Mapa dibujado por un espía. Guillermo Cabrera
Infante. Galaxia Gutenberg/ Círculo de Lectores. 2013. 400 páginas.
Después de su muerte en
2005, Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores ha publicado en nuestro país varios
libros de Guillermo Cabrera Infante. Además del primer tomo de sus Obras completas en 2012, han sido editados
La ninfa inconstante (2008), Cuerpos
divinos, memorias noveladas (2010) y, a finales del pasado 2013, Mapa dibujado
por un espía, que vamos a reseñar brevemente en el espacio de estas líneas.
Myriam
Gómez, compañera constante, infatigable colaboradora y cuidadosa albacea de la
obra del escritor cubano, encontró entre sus papeles el manuscrito de “Mapa
dibujado por un espía”, un texto cuya fecha concreta de redacción desconocemos y
al que su autor se refería en ocasiones con el título de “Ítaca vuelta a
visitar”. Aunque parece probable que Cabrera Infante hubiera modificado el
contenido de lo que, siendo ya un relato cerrado, constituía posiblemente solo un
borrador, el libro constituye una interesante crónica de sus últimos meses en
Cuba, antes de iniciar su largo exilio en Europa, y una buena y entretenida
novela, escrita en un estilo más directo y espontáneo y menos literario y
retórico que el resto de su obra.
Mapa dibujado por un espía cuenta los últimos meses de Cabrera Infante en La
Habana, ciudad a la que regresa desde Bruselas, donde era agregado cultural en
la embajada cubana, para asistir al entierro de su madre y de donde se va
cuatro meses después con la intención de no volver. Aunque hay un breve prólogo
escrito con un enfoque algo distinto, el relato de los hechos se inicia el 1 de
junio de 1965, todavía en la capital belga, y termina a principios de octubre
de ese mismo año, cuando el escritor abandona su país con la decisión de no
regresar mientras permanezca bajo el régimen castrista.
Como
destaca Antonni Munné en su certera introducción, Mapa dibujado por un espía
es un libro de fondo triste y melancólico. Guillermo Cabrera Infante, que había
participado en la llegada de la Revolución al poder, observa con preocupación y
desasosiego crecientes cómo día a día el totalitarismo se va apoderando de la
sociedad cubana, donde las paredes oyen, las delaciones están a la orden del
día, los homosexuales son perseguidos por el solo hecho de serlo y cualquier
opinión que se aparte de la ortodoxia pueden ser considerada contrarrevolucionaria
y objeto de castigo. El escritor recorre las calles de La Habana, habla con
amigos y conocidos y constata la escasez de los productos más básicos, la inoperante
y absurda burocratización, las intrigas políticas, el fanatismo y la
intolerancia que parecen haberse apoderado casi por completo del nuevo régimen.
Y, aunque hay en él una lucha intima que por momentos parece desgarrarle, la
decisión del exilio se va afianzando poco a poco en su interior como la única
salida.
Pero
no todo es descripción y crítica del estalinismo en que va derivando el régimen
cubano, también en esta novela tienen presencia destacada las mujeres y las
conquistas sexuales y amorosas del protagonista. No sé, ni creo que sea
importante, cuánto hay de realidad autobiográfica y cuánto de invención en este
apartado de un relato que está siempre contado en tercera persona.
Tal
vez aún queden entre sus papeles nuevos textos inéditos de este gran cronista
de La Habana, que en Mapa dibujado por un espía narra el momento en que inició
su disidencia.
Carlos Bravo
Suárez
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