Entre mis últimas
lecturas, “Canciones de amor a
quemarropa” ha sido una sorpresa muy agradable y reconfortante. Una novela
honesta, sencilla y a la vez profunda, que ahonda en algunos de los conceptos
elementales de la vida, como la amistad, el amor, la familia, la lealtad, el
gusto por la naturaleza o el apego a unas raíces rurales a las que poder volver.
Un hermoso relato, suavemente agridulce, que confronta la vida elemental y siempre
dura, con inevitables peajes y carencias pero con sólidos lazos afectivos y
humanos, de un pequeño pueblo de poco más de mil habitantes del frío estado de
Wiscosin, en el Medio Oeste americano, con la frivolidad efímera, banal y a la
postre casi siempre vacía, de algunas grandes ciudades estadounidenses como Chicago
o Nueva York.
“Canciones de amor a quemarropa” es la primera novela de Nickolas
Butler, nacido en Pensilvania pero criado en Wiscosin, donde actualmente vive
con su mujer y sus dos hijas. Butler, que es licenciado en Letras, había
publicado antes varios textos de poesía y ensayo en diferentes revistas norteamericanas,
y había trabajado como vendedor de perritos calientes y hamburguesas en la
industria cárnica, en un tostadero de café o como dependiente en una licorería.
Fue compañero de instituto de Justin Vernon, el líder del grupo de rock Bon
Iver, que ha inspirado, aunque sólo en parte, al personaje Lee de la novela. Durante
un largo y frío invierno y en un gallinero abandonado, Lee compone su disco
“Shotgun Lovesongs”, que da título al libro, de manera parecida a como Bon Iver
grabó su debut discográfico, “For Emma, Forever Ago”, en una remota cabaña
invernal del mismo estado de Wisconsin.
“Canciones de amor a quemarropa” es una novela coral
contada por cinco personajes: Henry, Lee, Kip y Ronny, cuatro hombres jóvenes
de un pequeño pueblo ficticio llamado Little Wing, y Beth, la actual mujer de
Henry, de la que Lee también estuvo enamorado tiempo atrás. Sólo Henry, que
encarna las virtudes del esfuerzo y la honradez del granjero de la América
profunda, ha permanecido siempre en Little Wing, donde se ha casado con Beth,
con la que tiene dos hijos. Lee, Kip y Ronny salieron del pueblo en busca de
otra vida y nuevas experiencias, aunque los tres regresan con diferente suerte
a su lugar de origen. Lee y Kip como triunfadores, convertidos en exitoso
cantautor rockero uno y en adinerado empresario el otro; aunque ambos con
experiencias sentimentales frustrantes y poco satisfactorias sobre sus espaldas.
Peor suerte corrió Ronny, a quien un accidente alejó para siempre del mundo del
rodeo y hundió en el alcoholismo. Las bodas de los cinco, en diferentes
momentos, lugares y circunstancias, son los episodios sobre los que se articula
el relato, en cuya narración van alternando en primera persona y sin una
continuidad lineal cronológica los cinco personajes citados. A manera de guía para
el lector, cada capítulo comienza con la inicial del nombre de pila del
personaje que lo narra.
“Canciones de amor a quemarropa” es una novela entrañable
sobre los sólidos valores de una pequeña comunidad de la América profunda. Un
canto a la amistad y a la honradez, a los vaivenes de la existencia y a la
curación de las heridas ocasionadas durante el camino. Contada desde la mirada
retrospectiva y serena de unos personajes con suerte dispar que, ya en el
inicio de la edad madura, se agarran a las pocas raíces profundas y verdaderas que
les permitan seguir viviendo el futuro en una soportable y suficiente armonía.
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