Cada
cual y lo extraño. Felipe Benítez Reyes. Destino. 2013. 172 páginas.
Felipe Benítez Reyes (Rota,
Cádiz, 1960) es uno de los escritores más sobresalientes del actual panorama
literario español. Poeta, narrador, ensayista, articulista y traductor, algunos
de sus libros han obtenido importantes premios y reconocimientos. Aunque tal
vez sea más conocido como novelista (La
propiedad del paraíso, El novio del
mundo, El pensamiento de los
monstruos o Mercado de espejismos),
también destaca como autor de relatos breves. Sus tres libros anteriores en
este género están reunidos en un solo volumen en Oficios estelares (Destino, 2009).
Cada
cual y lo extraño contiene doce narraciones cortas ordenadas a
la manera de un almanaque o calendario, siguiendo los meses del año desde enero
hasta diciembre. Cada una de ellas es una joya del relato breve. En El mago y los ojos, el narrador recuerda
con profundo resentimiento hacia su padre las sucesivas decepciones sufridas en
la noche de Reyes. Segundas rebajas
mezcla los recuerdos musicales adolescentes con la presencia de una extraña tía
que se casó con un soldado americano de la base de Rota. En Realidades de artificio, encontramos en
pleno carnaval gaditano a quien se dedica a crear realidades ilusorias a gentes
necesitadas de ellas. Los dueños de las
fortunas cuenta la historia de una viuda rica y el camino azaroso y a veces
paradójico de algunas suntuosas heredades. Los elementos de la tabla periódica
y los héroes de los tebeos se dan la mano en Un examen de Química. Las hogueras de San Juan son el telón de
fondo de dos historias de desencuentros amorosos en Las vueltas del futuro. Con cincuenta páginas, El crucero y todos los demás es el más largo, y en mi opinión el
mejor, de los relatos del libro. Una violenta crisis de pareja estalla durante
un crucero de placer –es un decir– por el mar Báltico. El retrato irónico,
cáustico y mordaz, que se hace de los personajes y de la vida a bordo durante
el viaje vacacional no tiene desperdicio. En Su oro y su plata, se vuelve en parte a los recuerdos de
adolescencia y a los besos robados en la oscuridad de los cines de barrio. En El brigada ilustrado, el narrador recuerda
su servicio militar. Ambiente familiar
es un relato oscuro y extraño, más bien pesimista y algo triste. Más jocoso
resulta Los enredos de don Juan, con
unos viejecitos de un asilo representando a su manera la obra clásica de
Zorrilla. Vísperas muestra la doble
cara de un ejecutivo en la víspera de Nochebuena.
Doce relatos muy bien
contados, con sencillez y a la vez con profundidad, que enganchan al lector
desde el primer momento y que se leen en un santiamén. En todos ellos, y de ahí
el acertado título eje del libro, encontramos la dificultad frecuente de las
relaciones humanas porque cada quien es cada cual, con sus manías, sus rutinas
y sus soledades; pero además está lo extraño, que casi siempre son los otros.
Aunque a veces pueden ser el infierno, al menos momentáneo, como en el cuento
del crucero por el Báltico, siempre son lo distinto, lo sorprendente, lo
difícil, lo complicado. Aquí está recogida la complejidad de la existencia en
doce relatos magníficos. La vida misma en los doce meses de un año.
Carlos
Bravo Suárez.
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