribagorza catalana :-)

Yolanda del Pont de Suert (en horas bajas y padeciendo "una fascitis plantar" ;-)

carlos bravo suarez dijo...

Muchas gracias por tu comentario, Yolanda. Siento mucho que tengas esa dolencia en el pie, con lo que a ti te gusta caminar.
Espero que te recuperes cuanto antes y podamos coincidir pronto en alguna excursión.
Un beso y mucho ánimo.