“Por
los caminos del rey Gonzalo”. Joaquín Gasquet. Ediciones Atlantis. 2015. 216
páginas.
“Por los caminos del rey Gonzalo” es la primera novela
del altoaragonés Joaquín Gasquet Cereza, nacido en la población ribagorzana de
Viu de Foradada y actualmente residente en Binéfar. Licenciado en Historia y
Geografía por la Universidad de Zaragoza, Gasquet ha ejercido largo tiempo la
docencia en diversos institutos de enseñanza secundaria catalanes y aragoneses hasta
su reciente jubilación. Aprovechando el tiempo libre que esta proporciona,
acaba de publicar en la editorial madrileña Atlantis la novela “Por los caminos
del rey Gonzalo”, una interesante narración en la que aúna de manera eficaz
ciencia ficción e historia.
Como el autor ha contado en alguna
entrevista, dos fueron los motivos principales que le inspiraron la creación de
la novela: las investigaciones sobre el acelerador de partículas o Gran
Colisionador de Hadrones (LHC) y sus posibles aplicaciones, llevadas a cabo en
Ginebra por la Organización Europea para las Investigaciones Nucleares (CERN),
y el monumento levantado en memoria del rey Gonzalo en la carretera del alto de
Foradada, cerca del lugar donde este efímero rey de Sobrarbe y Ribagorza murió
asesinado en 1043. A partir de ahí, el escritor ha hecho posible un viaje al
pasado cuyo protagonista es Carlos, un profesor de historia medieval de la
Universidad de Zaragoza, nacido en Ribagorza y muy interesado en descubrir las
verdaderas causas de la muerte del rey Gonzalo.
Estructurada en seis partes, de las
que la más breve –dos páginas– es la primera, más científica, en que se trata
sobre el acelerador de partículas, la novela tiene un buen ritmo narrativo y
entretiene al lector con una historia amena y bien construida que, además del
citado viaje al pasado, contiene, entre otras cosas y como mandan los cánones,
una sugerente historia de amor que se prolonga en el tiempo y sirve en buena
medida como eje conductor de la narración.
Mención especial merece la
espléndida ambientación histórica de la parte central del relato. Perfectamente
documentados y verosímiles se presentan muchos de los aspectos de la sociedad
ribagorzana y sobrarbense de aquellos remotos tiempos de mediados del siglo XI.
Por esos territorios y la frontera –entre comercial y guerrera– que separaba
los mundos cristiano y musulmán, realizan tanto el rey Gonzalo como el
protagonista de la novela un interesante recorrido geográfico. Para precisar el
mapa histórico de la época reproduzco este párrafo del libro: “Cuando Sancho
III el Mayor de Navarra repartió su reino entre sus hijos la zona fronteriza de
los territorios cristianos de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza con el Islam quedaba
marcada por una serie de fortificaciones cristianas que, yendo de oeste a este,
eran: Agüero, Murillo, Loarre, Nocito, Surta, Castejón de Sobrarbe, Samitier, Abizanda,
Muro de Roda, Troncedo, Pano, Perarrúa, Santaliestra, Erdao, Castellazo,
Fantova, Güel, Roda, San Esteban del Mall, Isclés, Cornudella y Arén, enlazando
con la fortaleza de Orrit ya en el Pallars”. Como es sabido, al morir Gonzalo,
Sobrarbe y Ribagorza se integraron en el Reino de Aragón regentado por Ramiro
I. Entre los muchos lugares que aparecen en el libro, adquieren tal vez un
mayor protagonismo sobre el resto el monasterio de San Victorián y la población
sobrarbense de Buil, actual Santa María de Buil, donde se estaba construyendo en
aquel tiempo la magnífica iglesia de triple ábside que, aunque algo reformada,
ha llegado a nuestros días.
“Por
los caminos del rey Gonzalo” es una novela bien escrita, con el registro
lingüístico adecuado a cada momento y con un estilo muy correcto y fluido, que logra
combinar con éxito el entretenimiento, la ciencia ficción y la historia.
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